CRÍTICA: MY SWEET TORMENT – THE ORDER OF THE SHADOWS

MY SWEET TORMENT
(The Order Of The Shadows)
8/10
11 años han pasado sin tener un nuevo disco de My Sweet Torment. Una atípica banda vizcaína que hace de lo vistoso de su propuesta visual y auditiva toda una experiencia. Nos lo dejaron muy claro con sus anteriores tres discos, rematados en unos directos donde las historias conceptuales de la banda adquieren su verdadera dimensión con un espectáculo que va mucho más allá de lo convencional. En ese sentido este “The Order Of The Shadows”, pese al paso de tantos años, sigue esa estela que les hace plenamente reconocibles y diferentes. Jugando con lo sinfónico, lo progresivo y lo extremo a partes iguales la banda hace de este nuevo disco un viaje por una apasionante historia de conspiraciones y poder, con su parte oscura, pero también con su parte luminosa.
El homónimo tema abre el disco de la manera más completa, sacando todos los recursos del grupo a relucir, con un aspecto muy narrativo dentro de la musicalidad de la obra. Y es que el grupo hace de cada tema un capítulo nuevo en esta historia. Ese vuelo hacia otra dimensión se constata en “REM”, pasando posteriormente a la caña de “Dark Tranquillity”, con cierto aire de Cradle Of Filth. Menos extremo es “Lifeless”, pero a la vez es un tema directo en el que la banda muestra su lado más accesible, con esa alternancia directa de voces limpias y agresivas envuelta por una ambientación muy cinematográfica. Menos extenso que el primer corte, pero muy representativo del estilo de la banda de manera más condensada, sería un single ideal que además entra directo, pero con virajes muy significativos a la vez. El ecuador del disco se relaja con un interludio de corte árabe como “Eternal”, un ambiente del que se contagia “The Last Sunrise”, donde la voz de Maia asume mayor versatilidad, atreviéndose con otras melodías, mientras que la voz gutural de Sef se hace mucho más visceral y gruesa que en los temas anteriores. No dejan de aflorar nuevos elementos y variedad en cada tema. Y queda clara la capacidad de la banda para sumergirte en un ambiente y un paisaje concreto, lo cual se acentúa en el hipnótico “The Singing Of The Sirens”, bajo cuyo cautivador influjo caerás con esa introducción que es como un proceso de transito hacia la turbulencia que se desata una vez que caes en su red. “Invocation” sigue con un aura muy cabalística que se acrecienta en esa parte narrada, de nuevo con una alternancia de agresividad y melodía en la voz, aunque en este caso incluso la voz de Maia adquiere un tinte más severo pese a no hacer uso de la agresividad. Se envuelve todo con unos nerviosos riffs de guitarra muy black. Se cierra el viaje con brisas orientales con “Shinigami”, que de nuevo así tiene otro toque diferente con el que sorprendernos, la voz de Maia adquiere aquí en el estribillo el tinte más dramático del disco.
Una forma intensa de cerrar una obra que de principio a fin nos mantiene cautivos de su sugerente escucha. Y es que hay un fondo brutal, pero los sentidos perciben de primeras una elegancia que nos atrapa. Una primera máscara bajo la cual irás encontrando mucho más con sucesivas escuchas. Porque han mantenido pese al paso de los años su estilo característico, pero le han dado cierto cariz más directo que de primeras engancha. Solo que ese halo misterioso de la banda siempre es un reclamo para volver a escucharlos en busca de ese algo más inexplicable escondido tras las sombras de una oscuridad que My Sweet Torment viste de gala con su música.
ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)