CRÍTICA: MORTSUBITE – DEIMOS

MORTSUBITE

(Deimos)

8/10

Nos aplastaron la cabeza como pocos con su anterior “Black Nécora”, que les hizo irrumpir como toda una sensación del metal extremo nacional. Era un reto superar aquella sensación de que una losa te caía desde lo más alto con cada nuevo tema, haciendo temblar el suelo bajo nuestros pies. Ahora la banda ha buscado mantener en su tercera obra esa sensación de violencia extrema, pero combinándolo con un mayor trabajo compositivo, dando mayor espacio al lucimiento solista de las guitarras y, en medio de una violencia extrema como esta, siendo capaces de añadir detalles de calidad, con una mayor flexibilidad. No me atrevería a decir que hay aspectos melódicos, puesto que a nivel vocal la guturalidad es tal que necesitarás el libreto para seguir los textos, pero sí que hay un punto de sensibilidad y reposo mayor que en su segunda obra.

Precisamente ese punto les puede venir por el mensaje más reflexivo que han trabajado en este disco, con unas letras que tratan de la relatividad de todo, lo ficticio y efímero de la existencia, el devastador paso del tiempo, el orden natural de las cosas… Hay un texto en el libreto bastante filosófico para que entendamos el contenido letrístico de la obra. Y en cuanto a las voces, la labor de dos vocalistas tan diferentes es una seña de identidad. Ambos con una vocalización asfixiante y con una alternancia entre agudos y graves muy lograda.

Si  bien la banda nos la encuadran dentro del deathcore, no me apresuraría yo tanto a encajonarlos. Cierto es que la forma en que se quiebran los temas, esas estructuras, son propias del metalcore, pero tiene también algunos condimentos del black en los momentos más ambientales, sobre todo con las voces agudas, y en los temas más cambiantes pueden acercarse al djent. Además el grupo tiene nivel técnico para estar cercano a esas tesituras más complejas.

“Vórtice”· es el tema con el que se abre la obra, de manera muy significativa mezclando riffs de lo más duros con unas guitarras muy sutiles, puede que incluso delicadas. Hay humanidad en el corazón de la bestia. Es una forma de intuir por dónde va a ir la banda en el resto del disco, con “Cronófago” entrando en una onda más despiadada y “Clepsidra” profundizando en el carácter tan intencionado de una obra cuyos mensajes merecen ser tenidos en cuenta para disfrutar plenamente del nivel sicológico al que MortSubite quieren llevar su música.

Significativo y sorprendente es el instrumental “Péndulo”, donde vuelven a dejar claro que no solo se trata de meter cera y aplastar cráneos, también se pueden provocar otro tipo de sensaciones. Tan agobiantes como las de “Gnomon”, o transcendentales como en el caso de “Transhumanista”, volviendo a jugar con conceptos que van desde la crueldad de una existencia efímera a, en este caso, tratar el tema de la inmortalidad, puede que no menos cruel. Al menos con el sonido de MortSubite todo suena crudo, por muy filosóficos que se pongan en canciones como la final “Deimos”, que aglomera buena parte del espíritu del disco.

La producción de Carlos Santos en Sadman Estudios y la masterización de Jens Bogren les da en cualquier caso un punto de claridad y elegancia al universo oscuro de MortSubite. Un punto que les ha venido muy bien en este nuevo disco para evolucionar y brindar un ápice de novedad que a su vez consolida un estilo personal. La agresividad más ilimitada también se puede acompañar de un ápice de melodía, sutileza, elegancia y un mensaje meditado.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)

INFORMACIÓN ADICIONAL:

Sello: Compañeros De Tumba / Blood Fire Death (www.bloodfirepromo.com)

Salida: 7 de octubre de 2016