CRÓNICA: SATURNA + CHIVO

SATURNA + CHIVO

Viernes 7 de octubre de 2022 – Mendigo – Barakaldo, Bizkaia

Han pasado 10 años desde que una banda de aire vintage llamada Saturna me pasara su primer LP “The Kingdom Of Spirit”. Vinilo que conservo como oro en paño y que desempolvé en el momento en que tuve constancia de esta cita en Barakaldo con los catalanes. En un principio estaba programado que le acompañaran en el cartel The Wizards, con los cuales hubieran quedado como anillo al dedo, pero resulta que a estos les surgió una gira por Alemania para estas fechas que hizo que en su lugar entrara acertadamente Chivo. Otros anfitriones de lujo que podrían ser de los más próximos por aquí estilísticamente. Finalmente conocimos la noticia días antes de este evento de que a The Wiztards se les caía esa gira, con lo que se quedaron al final sin cumplir ninguno de los planes previstos. No hubiera estado mal que al final se hubieran incorporado a este cartel como un tercer grupo, lo que hubiera hecho la noche más impresionante de lo que ya fue.

A Chivo les había visto recientemente en el Kabiefest, donde hicieron un gran concierto, pero lo de tocar en una sala y poder compartir el sudor con los asistentes es otra cosa. Al menos este concierto creo que les mostró en un estado pletórico de forma. Presentando su rotundo cuarto disco “Ouroboros”, pero dejando la mitad de los 10 temas del repertorio para anteriores trabajos que jalonan hasta la fecha una trayectoria sólida, siempre con gran resultado de estudio. Algo que reflejarían los vizcaínos en un concierto que aun resuena en los oídos y en el recuerdo de los que asistimos al evento.

“Drill Of Te Horn” y “Hobbit Feet” arrancaban la descarga haciendo vibrar el suelo bajo nuestros pies con esa densidad, grosor y contundencia que les define, dejando su reciente “Ouroboros” para el siguiente “Altered Carbon” que con el paso del tiempo me sigue pareciendo uno de los mejores exponentes del sonido y estilo de la banda. Aunque es verdad que “Phony Braggart”, que no faltaría, ha sido un single perfectamente elegido.

La actuación seguía incandescente con “Rockets On Fire”, retomando su nueva obra sin bajar la intensidad de una escarpa aplastante en todo momento con “Looking Upside Down”  el siguiente “Ashes”. Tan solo se levantaría un poco el pie con el dedicado a la memoria de Andrés Benzal de Mi Dulce Geisha “Cork Filler”, aunque ese inicio más pausado acaba por ir sonando cada vez más gordo hasta resultar un temazo tan musculoso como en ellos es habitual.

El contrapunto de la recta final del concierto lo puso “Hegan Egin”, una rareza no solo por ser cantada en euskera, sino por su accesibilidad, lo que la convirtió en la que mayor respuesta cosechó por parte de un público que se dejó oír cantando ese estribillo. Pero no sería porque no gozamos con otras canciones menos susceptibles de ser coreadas, pero que son auténticos bombazos en su estilo, como el que sirvió para cerrar la descarga a lo grande “Gaijin Hunter”, con un tremendamente suelto Mikel dejando el escenario para subirse con su guitarra a la barra y Aitor terminando la descarga entre el público.

Aplastante lo que vimos por parte de Chivo, tanto por su robusto sonido, imponente, como por la calidad tan natural que posee el quinteto facturando este pesado y grueso estilo al que ellos le saben dar su propio sello. Suelen bromear con peso físico que de un tiempo a esta parte han perdido algunos de sus componentes, pero hay que destacar el que ganan disco a disco y concierto tras concierto como una destacadísima banda en el presente de los sonidos más rudos del rock.

Con el subidón dejado por los predecesores aún en el cuerpo de los asistentes Saturna se subieron al escenario. Pero los barceloneses no quisieron ir a la zaga de los anfitriones, aunque su estilo sea más blues y setentero que el de Chivo supieron hacernos vivir otras sensaciones. Dejan asomar algún ramalazo grunge, pero básicamente pudimos apreciar que la banda desde aquel debut ha ahondado un poco más en una vertiente menos aguerrida. Al menos es lo que me pareció escuchando los temas de un repertorio que ya deja muy en el olvido aquel disco editado en 2012 que he mencionado en la introducción de esta crónica.

La banda ha contado con múltiples cambios de formación, quedando en sus filas desde el principio tan solo su bajista Rod, pero cabe destacar lo bien rodeado que se encuentra por músicos que captan perfectamente esa esencia del rock con cierto toque revival, que no os engañen las camisetas de los extremos Osserp de su batería o la de Judas Priest de su guitarrista porque lo suyo no va hacia esos derroteros metaleros. Si acaso de los Judas pueden tener algo de sus más primigenios tiempos. Sí que hay momentos en los que asoma un regusto grunge, no en vano registraron hace algún tiempo la versión de Soundgarden de “Outshined”, pero la forma de hacer fluir los temas, con esa libertad y apertura nos lleva más hacia los años 70 que a los 90. Hay mucho blues en su estilo.

Al menos así lo aprecié yo en este concierto en el que el grupo desgranó fundamentalmente los temas de su disco “Atlantis”, arrancando con “Way Too Log” y “Standing Still”, con los que iban captando poco a poco la atención y la admiración de los presentes, pese al impacto que aún teníamos encima. Saturna relajaron en parte nuestros oídos en comparación a la virulencia sonora de Chivo, pero no en cuanto a las sensaciones que iban sembrando sobre nosotros a base de clásico rock duro.

Tras el siguiente “Get Over It”  presentaban temas en su más reciente trabajo, el disco compartido con sus paisanos de Electric Monolith “Turned To Stone Chapter 4: Higher Selves”, del que nos ofrecieron temas como “Drowning” y “Keep Me Trayin´” para retomar “Atlantis” con “Last Forever” y el homónimo tema de la obra.

Si no habían convencido aun lo harían de lleno en la parte final con un destacadísimo “Black Purple”, anunciando casi la despedida con “Dusk And Dawn”, dejando aún otra muestra de nivel con “Aheads”, que esta vez sí que sería el broche a esta visita a Bizkaia por parte de Saturna,  habiendo convencido a los presentes conocieran o no a la banda. Lo bueno si no les conoces es que además te llevas una sorpresa, algo que a mí ya no me pudo ocurrir, aunque sí he podido comprobar la evolución que ha tenido la banda hasta un presente por el que apuestan sin perder la raíz de la que partieron.

Personalmente me hubiera gustado que hubieran rescatado temas del pasado del grupo, especialmente de su debut, pero parece que los cambios en la formación les hacen sentirse más identificados con los últimos discos. En cualquier caso, su calidad habló por sí sola y el público asistente supo captarla y valorarla.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)