CRÓNICA: ZURBARÁN ROCK BURGOS – Segunda jornada
STRATOVARIUS
ZURBARÁN ROCK BURGOS: Segunda jornada
STRATOVARIUS + CRAZY LIXX + EVIL INVADERS + KILMARA + HELL IN THE CLUB + BRIDEAR + INJECTOR + OVERDRIVERS + BLAZE THE TRAIL
Sábado 19 de julio de 2025 – Parque San Agustín – Burgos
La jornada del sábado amanecía ya con el escenario que acogería el set acústico de Robin McAuley siendo rondado por múltiples curiosos, con el vocalista ya desde un buen rato antes de la actuación haciéndose fotos, firmando discos y hablando con cualquiera que se acercara. Siempre con la mejor de las sonrisas. A la una del mediodía, ante la imponente imagen de un monumento histórico tan lleno de magia sonaron si cabe aun mejor en este formato intimista, aunque ante muchísimo público, temas como “Bad Boys” o “Anytime”, así como alguna defensa maravillosa de su más reciente obra en solitario. Cuando parecía que no tenía nada más preparado el vocalista nos brindó aun un “Eye Of The Tiger” de Survivor, de los que fue vocalista entre 2006 y 2011, excelentemente recibido por la multitud con el vocalista abandonando su asiento para acabar el pequeño pero apetitoso aperitivo. Preciosa estampa la de La Catedral de fondo mientras sonaban al desnudo estas canciones. Ya con buen sabor tocaba reponer fuerzas y prepararse para una jornada que arrancaba una hora antes que la del viernes.


Y es que no había que perderse la apertura con unos Kilmara que llevan ya más de 20 años siendo acreedores a ser mucho más considerados de lo que han sido hasta ahora como banda de power metal. Les avalan sus cinco discos editados hasta la fecha, el último de ellos un “Journey To The Sun” que defendieron con temas como el homónimo, “Chances” o “Alliance Of The Free”.


Con una curiosa indumentaria que me traía a la cabeza a bandas como Dragonforce, el grupo catalán también le dio mucho protagonismo a su obra anterior que ya data de 2018 con “My Heaven”, “Principless Of Hatred” o “Disciples” en una actuación de solvente power metal en la que demuestra que les sobran calidad y tablas para dar un salto en popularidad.


Que el cartel venía fuerte quedaba constatado con la presencia de Hell In The Club a una hora tan temprana. Eso sí, en el escenario principal, ya que el segundo escenario hoy retrasaría su primera actuación dando espacio a pinchadas de discos en los tiempos muertos entre los primeros artistas. Y es que Hell In The Club es una banda experimentada con músicos a su vez que militan y han militado en infinidad de bandas. Destacada para mí la presencia en el bajo de Andrea Buratto de Secret Sphere, aunque no le va a la zaga en cuanto a curriculum Marco Lazzarini en la batería. Se completa la formación con Andrea Piccardi en la guitarra y recientemente ha entrado en la banda Tezzi Persson como vocalista. Una frontwoman con una fuerza espectacular que ha hecho suyos los temas que ya ha heredado, mientras que demuestra lo mucho que puede aportar al futuro en nuevos temas como “Carolina Reaper”.


Sorprende en los habitualmente ampulosos grupos italianos encontrarnos con algo mucho más directo y hard rockero, sin tantos añadidos y muy natural. Pero de esta manera cautivaron a los presentes, con una vocalista muy activa en el escenario y atenta con los seguidores, con los que supo interactuar. Ello y el nivel de sus canciones seguramente que les reportó ganar algún nuevo fan en esta descarga.


Si alguien quiere saber lo que es un ejemplo de actitud sobre las tablas que vea a Evil Invaders en vivo. Los belgas salieron a no hacer prisioneros al escenario, apretando los dientes y repartiendo cera speedica de principio a fin de la descarga. Todo ello se remata con una puesta en escena propia de un grupo de espíritu claramente ochentero, con lo que los mas tradicionales se encontraron con lo más recomendado por el médico cuando empiezas a perder la fe en la existencia de algo puro. También hay que decir que se acaban haciendo algo lineales y que pueden ser aconsejables en una dosis justa. Es de los que hacen bueno aquello de que lo bueno, si breve, dos veces bueno. En todo caso dejaron buen sabor de boca repasando endiablados temas encadenados en un repertorio sin descanso donde repasaron sus tres obras editadas hasta la fecha con temas como “Siren”, “As Life Slowly Fades” o “Die For Me”. Con fuelle hasta el final.


Ganadores en la categoría Castilla y León, Blaze The Trail era la otra banda seleccionada del festival Las Candelas, encargados de abrir hoy el segundo escenario. La banda se comió las tablas, contando entre el público con algunos fans que les apoyaron y le dieron seguridad para estamparnos en el rostro un metalcore sin fisuras, con temas tan rotundos como “Break The Spell”, “Kill The System” o “Signs”. Fueron interpretados con la banda siempre en tensión, sin descansar en sus movimientos, saltos y entrega sobre las tablas. Como mandan los cánones de un estilo que debe sonar así de aplastante.


Uno tiene una sensación un tanto extraña al ver a Crazy Lixx. Es como estar viendo a una banda joven emulando a sus ídolos de los 80. Pero es que no estamos hablando ya de una banda tan joven. Los suecos llevan desde 2002 creando y viviendo su sueño hard rockero. Lo cual nos indica que nos vamos haciendo mayores y que aquella época dorada cada vez está más lejos. Hasta el punto que deberíamos ir añadiendo ya nuevos clásicos, que trayectoria ya tienen para ello. Es como viajar en el tiempo cuando nos topamos con una banda que aglutina todos los elementos de los grupos de hard rock de aquel momento.


Cuentan ya con unos cuantos discos editados, con lo que la banda sabe que ya tiene en su haber unos cuantos clásicos personales que no les abandonan en los momentos importantes. Así que no se cebaron con un nueva obra “Thrill Of The Bite”, del que se haría de rogar “Little Miss Dangerous”. Antes ofrecieron temas ya con la historia e “Whiskey Tango Foxtrot” y “Hell Raising Woman”. Con “Siletn Thunder”, “Rise Above” y “Swords And Stone” la banda se gustaba, con Danny Rexon sabiendo manejar su pose sobre el escenario, elegante y a la vez con ese aire gamberro reflejado en aspectos como ese micro en forma de dinamita con la mecha encendida. Otros detalles que tanto nos recuerdan a las míticas bandas que creaban una verdadera fiebre entre sus fans hace décadas. Puede que por la época no puedan vivir estos chicos aquel fenómeno a ese nivel, pero como pudimos ver en algunas reacciones algo de ello queda.


El caso es que nos brindaron a todos una gran descarga de hard rock que para más atrezo ochentero contó tras “Hunt For Danger”, con el vocalista portando un micro en forma de cuchillo y una máscara para el cinematográfico “XIII”. No nos sacaba de ese ambiente ni mucho menos un apropiado en su estilo “Girls Of The 80´s”.


“21 ´Til I Die” es una declaración de intenciones que abría la veda del final del concierto, con el público volcado con la banda, a lo que solo añadiría más madera otro clásico del grupo como “Blame It In Love”. Tras ellos se coló un tema nuevo, pero que va a ser de lo más apropiado para acabar cualquiera de sus actuaciones, porque después de ver uno de los shows de Crazy Lixx solo se puede añadir “Who Said Rock ´n´ Roll Is Dead”. Y es que ellos no harán nada novedoso en el estilo, pero no les hace falta, y la reacción del público habla por sí sola. La banda gusta, se ha ido haciendo grande dentro del estilo y es uno de los mejores baluartes del presente si quieres sentir sensaciones del pasado.


Pasamos del hard rock al thrash metal de Injector. Los murcianos están en un momento muy dulce. Es un lujo ver lo fluida que va la banda cuando se sube a un escenario. Han registrado una cuarta obra que les asienta de forma definitiva si es que no podíamos considerarlo ya con su anterior “Hunt Of The Rawhead”. Pero este nuevo “Endless Scorn” creo que les ha dado aun un mayor empaque y atrevimiento a la hora de hacer composiciones cuyo rugido es thrasher por todos los lados, pero con muchos elementos añadidos a unos temas enormes. Muy trabajados y exigentes de cara a los directos, aunque luego el cuarteto los interpreta con toda soltura.


El cambiante y agresivo “Path Of The Wrathgod” lo puso de manifiesto nada más empezar una descarga que nos iría acribillando con mucho gusto con “Warning Blast”, “Oppresive Force” o “Crawling One”, llegando a un final demoledor con “March To Kill” y “Unborn Legions”. Su momento actual es absolutamente colosal.


Esta segunda etapa de Stratovarius tras aquel escándalo que llevó a la salida de la banda de uno de sus pilares, como era Timo Tolkki, siempre ha sido mirada con cierto recelo. Tal vez no esperando ya demasiado depues de las grandes obras que nos dejaron en los 90 y al principio de siglo. Pero lo cierto es que cuando he podido ver a la banda en directo no me ha defraudado. Es más, siempre ha superado mis expectativas. Pese a ello reconozco que volvía a disfrutar de esta oportunidad con suspicacias, no me preguntéis por qué, pero los finlandeses me las hicieron saltar por los aires con la que considero la mejor actuación de todo el fin de semana. Y no es que flojearan las bandas para nada.


Para empezar cada componente del grupo mostró un muy buen nivel, especialmente un Timo Kotipelto muy bien de voz y con muy buena disposición sobre las tablas. Pero es que además el repertorio fue como para contentar a todos los fans. Ya nos dieron con la primera en la frente con “Speed Of Light”, que tantos recuerdos nos trajo a algunos que disfrutamos de los años más laureados de la banda. Enlazaron con un single imperecedero como “Eagleheart” y ahí ya defendieron un tema de su último LP “Survive”, exponiendo como definición del momento que estábamos viviendo “Glory Days”.


Solo fue un paréntesis entre entre clásicos que dejó buen sabor, ya que “Kiss Of Judas” fue otra mirada al pasado que encumbró a Stratovarius como una banda grande en el heavy metal internacional, clave en el mantenimiento del estilo durante los 90. Enlazaron “Holy Light” con un “Paradise” que puso las pilas al personal, respondiendo en el estribillo de gran manera. El legendario Jens Johansson se marcaba un solo de teclado que de inmediato detectamos como el preludio del himno “Black Diamond”, creador de un clamor entre un público entregado a la banda.


Resultó sublime, y probablemente la mejor interpretación de la noche, un “Destiny” soberbio, aunque le costara en algún momento a Kotipelto bordar algunas melodías. Nada que impidiera que el tema emocionara. Con el corazón todavía tocado nos enternecieron completamente con la balada por excelencia “Forever”. Tras ello muy destacable fue el impacto del reciente “Unbreakable” y para acabar la fiesta un “Hunting High And Low” cuyo estribillo llevamos ya 25 años guardándolo a fuego en nuestra mente.


Stratovariurs demostraron que hoy también pueden vivir días de gloria. Tal vez incomparables a los de décadas pasadas, pero pueden seguir defendiendo aquellos temas con plenas garantías y tienen ganado el derecho por muchos años de seguir haciéndolo para gozo de unos seguidores que esta noche vibraron con motivos junto a la banda.


Los franceses Overdrivers no estaban por la labor de dejar decaer la fiesta ya en las postrimerías del festival. La banda venia presentando su nueva obra “Glory Or Nothing”, aunque tiraran de ella o de trabajos previos lo que salía era un sonido de alto voltaje cargado de tics acedecianos. Un sonido aguerrido y crudo que también nos podía recordar a Motörhead en algún momento fue haciendo mella en un personal que se dejó llevar por la energía positiva y macarra de la formación. No faltaron solos de guitarra capaces de provocar un cortocircuito, ni un salto desde el escenario sin paracaídas de su guitarrista para acabar la fiesta dándose una vuelta entre el personal. Todo lo que podríamos imaginar en una banda que coja ese relevo de los AC/DC y que a día de hoy entre en el equipo de unos Airbourne como abanderados de una nueva ola de corriente alterna.


Bridear era la apuesta final de un festival que hasta el último memento sorprendió. Y es que esta banda nipona íntegramente femenina eran una incógnita para una inmensa mayoría. Pudimos alucinar con el derroche de fuerza metalera con aires de la tierra del sol naciente. La banda es tan versátil que lo mismo te suena power en los momentos en los que Kimi expone su voz más limpia y melódica, que de repente acercarse al metal contemporáneo con algunos guturales sobre riffs aplastantes. Fueron un torrente de fuerza con una originalidad que sale por sí sola en temas como “Ghoul”, “The Moment” o el final “Wing Of Hope”. La cantidad de gente que permaneció pegada al escenario principal del Zurbarán tras dos días de música, creo que la mayor que recuerdo a estas horas en las ediciones en las que he estado, dice mucho de lo que supuso este fulminante paso de Bridear por Burgos.


También dice mucho del éxito de un festival que no ha parado de crecer paulatinamente en sus 8 ediciones. Hasta el punto de que el año que viene nos daremos cita en otro emplazamiento de mayores dimensiones. Sea donde sea allí esperamos estar para recoger con agrado este regalo que nos hacen sus organizadores. Porque a cambio de nada por nuestra parte nos ofrecen un festival por todo lo alto. Gracias!!
Antonio Refoyo (antonio@lamiradanegra.es)
