CRÓNICA: PESTILENCE + CANCER
PESTILENCE
PESTILENCE + CANCER
Viernes 5 de diciembre de 2025 – Sala Groove – Portugalete, Bizkaia
Cartel con dos grandes nombres del metal extremo que no merecía menos que el sold out que semanas antes de la cita estaba asegurado en la sala Groove. Unas expectativas a las que correspondieron los grupos con sendas actuaciones magistrales cada uno con su diferenciación dentro del death metal. Y es que, no en vano, hablamos de dos de los grupos de vieja escuela, pioneros de ese estilo que dio un salto del techo de agresividad del thrash hacía un punto más álgido en la virulencia del sonido del metal entre finales de lo 80 y principios de los 90. Algo o mucho que decir al respecto tienen los dos grupos que hoy disfrutaríamos en Portugalete


Puede que el nombre de Cancer no llegue al reconocimiento de Pestilence como influencia en el estilo pero nadie quiso perderse la actuación de los británicos. Con John Walker como pilar indiscutible, el hecho de que el grupo ahora mismo se ubique en Madrid hace que a su alrededor se encuentren músicos españoles con las presentaciones sobradas para que la banda arrase, como lo hizo, con cualquier escenario.


El derrumbe lo iniciaron con temas de su más reciente disco “Inverted World”, en sacudidas que fueron enlazando temas por diferentes bloques a lo largo de la descarga. El primero lo acapararon de una tirada “Enter The Gates”, “Until They Died”, “Inverted World” y “Amputate”, apostando por su nueva obra plenamente. Aunque siempre prevalezca el aroma de vieja escuela en una banda de fiel sonido, nada como rescatarlo directamente del pasado con “Into The Acid” y “Tasteless Incest”, de sus primeros largos “To The Glory End” y “Death Shall Rise”, respectivamente.


Sin mediar prácticamente palabra llegaba “Ballcutter”, con un breve impás para presentarnos “Garrotte”. Con “Covert Operations” y “Corrosive” dieron por presentada su reciente obra para encarar un final con viejas piezas. “Hung, Drawn And Quarted” era el preámbulo para un muy celebrado “C.F.C” de un debut que en este 2025 cumple 25 años, y otro clásico de su segunda obra, tan solo con un año menos, de la que eligieron “Death Shall Rise” para cerrar la descarga y dejar ya al público tremendamente impactado.


Precisamente porque Cancer habían dejado ya al personal con una sensación abrumadora tiene mucho más mérito que Pestilence se salieran como lo hicieron. Una descarga de death metal old school para enmarcar. No muy larga, como suele ocurrir en estos casos, pero de un nivel individual y colectivo que nos hace quitarnos el sombrero a todos los presentes. La banda liderada por Patrick Mameli desde el micro y la guitarra nos despachó en apenas una hora y cinco minutos con un despliegue de fuerza, agresividad y técnica que vino a defender con creces el nombre de los neerlandeses como referentes históricos de este estilo, aun muy en forma a día de hoy.


Y mira que parece difícil encontrar a músicos que den la talla para estar al lado del eje en torno al que gira la banda desde 1986, pero la depurada técnica y complejidad de unos temas que juegan con estructuras elaboradas dentro de una agresividad expuesta a contrastes contaron con unos músicos que nos impresionaron. Al margen del propio líder, que merece capítulo aparte, hay que empezar por destacar a una figura tras los parches como Michiel van der Plicht, todo un prodigio que se multiplica para aporrear sin límites cada uno de los elementos que componen su batería. Decir que el guitarrista Max Blok secunda al depurado Mameli podría parecer hacerle un tanto de menos, pero el chico no deja de ser impresionante en cada complejo riff y atreviéndose a batirse el cobre codo a codo con el coloso líder de la banda. Y por su parte Roel Käller, quien no es miembro oficial de la banda, es todo un virtuoso que hizo vibrar sin piedad las cuerdas de su bajo.


Su concierto se sustentó en viejos temas con alguna más reciente inclusión que no quedó a la zaga en ejecución y sensación, aunque evidentemente fueron los temas de sus primeros discos los que mejor conservan el aroma de aquel death metal primigenio, caso de “Lost Souls” de un “Testimony Of The Ancients” muy protagonista en un repertorio, que enseguida demostró hacer convivir sin acritud temas viejos y actuales como “Deificvs”, saltando en el tiempo de nuevo, esta vez hasta finales de los 80 con “Dehydrated”.


La alternancia temporal siguió con “Morbvs Propagationem”, aunque permanece inalterable el rocoso sonido de la banda y la ejecución con precisión quirúrgica de cada tema, caso de “The Process Of Suffocation”, “Chronic Infection”. “Resurrection Macabre” y “Devouring Frenzy” se encargaron de defender y representar una época intermedia de la carrera de los neerlandeses. Pero quedaba clara la querencia del personal por la vieja escuela del death cuando el líder de la banda nos preguntaba si queríamos más en esa línea primitiva. Ante lo que cayeron piezas como “Prophetic Revelations” o un “Twisted Truth” que me pareció de los más sublime de una descarga intachable en todo momento. Para tomar nota.


“Horror Detox” fue el tercer tema en liza de su “Resurrection Macare” de 2009, cuya presentación fue muy significativa en medio de grandes clásicos de la banda. Y, por supuesto, el final estuvo reservado para dos de ellos como “Out Of The Body” y “Land Of Tears”. Otras dos joyas de muchos quilates para jalonar una actuación simplemente impecable. De lo más rigurosamente técnico sin perder un ápice de la beligerancia que lo hace puramente extremo que uno puede imaginar sobre un escenario.
ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)
