CRÓNICA: ARCH ENEMY + VOIVOD + TITANS EVE
ARCH ENEMY + VOIVOD + TITANS EVE
23 – 10 – 12
Villava, Navarra (Sala Totem)
La duda en torno a la respuesta de público siempre planea a la hora de hacer conciertos en estos tiempos. Más si cabe cuando es entre semana y a muchos nos toca desplazarnos kilómetros. Cuando llegamos a la sala Totem y vimos que ésta había reducido el espacio a la mitad para dar sensación de más recogimiento y que el público en la puerta a las 20:00, hora de apertura, era escaso nos temimos lo peor. Puede que la situación sea complicada, pero si una banda como Arch Enemy ya no mueve público sería un baremo preocupante para la situación del metal en nuestra tierra. Finalmente nos daremos con un canto en los dientes si llegamos en torno a las 300 personas, más de lo que a primera hora se preveía. Una concurrencia que creó un ambiente de gran cita con los suecos, resultando que al final en las primeras filas hubo incluso apreturas.
Antes que ellos teníamos la oportunidad de ver a dos bandas canadienses, una mítica y una con un par de trabajos editados. Los más desconocidos Titans Eve se encargaron de abrir. No supusieron ninguna sensación especial para el personal que aguantó pacientemente su actuación. Facturan un thrash bastante indefinido, no me atrevería a catalogarlo ni de clásico ni de moderno. Simplemente estos chicos hacen ruido, que no está mal, pero no resultan una banda compacta. No creo que supongan nada nuevo ni impactante para la escena internacional y el personal simplemente aguantó el chaparrón sin demasiada respuesta, aunque cabe reconocer al grupo su actitud y buen rollo para calentar el ambiente de cara a los siguientes. Tal vez debieran definir un poco más lo que quieren hacer porque en directo no quedaba del todo acoplado que una banda tan estridente de repente metiera algunos ramalazos de heavy metal más tradicional. Temas como “Destined To Die” o “Judgement” fueron algunos de sus avales, aunque creo que deberán ganar en muchos aspectos para causar algo de sensación.
Pese a que su andadura se inició en el año 82, Voivod son una banda que sigue siendo para muchos seguidores unos auténticos desconocidos. Y para algunos es simplemente la banda en la que militó el exMetallica Jason Newsted. Solo había que ver la cara de póker de algunos seguidores, sobre todo los de edad más temprana que única y exclusivamente tenían oídos y ojos esa noche para la banda principal del cartel. También hay que reconocer que los canadienses no pegan demasiado con los suecos, por lo que encontrar un público afín con un rara avis como Voivod no era tarea sencilla. Una banda que debería ser reconocida como una influencia, y lo es en parte, pero que fundamentalmente es uno de esos grupos eternamente incomprendidos.
Su concierto se hizo muy corto. Apenas fueron cuarenta minutos basados en sus clásicos más un tema de su inminente nueva obra. Un tiempo sobre las tablas de locura en el que la banda, gustara o no, dejó patente que no pueden dejar indiferente.
Musicalmente, a mi modo de ver, estuvieron sensacionales. Solo se afeó un poco la cosa porque en el último “Astronomy Domine” hubo un problema con la guitarra que la hizo desaparecer en algún momento. Una versión de Pink Floyd que demuestra lo atípico de este combo de thrash metal.
Además, la formación en escena contaba con los tres miembros originales vivos. Away a la batería, Blacky al bajo y Snake a la voz. La guitarra la ocupa en sustitución del fallecido Piggy un excelente Chewy, que no solo es un guitarrista magnífico en el plano técnico, para estar a la altura de lo que la banda exige a nivel musical, también se acopla en el aspecto visual a la imagen de desconcierto y locura que genera Voivod sobre las tablas.
A mi modo de ver, la banda dio lo mejor en el tiempo del que dispusieron, con temas más directos como “Voivod”, con el que iniciaron la descarga a por todas. Un público que verdaderamente se hubiera considerado seguidor del grupo la hubiera montado gorda desde este momento. Sin embargo, los seguidores que conocieran al grupo se podían contar con los dedos de las manos. Si digo de una mano igual me quedo corto, así que diré las dos por si acaso.
Pasamos por otros momentos más elaborados como fue “Forgotten Spaces”, con gran interpretación. En ese plano técnico podemos meter ese nuevo “Mechanical Mind”, demostrando que sin una pieza clave como Piggy la banda puede mantener una imaginación de la que pocas bandas pueden presumir.
Si bien el público no se volcó Snake consiguió a petición propia que hubiera una respuesta finalmente. El vocalista agradecía cualquier gesto de apoyo y reconocimiento, muy atento pese a su peculiar forma de actuar, que parece tenerle un tanto desconectado del mundo real. De hecho, en algún momento le hizo un gesto a un chico con una camiseta de Death reconociendo su buen gusto. Con “Tribal Convictions” parecían comenzar a enganchar más al respetable, pero poco más tiempo les quedaba ahí arriba. Reconozco por la respuesta de la gente que hubo quien agradeció que se marcharan para dar paso a los siguientes, pero a mí personalmente me pareció una actuación que demostró un nivel y una originalidad al alcance de muy pocos. Cuántos grupos hoy con más éxito deben reconocer su influencia. Una pena que no hubiera tiempo para dos o tres temas más.
Ahora sí. Llegaba el turno de Arch Enemy y las pasiones se desataron de verdad. Fue comenzar el concierto y en las primeras filas se produjeron incluso apreturas. Un par de horas antes era impensable que finalmente el concierto cogiera estos visos. La efusividad de los jóvenes seguidores que sigue arrastrando la banda se deja notar, algo que algunos grupos han perdido con el paso de los años.
Sonido fantástico el que mostró la banda durante todo el concierto, limpio y atronador, lo cual facilitó que apreciáramos la calidad musical de sus componentes. Por supuesto que nos acordamos de Christopher Amott, que formaba una legendaria pareja con su hermano Michael. Pero no tardamos en apreciar el nivel de un Nick Cordle que parece muy integrado en la banda. Técnicamente se lució en los solos y se le vio muy suelto.
Se puede poner como reparo que en ocasiones el concierto se hace muy mecánico. Tan solo un par de veces Angela Gossow se dirige al público, demostrando que también sabe imitar la voz humana para ponerse en un plano más terrenal. Y es que cuando canta en ocasiones parece que pudiera salir sangre de una garganta que no se cómo puede aguantar semejantes registros a cargo de una mujer que revolucionó le escena del metal cuando entró en Arch Enemy. Después de las primeras críticas ha dejado sentados a los que pensaran que una mujer cantando en estos registros guturales era algo más pintoresco que efectivo. A todas luces estamos ante una gran cantante de death metal que junto con la banda en la que milita sigue haciendo historia.
Tras un inicio con temas como “Yesterday Is Dead And Gone”, “Ravenous” y “My Apocalypse”, la sala se desató en un pogo tremendo con “Bloodtined Cross”. Esos pogos se sucederían con mayor o menor intensidad desde ese momento. Tras “The Day You Died”, apenas con 5 temas, llegaba el solo de batería de Daniel Erlandsson. A mi modo de ver para dar descanso a la vocalista, porque hay que reconocer que esto frena bastante el ritmo de la actuación en un momento tan temprano. Más cuando apenas un par de temas más adelante también habría solo de guitarra.
Entre medias de esos dos solos llegó el momento cumbre de la noche. Un tema del último disco como “Under Black Flags We March”. Hubo más respuesta con otros que llegarían más tarde, pero musicalmente este me pareció el momento más brillante. Angela se paseó a sus anchas por el escenario ondeando la bandera del grupo.
La parafernalia visual se basaba en unos focos colocados a la espalda de los músicos y en unas imágenes proyectadas detrás de la batería, que apenas si se podían percibir con los focos de la sala. Cuando más impacto pudieron causar fue con “Cruelty Without Beauty”, cuyo impactante video os lo recomiendo, aunque puede herir la sensibilidad de muchos. Es la forma en que Arch Enemy dicen NO al maltrato animal en esos laboratorios llenos de atrocidades.
Antes de ese momento tuvimos la ejecución de “Dead Eyes See No Future” y el solo de guitarra de Nick Cordle, continuado por Michael Amott con una maestría total a la hora de introducir “Dead Bury Their Dead”. Momento en que muestra su clase como estupendo músico, secundado por toda la banda.
Al final llegaron los temas más esperados por muchos, los himnos. “We Will Rise” fue un clamor. Angela colocaba el micro para que el público cantara el estribillo y el aliento de la gente llegaba con claridad pese a los decibelios de una banda tan potente descargando. En dura pugna con este queda “Nemesis”, único tema interpretado tras la primera vez que la banda nos dice adiós, aunque escoltado por el instrumental “Snow Bound” a modo de intro y “Fields Of Desolation” como outro, estallido final cuya onda todavía vibra hoy en mis oídos.
Fue una hora y diez de actuación que se hace corta, más teniendo en cuenta que hay solo de batería y guitarra. Pienso que esto se puede deber al gran esfuerzo de una vocalista que para cantar así todas las noches debe cuidarse mucho, porque de lo contrario cabría exigir algún tema más. Donde no se puede poner ni un solo reparo es en la calidad de los temas interpretados, que resultan en directo idénticos a como un fan del grupo los pueda soñar. Impecables.
Texto: ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)
