THE MUGGS

(Born Ugly)

8´5/10

 

Vaya por delante que la tercera obra de The Muggs es una maravilla absoluta para cualquier degustador de rock. Su personal propuesta en unos cánones marcados por el blues rock adquiere un peso en esta obra que pese a fraguarse desde la independencia debería darles un reconocimiento, aunque el mundo pueda ser muy grande para la autoedición. Esta obra no deja ningún lugar a dudas en su presentación, en sonido y, por supuesto, las canciones que lo integran.

Para los que no les conozcáis se trata de una banda americana que destaca dentro del underground mundial como pocas. Si llega esto a tus oídos no te pasará desapercibido. El trío sufrió un duro revés cuando un problema de salud dejó sin movilidad la parte derecha del cuerpo de Tony DeNardo. Sus compañeros tuvieron paciencia al comienzo de la carrera del grupo (principios de la pasada década) y, aunque la recuperación no podía ser total, adaptaron el teclado para que Tony pudiera simular con él los sonidos del bajo, poseyendo así un toque particular la música del grupo. Puede que sea el primer caso de esta índole, pero no el primero que con alguna disminución física adapta su instrumento. Recordemos los casos de Tony Iommi en Black Sabath o de Rick Allen en Deff Lepard.

Una vez rehechos The Muggs han editado tres trabajos de verdadero lujo para los amantes de las sonoridades del blues más potente. Aquí tenemos una muestra de cómo este estilo puede sonar actual y emparentarse con una porción más heavy. De hecho, un tema como “Ugly Born” recuerda por igual a Black Sabbath y a Zeppelin. Y es que el toque blues se une a un perfil más duro y oscuro. También ocurre en “Sturm Und Drang”. Bien es cierto que la banda tira más hacia los derroteros meramente blueseros, pero sin dejar de lado esa consistencia más dura. Así por ejemplo hay temas donde podemos percibir un tinte sureño, caso de “Clean Break Blues”, también tenemos el sonido de slide guitar áspero de cortes como “Dear Theo” y algún atisbo de psicodelia en algunos momentos, como en“6 To Midnite”, pero sin perder el rumbo de unas canciones que resultan muy corpulentas y con riffs muy currados. Y es que este grupo no falla en esos pilares que asientan los temas ni cuando se trata de desarrollar partes instrumentales donde sobresalen como excelentes instrumentistas.

La banda más fea del mundo, según sus propias palabras, nos deja una obra que debemos recordar por mucho más que por la falta de atractivo físico de sus miembros. De hecho, es más que una recomendación que intentes echarle una escucha, te gusten los sonidos más o menos duros. Esto es rock con peso, fuerza, cuerpo, calidad, imaginación y personalidad que solo requiere la posibilidad de encontrar oyentes con buen gusto y apertura mental para hacer crecer la popularidad de una banda magnífica.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)