CRÍTICA: OVERLOUD – ALTERED EGO
(Altered Ego)
8/10
El salto cualitativo con respecto a su anterior “Past Has Gone… Today Is Done” es notable en todos los aspectos. Overloud se han currado un señor disco de hard rock que los asienta con todas las garantías en la actual escena revival de este estilo enraizado en los 80 con los mayores aires americanos. Porque no han variado ni un ápice el estilo expuesto en su debut. “Altered Ego” ahonda en esa línea a medias entre Mötley Crüe y Guns N´ Roses, pero la consistencia que han ganado las canciones y el sonido impoluto y potente expuesto en estos temas les hace verse como una realidad muy solida.
Además los guipuzcoanos no se han dejado nada en la recamara, con un total de 14 cortes, intro incluida, que en principio podrían hacer en este estilo de “Altered Ego” un disco largo. Pero nada de eso, la obra pasa de manera amena y rápida, dejándote con las ganas de pulsar nuevamente el play una vez que terminas de degustarlo y disfrutarlo como un enano.
Y es que es un trabajo bastante completo, con detalles que denotan un crecimiento musical en aspectos como la homónima intro de la obra, en un in crescendo de los que te abren la puerta, te acomodan y finalmente te obligan con mucho gusto a quedarte a la fiesta, que definitivamente arranca con “Passport To Paradise”. Cogemos el ticket y nos adentramos en un tema con aroma a “Welcome To The Jungle”. El ritmo adictivo no lo soltamos para enganchar con el siguiente “Swallow My Love”, de potente estribillo. Aguijonazos como “Lock ´Em Up” te inyectan su veneno hasta recorrer toda tu medula espinal.
En “Devil In Me” se decantan por una tesitura más grave, demostrando que también han madurado, pese a no perder el toque gamberro propio de este estilo. Pero son capaces de contener esa potencia en “Desert Law”, utilizando mas la pegada que la velocidad, o marcarse un medio tiempo de tinte alegre como “Cry On My Shoulder”.
“Girl Of Misery” es un tema veloz, pero ajeno a clichés. Puntualmente llegan a tesituras muy duras y prácticamente thrash. A veces puede ser muy fina la línea que separa estilos en principio tan apartados. La entrada a cada corte es de las que te pone el corazón a cien, todas ellas significativas, haciendo que los temas enganchen por mucho más que por el estribillo. Un ejemplo es “Running Free”. “Homeless” se hace más melódico, con gran estribillo de cierto regusto a Bon Jovi y continuando con la línea melódica tenemos “Tonite”. “Thanks For Nothing” es de los más vacilones, antes de un “Heaven” que arranca como una balada, pero que finalmente se vuelve un himno que bien podría despedir el disco manteniéndose en nuestra memoria. Pero para dejar el resultado más redondo nos topamos de lleno con un roquero “Knocking At Your Back Door”, con teclado y armónica, como una sorpresa, aunque no aparezca como pìsta oculta ni bonus track, pero es una especie de fin de fiesta que llega, precisamente por la puerta de atrás, aunque sea para despedir a la obra por la puerta grande haciendo la escucha aún más degustable. Irresistible, diría yo, para cualquier amante del hard rock tradicional que encontrará un apasionante álbum plagado de alicientes.
ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)
INFORMACIÓN ADICIONAL: