CRÍTICA: JON LORD – CONCERTO FOR GROUP AND ORCHESTRA

JON LORD

(Concerto For Group And Orchestra)

8/10

 

 

 

Veo la foto en la portada del gran Jon Lord y me siento muy pequeño. Demasiado para hablar desde un modesto medio como este de una figura tan grande. Una persona cuya importancia en nuestra cultura es tal que, antes de su muerte, hacía imposible imaginar todo esto sin él. Físicamente Jon Lord murió el 16 de julio de 2012 y La Tierra no detuvo su movimiento rotatorio. Para este universo, por suerte o por desgracia, somos tan insignificantes que ni siquiera una pérdida así le influye en su continuo devenir. Pero en el mundo paralelo del rock algo se estremece en el interior de cada amante de esta música cuando un artista de esta envergadura se marcha. Él era el teclista del rock, un persona que ha imbuido con su característico sonido de teclado mucho más que los temas de Deep Purple, también lo ha hecho con todos los que posteriormente han venido y vendrán con esa influencia marcada. Tal vez llegue un tiempo en que algunos chavales se reúnan para formar una banda y sin saber de dónde viene, llevarán esta influencia transmitida por bandas posteriores. Tendrá que pasar mucho tiempo para que eso ocurra, porque el recuerdo de un grande así permanecerá con nosotros toda nuestra existencia, pero lo que quiero decir con esto es que la influencia de un artista tan grande podría dejar huella incluso cuando sobre la faz de este planeta no quede nadie que recuerde al creador, porque lo que queda es la creación de la que se seguirán nutriendo generaciones y generaciones sucesivas.

Todavía está, sin embargo, muy reciente la pérdida. Tanto que escuchando este disco pareciera que esos dedos siguen tan vivos como siempre. Lo están dentro de este disco como de tantos otros. Además de por su sonido de teclado, Jon Lord será recordado por su afán de unir la música clásica con el rock. Así lo hizo con Deep Purple en muchas ocasiones en esos conciertos para grupo y orquesta y así ha querido decirnos hasta siempre. Con un disco en solitario grabado consciente de su enfermedad junto a la Royal Liverpool Philarmonic y con colaboraciones de músicos como Brett Morgan (Jon Anderson, Sting), Guy Pratt (Pink Floyd, Madonna) Bruce Dickinson (Iron Maiden), Joe Bonamassa y su propio compañero en Purple Steve Morse.

El disco cuenta con tres cortes de extensa duración. Conjuntamente superan los tres cuartos de hora. “Movement One”, “Movement Two” y “Movement Three” es un regalo de despedida enorme en el que vuelve a quedar claro como el rock y la música clásica pueden ir de la mano. Sin perder las características de un estilo como el rock. Este estilo se puede codear con la inmensidad de toda una orquesta. En ocasiones yendo de la mano y en otras entrando en discusión, sin achicarse y provocando las sensaciones que provoca una obra en la que los silencios son fundamentales, con tramos orquestales susurrantes que desembocan en torrentes de ampulosidad, o que dejan paso al toque afilado de las guitarras y, por supuesto, al toque elegante del señor de los teclados en el mundo del rock. Un destello de calidad, magia y distinción para una obra póstuma muy especial que refleja gran parte de la esencia de lo que Jon Lord ha supuesto para nuestra música desde el inicio de su carrera hasta mucho más allá de su adiós definitivo.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)

INFORMACIÓN ADICIONAL:

Sello: EarMUSIC

Fecha lanzamiento: 28/09/2012