CRÍTICA: JOHNNY HILAND

JOHNNY HILAND

(All Fire Up)

8´5/10

Mientras que el común de los mortales usamos los ojos para ver, hay quien a falta de esa posibilidad puede desarrollar una capacidad oculta que escapa a la lógica, como si un sexto sentido oculto esperando a ser despertado existiera, siendo más capacitado para encontrarlo el que tiene la necesidad para ello. Johnny Hiland nació completamente ciego, lo cual no ha sido ningún obstáculo para que sea a día de hoy uno de los guitarristas más impresionantes del planeta. Más bien todo lo contrario, ya que de esta manera parece ver con sus dedos todo aquello que sus ojos nos son capaces, llegando a dibujarnos los más asombrosos dibujos mediante sus seis cuerdas con una imaginación infinita que nos lleva más allá de lo conocido en el mundo real. Esto es explotar las posibilidades ilimitadas que brinda la música. De esta manera este genial instrumentista llega a mostrarnos con su guitarra todo un mundo de sensaciones lleno de maravillas.

Pese a estar ante otro caso de un músico poco conocido, este hombre ha colaborado con grandes nombres de la escena musical internacional en todo tipo de estilos. Ha compartido escenario con gente como Sammy Hagar, Steve Vai, o Joe Bonamassa… Aunque sin más referencias, el respeto lo tiene ganado tan solo con escuchar esta obra que nos ocupa. Un disco muy basado en el country rock, pero que nos lleva a terrenos mucho más variados y pintorescos. La fluidez que tiene Hiland con la guitarra es de quitar el hipo. Temas como “Barnyard Breakdown” o “All Fired Up” quedan plasmados con gran precisión y velocidad, con toda nitidez. Pasamos por terrenos más melódicos en “Forever Love”, con estribillo más claro. El recital sigue con temas que en todo caso se plasman talmente pulcros, sin astillas que pulir, aún cuando la cosa se complica en parte cuando aparecen ramalazos jazz o incluso swing. Títulos como “Six String Swing – B” o “Gone But Not Forgoten” pueden ser de los más fundidos entre el country, el blues, el rock y algún otro ingrediente que dota de una especial gracia a este disco. Y es que el disco nos llena de positivismo, con una energía que no va impresa en una contundencia que no busca el guitarrista, pero sí en una vitalidad que en algún caso como “Double Stoppin” llega a ser hasta cómica, haciéndote aflorar sin darte cuenta una sonrisa. Como sorpresa tenemos un final de dos bonus track cantados por el propio Hiland, después de 10 temas totalmente instrumentales. En “Breaker, Breaker, 1-9” y “Party Time” demuestra ser poseedor de una gran voz para este estilo americano clásico que él practica. Unos derroteros por los que pocos guitarristas pueden competir en destreza con este. Así lo plasma este muy recomendable “All Fire Up” para todo amante de la guitarra sin excepción.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)

INFORMACIÓN ADICIONAL:

Sello: Mastertrax (www.mastertrax.com)

A la venta: 25 de Julio de 2011