DEREK SHERINIAN

(Oceana)

8´5/10

 

 

No es difícil imaginar lo que encontramos en un disco donde un virtuoso se junta con otros virtuosos. Exacto, virtuosismo. Incluso con tanto as en una misma obra uno puede pensar en virtuosismo al cuadrado, pero no diría yo tanto. Derek Sherinian nos ofrece un trabajo instrumental donde cualquier seguidor de la buena música puede recrearse, sin llegar a excentricidades ni complejidades tan excesivas, si bien la técnica y las virguerías no van a faltar. Vamos, que siendo este un trabajo para degustadores de los buenos músicos no llega a ser uno de esos trabajos que parecen una clase exclusiva para músicos. Simplemente es una genial obra para despertar tus oídos con la incuestionable calidad de Derek Sherinian y de sus invitados de excepción, y luego habrá quien se quede con las sensaciones y quien entre a desgranar los detalles concretos.

Algo más que un invitado es Simon Philips. El batería que haya dado mil patadas en la música con nombres como The Who, Jeff Beck. Mick Jagger, Toto o Mike Olfield, aporta, aparte de la ayuda en la producción, buena parte de la composición de los temas. A lo largo de los mismos van pasando algunos nombres que hablan por sí solos. Empezando por Tony MacAlpine, que mete su guitarra en los iniciales “Five Elements” y “Mercury”, envolviéndose con el teclado de Sherinian, pero también pugnando con él, sobre todo en el segundo de los mencionados cortes. La personalidad del guitarrista se plasma en los temas, como lo hace cada uno de los participantes, como en el caso de Steve Lukather que se marca “Mulholland”, en un plan muy clásico de guitarra instrumental, y “Euphoria”, este más introspectivo y recordando más a su carrera en solitario, solo que con la marca añadida del teclista.

Dentro de los términos más asequibles de una obra instrumental está “Ghost Runner”, con un estribillo que se memoriza rápido, pero con un buen recital entre el teclado y la guitarra, en este caso de Steve Stevens. Daug Aldritch protagoniza “El Camino Diablo”, muy clásico también en la ejecución de la guitarra encontrándose con respuestas por parte del teclado. Entre el hard rock y un ligero toque blues se mueve “I Heard That”, absorviendo el estilo del magistral Joe Bonamassa. Puede que los últimos “Seven Sins” y “Oceana” no ofrezcan ya novedad, repitiéndose la participación de Steve Lukather en el primero y de Steve Stevens en el segundo, pero lo que nuestros oídos perciben sigue respondiendo a la excelencia de toda la obra, si cabe con un poco más de profundidad en el final del disco.

No es un trabajo en el que hablemos de excentricidades de unos músicos virtuosos, ni de evolución o de buscar algo diferente. Solo es un trabajo que lleva la firma de unos grandes músicos en su mejor versión, con el pequeño grado de distinción que cada uno pueda ofrecer a la columna vertebral formada por Derek Sherinian. Sin embargo, más allá de esos análisis es un disco de una sobresaliente factura, al que no le falta imaginación y la capacidad de crear un clima que envolverá a los que aún aprecian la música buena… y de verdad.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)

INFORMACIÓN ADICIONAL:

Sello: Mascot Records / Music Theories Recordings / Mastertrax (www.mastertrax.com)