CRÓNICA: VOLBEAT + BUSH + WITCH FEVER
                VOLBEAT
VOLBEAT + BUSH + WITCH FEVER
Martes 28 de octubre de 2025 – Cubec! – Barakaldo, Bizkaia
No se si algún día llegaran a las cuotas de popularidad de los dinosaurios del rock, pero tiene mucho mérito el tirón que ha cosechado una banda como Volbeat. No lo ha hecho a base de una fórmula fácil, sino con una fusión de estilos que va mucho más allá del estribillo coreable, creando canciones que funden como uña y carne el rock clásico con el metal. En esta ocasión caía en martes la cita con ellos en el Cubec! de Barakaldo, lo cual restó público a lo que hubiera supuesto este mismo concierto en fin de semana, pero el ambiente fue fantástico para ver a los daneses.


Se hacía más atractivo el cartel con una banda más longeva que los propios Volbeat como Bush. Importante banda de los 90 que tal vez nunca llegará a la repercusión de otros contemporáneos, aunque no por ello deja de ser una banda clave en la evolución del rock a lo largo de esa década de cambios.


Por otro lado, Witch Fever se encargaron de abrir la noche como sorpresa para una gran mayoría del público. Pero no les faltó actitud a estas chicas que tampoco se conforman con lo típico. Su estilo es difícil de calificar, aunque apuntan a una mezcla entre la oscuridad de Black Sabbath pasada por el filtro de reminiscencias del grunge o del post punk. Lo cierto es que no son de una primera escucha, pero las chicas hicieron una actuación llena de desparpajo, con una vocalista que se paseó a su antojo por la pasarela que salía del centro del escenario hacia el público. Lo mismo transmitía sensibilidad como una rabia descomunal, con una actitud a prueba de bombas y una imagen entre inquietante y desafiante. Difícil dar un veredicto en una primera impresión con las de Manchester, pero su diferente propuesta las hace sugerentes para profundizar en ese infierno que crean con sus tormentosas canciones. Pero hay que atreverse.


Bush ofrecieron en su corta actuación gran impresión. Fue una excelente exposición de un rock alternativo marcado por la elegancia en las melodías y la voz de su vocalista y guitarrista Gavin Rossdale, que sintió cada tema al frente de la pasarela, en la que desarrolló casi toda la descarga con constantes bailes. Presentaron su nuevo disco “I Beat Lonnliness”, pero no faltó un escueto pero bien seleccionado recorrido por canciones de una carrera dividida en dos épocas que en aquellos años 90 nos dejó temas como “Everything Zen” o “Machinehead”. Una época en las que los británicos cosecharon un gran éxito y repercusión. Sus mas recientes pasos quedaron representados con “Identity” o “More Than Machines” y cerraron la descarga con “Flowers On A Grave”, momento que Gavin aprovechó para salir del escenario y cantar entre el público. En pleno contacto con sus seguidores. Este hombre transmitió mucho sentimiento sobre el escenario, algo que unido a un limpio sonido y a buenos temas convirtieron sus actuación en un jugoso entrante para lo que vendría después.


Coincidiendo con la caída del gran telón que proyectaba la figura de los 4 músicos comenzó a sonar con potencia Volbeat con “The Devil´s Bleeding Crown”. Enseguida percibimos el limpio y potente sonido de una banda trabajada al milímetro para atronar con esos riffs metaleros, con Michael Poulsen con libertad para moverse a su antojo por el escenario a pesar de tener que cantar y portar la guitarra. Y es que al estilo de James Hetfield con Metallica había varios micrófonos repartidos por el escenario que le permitían cantar en diferentes lugares y encarar a cada sector de público. Al final de la pasarela había un micro al frente y dos en ambos costados que consiguieron que desde cualquier lugar pudiéramos ver perfectamente el desempeño del vocalista. También el de sus compañeros, con el guitarrista Flemmimg C. Lund y el bajista Kaspar Boye Larsen haciendo uso también de esa libertad de movimientos. Por su parte, espectacular la pegada de Jon Larsen en la batería.


No tardó en caer un tema tan emblemático como “Lola Montez”, que encendió mas a la parroquia. Con un rostro de plena satisfacción Michael Poulsen se coloco en la parte delantera de la pasarela tras una guitarra acústica para reivindicar la apertura estilística de la banda de metal y su admiración por Johhnny Cash con las versiones de “Ring Of Fire” y “Sad Man´s Tongue”. En la primera parte del concierto quiero destacar el impacto de “Shotgun Blues”, que sin ser un clásico tiene una descomunal fuerza en directo.


“In The Barn Of The Goat Giving Birth To Satan’s Spawn In A Dying World Of Doom” y “By A Monster’s Hand” defendieron su nueva obra, siempre con una ejecución impecable. Es verdad que los temas ya más trillados por los oídos de los fans provocaron mayor entusiasmo, pero hay que reconocer que la banda lleva a sus espaldas una discografía muy consistente y que desde los temas de su nuevo “God Of Angels Trust” hasta los mas longevos interpretados esta noche suenan de cine y tienen alicientes sobrados para gustar.


La actuación fue lanzada con más temas que dejaban a las claras el amplio y variado repertorio de una banda con estilo propio e intransferible. Algo de los que la escena danesa está sobrada, ya que sin estar entre las principales cunas del heavy metal nos ha dejado un buen puñado de bandas con el denominador común de la originalidad. “By Monster´s Hand”, “Geaven Nor Hell”, “The Devil Rages On” y “Die To Live” fueron ejemplo de ello antes de seguir la apuesta por su más reciente obra con “Time Will Heal”.


“Black Rose” o “Seal The Deal” fueron otros grandes momentos, antes de “For Evigt”, en el que utilizan el danés. “Still Counting” fue uno de los momentos cumbres de la descarga cuando intuíamos ya el final de la noche. Ese final llegaría sin parones y sin vanaglorias habituales en otros conciertos. Sin tiempo para pedir otra más, pero ofreciendo en bloque una descarga compacta, directa y sin añadiduras innecesarias que se cerraba con “A Warrior´s Call” y “Pool Of Booze, Booze, Booza”.


Concierto sin fisuras, de los que se disfruta cada instante, con una banda engrasada que dispara un buen puñado de canciones de excelente ejecución y sin excentricidades típicas de otros músicos que alcanzan una gran notoriedad. Con un espectáculo que mas allá de un fondo de escenario llamativo y algunos cañones de humo se centró en la calidad y validez de grandes canciones con un estilo genuino que les distingue y les dota de ese interés entre el público de todo el mundo.
ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)
