CRÓNICA: CICONIA

CICONIA

Viernes 12 de mayo de 2023 – Sala Groove- Portugalete, Bizkaia

Puede ser un déficit del idioma en cuestión o incapacidad por mi parte de dominar los recursos necesarios para describir lo que emana de un puñado de canciones en directo. Lo asumo. Pero si hay bandas que lo ponen complicado para hablar de ellas son precisamente las que carecen de palabras en su música. De entre ellas tengo una debilidad especial con Ciconia, a los que he podido seguir desde su primer disco, constatando que su carrera de cuatro discos editados hasta la fecha es tan impecable como su forma de llevar la experiencia al directo.

Regresaban a la sala Groove de Portugalete para presentar “Animal Chapters”, presentando en sus filas a un nuevo miembro en la batería. No se cómo lo hace Jorge Fraguas, pilar en la formación desde el origen, para encontrar a músicos no demasiado reconocidos y que den el nivel tan exigente que hay aquí. Pero lo cierto es que el batería, ubicado en el centro del escenario para que no perdiéramos detalle, fue un descubrimiento que siempre dio el golpe preciso en unos temas complejos de ejecutar, a pesar de que Ciconia nunca ha descuidado la melodía. No creo que haya que ser un erudito, un analista o un friki para degustarlos. Simplemente se trata de que te guste la música y las emociones que de ella emanan cuando está hecha con semejante gusto, calidad y pasión.

Por eso entiendo que la banda esté cosechando un reconocimiento internacional que, como suele ocurrir en muchos casos, a veces se le niega en su propia tierra. Todo debería de llegar ante semejante despliegue de facultades ejecutoras y emocionales. Aunque ya sabemos que este mundo cierra los ojos ante muchas cosas. También ante la buena música. Los hay que ya lo tienen todo mascado con los grupos de siempre o los que en un momento dado trabaja el mercado. La actitud que cada uno tome, en cualquier caso, es personal. Pero a mí, al menos, me gusta saber lo que me estoy perdiendo. Y si llegas a Ciconia alguna vez, a buen seguro pasará a ser una de esas experiencias sensoriales que querrás repetir.

Incluso incrementar con cada nuevo disco y gira, porque la banda ha dado un salto visual cuidando el espectáculo de luces, con un juego muy llamativo que pilló por sorpresa a los presentes. Creo que lucirá más en recintos más grandes, pero está claro que la banda se esmera por dar un gran espectáculo, más allá del que ya es verles ejecutar con quirúrgica precisión y tremendo tacto estos temas. Con Dani Dean concentrado en sacar todas esas notas de su guitarra y Jorge Fraguas con el bajo haciendo viguerías siempre al servicio de las composiciones. Ahora mismo son solo tres tipos que suenan completos y sin fisuras, resultando además bastante heavies dentro de este terreno instrumental que a otros les hace irse un tanto más hacia lo atmosférico y el progresivo más puro. Estos, dentro de su originalidad, no han perdido un lazo que debería encandilar a los amantes del heavy metal de siempre.

Sonando perfectos presentaron de forma casi total su nuevo disco. Solo se dejaron fuera un tema tan especial como “Lullaby For A Platypus”. La banda de hecho arrancó de idéntica manera a su “Animal Chapters” con “Animalarium”, no reservándose nada, ya que tras este llegaría el tema que cierra el disco y que es otro de los más completos, “Mammothman”.

La obra tiene un espíritu animal que se refleja en un grupo con un espíritu visceral dentro de su delicadeza compositiva. Eso no lo han perdido en un último disco que cuenta con algunos ornamentos más actuales. Aunque cada disco ha tenido un aura propia. Y el caso es que luego todo casa en directo, ya que el concierto fue un viaje al que se fueron sumando temas ya de otros discos como “Katabatic” o “Litost”, de su anterior “Meraki”, en perfecta armonía natural con los nuevos “Scolopendra” o Whales”.

El carácter conceptual de su segundo disco “Winterize” les hizo enlazar “Eloinia´s Inn” y “Limbus”, en un gran momento central del concierto. En todo caso, qué momento no fue grande ante lo que escuchábamos y veíamos. Sin necesidad de palabras. No necesitan ni un micrófono para dirigirse al público, escuchándose entre aplausos los agradecimientos de Jorge gritando a pelo entre temas. Estos hablan directamente con la música.

“Tentenublo” representó su debut “The Moon Sessions”, que ya trajo a la banda por suelo vizcaíno y de cuyo paso guardamos un gratísimo recuerdo de hace 9 años. De hecho hubo quien pidió “Chrysalis” de aquella opera prima. Y es cierto que su espíritu maideniano le podría dar un punto al concierto. Pero tras “Lost In The Wadi” la banda se centró en su nuevo disco con “Lobisome”, “Musca Draconia”, “The Golden Feece” y “Predator Inside”, rematando una experiencia que fluyó como un rio bajando por una verde ladera en un primaveral mes de mayo.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)