TEMPLARIO

(9 Verdades)

8´5/10

 

Si alguien tiene derecho a dar un monumental repaso a la situación del actual panorama musical esos son Templario. Los galones para ello se los dan sus más de 30 años de trayectoria. Y nadie debería poner el grito en el cielo cuando se ataca con la verdad, esa que normalmente es la que nadie quiere ver. Tal vez por ello cuando te la estampan en la cara suele doler tanto, porque llevas toda tu vida intentando ignorarla, engañándote a ti mismo. Este disco es una manera de devolver el golpe de la injusticia a una trayectoria que bien merecería mucho mayor reconocimiento.

La obra es también la novena en la trayectoria del trío de Castellón, que sigue apostando por el cada vez más agresivo tono de sus últimos trabajos. Y si cabe, esta vez la mala ostia se certifica de manera más clara en textos que son lo que expresa su título. “9 Verdades” sobre todo el circo musical en torno al mundo del rock. Prensa, promotores, discográficas, músicos e incluso en cierta medida los propios seguidores pueden sufrir alguna dentellada de estos temas que muerden con el habitual estilo que Templario ha consolidado.

Es decir, que a la voz aguda y desbocada de Fran se une una base rítmica demoledora donde él mismo con el bajo hace auténticas diabluras, mientras que Miguel debe proponer desde la batería ese continuo fluir de metralla para que dirija muy bien cada uno de los disparos con su diestra guitarra Alberto, tanto en riffs como en solos una auténtica maquina de demolición.

Estilísticamente vuelve a ser un disco que se podría englobar dentro del thrash por la rabia y la furia que transmite aunque Templario es de los grupos que merecen tener el reconocimiento de un estilo propio dentro de los amplios márgenes del heavy metal de toda la vida. La caña que despliegan no les impide jugar con diferentes tesituras que demuestran que dentro del calentón furioso que proclaman también hay reflexión previa a la explosión. Tanto en los textos que proponen como en un aspecto instrumental trabajado. El hecho de venir funcionando como trío no simplifica lo que nos ofrecen como músicos, que es todo un huracán donde no se deja de mostrar una gran destreza por parte de sus componentes. Eso sí, la emoción que te va a llegar fundamentalmente es su rabia, pero una rabia cargada de razón y de argumentos.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)