CRÍTICA: FALLING BLACK – NEVER COMING BACK

 

FALLING BLACK

(Never Coming Back)

7/10

 

 

En Bilbao se sigue haciendo buen rock tradicional con mucha actitud y no poca calidad en el caso de Falling Black. Falling Black nos presentan su segunda obra, precedida de un debut el mismo año de su creación como banda (2015) y tras un periodo de reconstrucción de la banda que definitivamente queda conformada por Vero en teclado y voz, Asier en la guitarra, Miguel en el bajo y David en la batería. Este cuarteto es el que ha grabado “Never Coming Back” en Silver Recordings de la capital vizcaína, con un adictivo resultado que abarca de manera muy amplia el hard rock de tinte más clásico.

Hay mucha variedad en los 10 cortes que componen el disco, que van desde cortes tan directos como “Killer”, con un carácter casi garagero y que desprende mucha adrenalina, hasta cortes con un aspecto más melódico y  limpio como es el caso de “Somewhere In My Dreams”. También hacen sus pinitos en castellano saliendo bien parados con “Arde”, con algún guiño a otros estilos más añejos incluso como en “Magnolia”. En todos los casos hay una base rítmica muy dinámica, con un trabajo de guitarras muy versátil y de buena calidad y una voz que impone un carácter muy camaleónico, dependiendo del terreno que pisen en cada uno de los temas.

Pese a centrarse en los terrenos más clásicos del estilo, sin reinventar absolutamente nada, consiguen una variedad que te hace disfrutar a tope una obra llena de frescura y calidad. Cada composición desprende una chispa propia, saben transmitir una sensación muy de directo, y son capaces de tirarse al fango del rock más macarra sin eludir pasear con solvencia por otros terrenos mucho más elegantes. Un disco de hard rock de vieja escuela con el que descubro a una banda que sabe aportar en el presente.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)

INFORMACIÓN ADICIONAL:

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