CRÓNICA: ÁNGEL ARELLANO

ANGEL ARELLANO

04 – 12 – 10

Portugalete (La Botica)

Después de estos años conociendo bandas vizcaínas que nos han sorprendido por su nivel de calidad, recorriendo el camino a la inversa vamos conociendo gente que estuvo en nuestra escena en los años 80 y 90 y que no habíamos tenido la suerte de disfrutar. En el mundo de la guitarra, una de sus figuras más importantes tiene que ser por méritos propios Angel Arellano. Este hombre que militara en bandas míticas vizcainas, hoy un tanto olvidadas, pudo ser de los primeros en hacer tapping por estos lares y fue junto a Carlos Kreator una de las figuras de las seis cuerdas en nuestro territorio. Pido disculpas por hablar en pasado, porque Angel Arellano sigue funcionando a día de hoy en actuaciones puntuales sobre los escenarios, con versiones y temas propios que no tendrían que quedarse en un baúl particular y que tienen que llegar a oídos del público, tanto al que recuerde su nombre de épocas pasadas como al joven que quiere disfrutar de un guitarrista muy poco reconocido, con una historia larga y que no se ha quedado atrás con el paso de los años. Un músico de culto que puede ofrecer actuaciones tan magistrales como la de esta noche, en la que pudimos apreciar cada movimiento de sus dedos en el recogido lugar La Botica de Portugalete.

Ofreció toda una lección llevándonos desde un clásico blues, único tema cantado, pasando por versiones de Gary Moore que conservan toda la elegancia original en sus manos y llegando hasta la destreza de guitarristas tan actuales como Joe Satriani, Tony McAlpine o Vinni Moore. Por supuesto que también hubo hueco para sus temas propios, porque este hombre sabe tener la originalidad para confeccionar un tema como “Virtual Guitar”, mezclando música techno con el sonido heavy de su guitarra. Reconozco que no soy amigo de este tipo de sonidos alejados del rock, pero en esta fusión apreciamos un labrado tema lleno de detalles en los sonidos emanados de las seis cuerdas. Luego es capaz de llevarnos al sonido neoclásico de “Paganini”. En cualquier caso, tratándose de una actuación sin banda propia, con todas las bases grabadas, lo que de fondo sonara era lo de menos, ya que lo que merecía la pena era apreciar lo que Angel sacaba de su instrumento, sin nada que envidiar a lo grandes hachas salvo la fortuna de haber podido llegar a un mayor número de público.

Destacaría toda la actuación de cabo a rabo, en un ambiente familiar que se hizo de lo más agradable para disfrutar cómodamente de lo que veíamos, para lo que pillé lugar privilegiado en el local. Sin embargo, hubo momentos para mí antológicos como la versiones instrumentales de “Still Got The Blues” o “Parisienne Walkways” de Gary Moore, donde Angel demostró el tacto que puede tener en sus dedos, mientras que en el excelente y complejo cover de “Melt Down” de Vinni Moore demostró la depurada técnica que posee. Ambas facetas importantes para un músico que pretende transmitir sentimientos y ejecutar lo que se propone las posee este veterano de nuestra escena.

Entre los momentos que pudieron suponer un cañonazo más fuerte esta el conocido “Summer Song” de Satriani, del cual nos interpretó también el relajado “Allways With Me, Always With You”, amoldándose a cada terreno como un guante. “Edge Of Insanity” de McAlpine tal vez no fuera tan conocido, pero con esa melodía y a esas alturas ya nos enganchaba todo lo que emanara de esa guitarra con el influjo personal de quien llevaba la batuta de la noche desde el escenario. Incluso el solo de guitarra, en el que Angel Arellano se desquitó con una colección de técnicas impresionante fue del agrado de todos, cuando ya habíamos visto una gran colección de trucos para tocar la guitarra. Trucos que también son recursos de quien domina este terreno, que de nada servirían sin las cualidades tan amplias que expuso Angel. Desde la sensibilidad de un tema como “Aranjuez” nos podíamos pasar a la esencia más heavy de alguno de sus temas, entre los que nos presentó alguno nuevo, todo llevado a cabo con igual maestría. Meritorio es también el acople a cada uno de los guitarristas que versionó, sin necesidad de cambiar mil veces de guitarra para buscar otras sonoridades, ni falta que le hizo. Una pequeña afinación entre temas y todo listo para acometer otra descomunal pieza. Así hasta 20 temas de envergadura en todos los casos, con fluidez y precisión en todas las interpretaciones. Si te gusta la guitarra, estate atento a un posible nuevo concierto de este hombre que continua en activo en pequeños locales como este y que ofrece verdadero lujo desde el escenario.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)