CRÓNICA: IDI BIHOTZ

IDI BIHOTZ

29 – 10 – 10

Bilbao (Kafe Antzokia)

Una de las citas ineludibles de esta temporada era esta despedida de uno de los grupos más importantes que jamás hayan surgido en el botxo. Hacía unos meses que en el Viña Rock Idi Bihotz anunciaban su intención de disolver la banda y ya se preparaba un concierto especial para decirnos adiós. El día 29 de octubre de 2010 fue el elegido y permanecerá en la memoria de grupo y seguidores por siempre. Una noche en la que la banda decidió salir a pelo en uno de los recintos donde más actuaciones memorables nos han brindado a lo largo de sus 14 años de existencia. Sin invitados especiales, más allá de quien decidió asistir a presenciar el evento, y con el repertorio más completo de su carrera bajo el brazo, recordando temas que yo nunca les había visto interpretar en directo.

El “Cum On Feel The Noize” de Quiet Roit subía el volumen con respecto a los temas que venían disparando los altavoces, preparándonos para recibir con fuerza este azken taupada (último latido) de la banda. Con los nervios de una noche especial la presencia de Idi Bihotz se hizo de rogar, utilizando una doble intro. La que de verdad daba el pistoletazo de salida sería la misma con la que se abría aquel primer trabajo de título “Herriaren Taupada”, cuyo homónimo tema ponía a los componentes del grupo frente a nosotros. Exactamente la forma en que muchos les conocimos, sin sospechar allá por 1997 que se iban a convertir en uno de lo referentes de heavy metal euskaldun y que tan profundamente terminarían cautivando nuestros corazones.

Nunca parecieron tener mayores intenciones que las de divertirse haciendo la música que les gustaba, y con esas premisas, para cuando editaban su segundo trabajo, “Arimaerratu”, ya estaban en boca de todos. Después de eso llegarían trabajos tan completos como “Negarraren Amorruak”, “Amaigabe Berria” y “Odola Sutan”, tras el cual, en su mejor momento reflejaron en vivo todos estos temas haciendo cantar en euskera a gente como Oscar de Lujuria, Molly de Hamlet o Carlos Escobedo de Söber. No pensábamos que ese iba a ser el último capítulo discográfico de estos formidables vizcaínos, pero al igual que su carrera ha sido un cúmulo de inesperados éxitos en conciertos apoteósicos llenos de sorpresas, su final tenía que ser algo parecido.

Recordamos cómo nos presentaron “Amaigabe Berria”, por primera vez cobrando entrada en el Kafe Antzokia de Bilbao, dado el número creciente de sus seguidores. De ese trabajo ha quedado uno de los temas que a mí más emotivo se me ha hecho siempre en sus directos. Hablo de “Gurutzearen Seinalea”. Tal vez al lado de otras bandas nunca se le haya considerado tan comprometida, pero a mi siempre me han transmitido en temas como este toda la rabia del mundo para denunciar injusticias. Un tema como “In Memoriam” también es de los que ponen lo pelos de punta. Aunque este descargado en una fase inicial del concierto en la que, dada la circunstancia especial de esta ocasión, al grupo le costó arrancar y derramar todo el carisma que en ellos es habitual. Se desatarían poco mas tarde en cualquier caso, teniendo frente a sí a muchos de sus innumerables amigos ganados durante todos estos años. Por eso los saludos dirigidos de forma personal durante todo el show a la gente fueron una constante, desde los que estaban cerca del escenario hasta los que ocupaban la parte alta del Antozki, todos pudimos sentir el cariño con el que Idi Bihotz ha mimado su música y a sus seguidores, y esta se convirtió en una forma de dar recíprocamente las gracias. Eskerrik Asko fue lo que más salió de la boca de Mikel Bizar.

Para la ocasión Idi Bihotz no quiso olvidarse de la gente que había pasado por el grupo en sus inicios, ya que no tardaron en consolidar una formación a la que luego se sumaria como guitarra Pekkory. Pero en este concierto incluso salieron a escena a saludar dos de aquellos componentes de una banda en ciernes, mientras que en un lateral del escenario veríamos durante toda la noche la imagen del fallecido Iñigo, para el que fue un emocionante “Zuhaitzek Negar Egiten Dutenekoan”. Sería una noche con cierto aire de nostalgia inevitablemente, porque en el centro de Bilbao uno de sus más queridos grupos se marchaba tras dejar muchos capítulos escritos para la eternidad, pero no hubo ningún consentimiento en temas de la caña de “Odola Sutan”, o “Anpulu Ilunak”. Ni el grupo se recreó en despedirse una y mil veces, dejando simplemente que el ritmo de los acontecimientos fuera haciendo saltar la emoción a medida que pasaban las canciones.

“Amets Merkatua” es desde su edición en “Odola Sutan” uno de los más seguros zarpazos de sus directos, cosa que volvió a ocurrir. Posteriormente a este una de las más pletóricas representaciones de la banda, con un engranaje perfecto en “Egiaren Itzala”. Y a partir de aquí comenzarían a surgir pequeñas sorpresas con temas que no nos esperábamos como el oscuro “Arimaerratu”, sin ayuda de sampler, interpretando la parte de teclados las guitarras de Pekkory y Gorka. Tras un siempre rápido, potente y melódico “Arantza Odoleztatuak” llegó el turno de romper el hielo con el festivo “Tiberio” en el que Mikel abandonó el escenario para darse una vuelta por la parte alta de la sala pidiendo a la parte de abajo que cantara el estribillo. De regreso al escenario no tardaría en abandonarlo para lanzarse sobre la gente que lo hizo volar desde el escenario a la parte trasera y volver sano y salvo para continuar con el concierto.

Este continuaría con uno de los temas no fijos en su repertorio, pero que les dio mucho juego siempre que lo rescataron. Ese fue “Infernuaren Azken Hauspoan”, que nos acercaba a un final simulado con uno de sus estribillos más labrados, “Zazpi Ate” entrando de lleno dentro de ese power metal en el que muchos les han metido, pero al que yo creo que nunca han pertenecido en el sentido estricto del término. Cantado con fuerza por todos. La banda abandonaba las tablas para regresar un solitario Mikel, lo que nos predisponía para una de las baladas de su carrera, me imaginaba que “Zure Kemena”. Sin embargo, fue sorprendente el midley comenzando por una recreación de “Itsasoan Gaindi”, continuando con la balada de su primer disco “Noiz?”, siguiendo con “Maitasun Bailitzan”, entremedias un especialmente significativo en esta oportunidad “Argia Amatatu Arte” y desembocando, esta vez sí, en la interpretación íntegra de “Zure Kemana”. Un tema que en su día Mikel dirigía de forma especial a alguno de sus amigos, pero que esta vez, más que nunca, fue destinada a todos y cada uno de nosotros. Un momento de emociones desatadas en las que no se cómo el vocalista mantuvo la entereza, porque de todas las ocasiones en que he tenido oportunidad de ver uno de sus acústicos este es el que más cerca me tuvo de soltar alguna lágrima. Seguro que alguna corrió por la sala.

Pero ya digo que Idi Bihotz no vino a lloriquear, aunque llegando al final no hubo más remedio que dejar volar los sentimientos en temas que nos traen muchos recuerdos, como “Nigandik Ihes”, recordando aquella presentación en esta misma sala con aparición televisiva incluida. Tras ello “Su Haziak” fue para mí la sorpresa más grande de todo el concierto, ya que es otro de los que nunca he visto interpretar en vivo a la banda. Un tema rápido y melódico que dedicaron a sus compañeros de batallas Asgarth, presentes en la sala y con los que se reunirían al final del concierto en ese olimpo de bandas desaparecidas que han dejado en nosotros su huella. “Amalur” supuso otro hipotético final, que en una noche normal a buen seguro hubiera sido así, pero esta vez era mucho más que un concierto de los muchos que nos han brindado estos queridos músicos. La banda regresaba con Mikel acompañando a la guitarra a sus dos hachas, rememorado viejos tiempos, para interpretarnos el festivo “Gaur Goizean”, con el que no quisieron perder esa sonrisa que siempre nos han mostrado en sus épocas de mayor o menor apogeo, y con un “Idi Bihotz” que ya queda ahí para siempre como tema que dio nombre a la banda y como última interpretación de ellos en vivo.

Los saludos fueron constantes al final del concierto, con la gente invadiendo el escenario y abrazando a los componentes del grupo. Han sido unos de los artistas más queridos y que más se han dejado querer en nuestra zona y desde aquí, como seguidores y admiradores, solo podemos intentar hacer que se lleven ese cariño con ellos. Como dijo Mikel, queriendo quitar hierro a esta despedida, solo es una etapa que se acaba para comenzar otra nueva. Quién sabe si en el futuro otra etapa no será el retorno de estos grandes a la escena, ya que seguro que todos les vamos a echar de menos y revalorizaremos en su ausencia lo que nos han dejado. Pero ahora esperamos nuevas noticias de sus componentes, porque siempre será una alegría seguir viéndoles en activo con nuevas historias. También sabemos que queda pendiente un nuevo disco que ya comenzaba a perfilarse cuando en Kobetasonik, hace un año, nos adelantaban un nuevo tema. ¿A dónde irán a parar esas canciones? Seguro que terminaremos averiguándolo.

Texto: ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra)

Fotos: MARI JOSE MARTIN (mari@lamiradanegra.es)