CRÓNICA: SUN OF THE DYING + THE COVENANT

SUN OF THE DYING + THE COVENANT

Sábado 9 de abril de 2022 – Sala Shake – Bilbao

En la semana previa a que los decadentes ritmos de las procesiones de Semana Santa se escuchen por las calles, ahora que parece que ya se podrá recuperar la normalidad en este aspecto, la entrada a los pasos la daría esta cita en la sala Shake de Bilbao con las dos propuestas doom de The Covenant y Sun Of The Dying. Dos bandas que podrían acompañar todo acontecimiento que refleje algo tan oscuro como la muerte, el dolor,  el sufrimiento, la angustia… pudiendo aniquilar un domingo de resurrección o una primavera en la que ya estamos entrando cada vez con más claridad, ya que estos son de los que extienden un tenue manto de oscuridad que se hace más y más denso con cada palada sonora que vierten sobre nosotros.

Los locales The Covenant abrieron la noche. El escenario se quedaría pequeño para el cuarteto, teniendo que encontrarse uno de sus componentes abajo del escenario a la altura del público. Y es que es una banda que cuenta también con diferentes efectos de sonidos y eso conlleva un equipo con el que ellos saben jugar para dar un toque más moderno a su denso metal.

Desconocía lo que me iba a encontrar con ellos y quedé gratísimamente sorprendido del curro que tienen los temas ya registrados en “Deimos | Phobos” y los nuevos que ya nos interpretaron esta noche en exclusiva. Temas que se desenvuelven por los abismos de lo subterráneo, pero con un elegante trabajo instrumental y un juego de voces espectacular por parte de tres de los componentes del grupo. Salvo su batería allí todos desempeñan una labor entrelazada en este sentido que desprende infinidad de sentimientos, contando con voces totalmente extremas y otras limpias, que no por ello desprenden más alegría, entre las que se sacan matices de lo más diversos, haciendo que cada tema y el cúmulo de su actuación fuera una concatenación de pasajes. Por si acaso alguien aun cree que algo con una tendencia casi enfermiza a pisar terrenos pantanosos puede caer en la monotonía.

The Covenant son el ejemplo de la cantidad de matices que podemos encontrar entre las nieblas, además de mostrar un alto nivel de trabajo y calidad por parte de sus componentes. Todo ello valorado y entendido por un público que sabía bien el tipo de música que iba a disfrutar. Y es que no estamos ante un estilo sencillo de asimilar, requiriendo mente abierta y también una predisposición anímica.

De Sun Of The Dying solo se puede alabar la pulida y sentimental propuesta, hiriente al máximo, plasmada en dos sobresalientes trabajos de estudio, con un sinfín de elementos en cuanto a coros y orquestaciones que me ponían sobre la pista de cómo serian capaces de desarrollar algo así en vivo. Pues resulta que sin dejar de ser fieles a un directo donde se elude tirar de excesivos artificios la banda guarda todo ese preciosismo que podemos encontrar dentro de la desolación que plasman unos temas llenos de una melancolía que acercan su doom al gótico en las partes más melódicas.

Aunque el escenario de la sala Shake tampoco les diera a ellos, como sexteto, espacio para poder entrar sobre la tarima, con Eduardo cantando a ras de suelo, la banda cuajó una actuación impecable. Empezando precisamente por un vocalista que transmite tanto con su diferente amalgama de registros como con su propia expresividad gestual. Y eso sin hacer grandes aspavientos más allá de acabar arrodillado al final de la actuación.

 Es clave esa función para que la gente capte la pasión de los temas de una banda que, por otro lado, no va nada mal dotada de técnica, tacto y gusto en cada uno de sus instrumentistas, con el teclado añadiendo mucho detallismo en cada tema y tanto guitarra como bajo trenzando temas elaborados con unos ritmos de batería siempre cambiantes y muy vivos, a pesar de ser tan cadenciosos, donde se demuestra mucho nivel. Que no os engañe eso de tocar rápido, porque la calidad de Diego Weser en Sun Of The Dying es de órdago. Pero lo más importante es que la labor individual de cada componente fluye hacia el objetivo común de crear temas que calan hasta tocar el alma de los oyentes, puede que para acabar habitándola.

Presentaron tanto su “The Roar Of The Furious Sea” de 2017 como su más reciente obra “The Earth Is Silent”, haciendo que los temas de ambas obras casaran dentro de un viaje marcado por las sombras más profundas, pero también por el sentimiento recubierto de altas dosis de calidad musical que estos chicos supieron exponer en la Shake de Bilbao. Y aunque pareciera mentira después de esto al día siguiente el sol salió y brilló sobre el cielo de la capital vizcaína.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)