CRÍTICA: HELLRIPPER – THE AFFAIR OF THE POISONS

 

HELLRIPPER

(The Affair Of The Poisons)

8/10

 

 

En 2014 se formó este grupo del cual es artífice el escocés James McBain que ahora nos presenta su segundo LP, precedido de “Coagulating Darkness”. Ahora con “The Affair Of The Poisons” ahonda en los terrenos más crudos y rabiosos del metal, pudiéndole aplicar etiquetas como la de black, thrash, rock, punk o simplemente metal extremo. Es curioso que un trabajo tan directo que nos fusila con 8 temas en menos de media hora pueda ser tan escurridizo para las etiquetas. El caso es que todas ellas conviven en este infierno sonoro con tremenda armonía fundidas bajo un mismo fuego.

Igualmente esa ambigüedad se da en la forma en que une tradición, tanto en la portada como en el estilo del grupo, con un sonido bastante más actual, pudiendo recordar por momentos a Children Of Bodom. Pero lo cierto es que Hellripper ha bebido de todos los sonidos más crudos que se te puedan venir a la cabeza. Gente como Vemom, Kreator, Destruction, Darkthrone o incluso Motörhead pueden ser referencias que se te vengan a la cabeza mientras escuchas este disco. Hay momentos en los que me recuerdan por su macarrería al proyecto de Tom Angelripper de Sodom, Onkel Tom.

La presentación es rotunda nada más pulsar el play y entrar como una detonación el homónimo tema del disco que nos puede recordar si nos venimos a suelo estatal a lo que facturan Omission. Si bien parece que no va a haber vuelta de hoja, de manera muy natural el disco es sorprendentemente variado. De hecho, el siguiente “Spectres Of The Blood Moon Sabbath” es un tema mucho más rockero. Una fusión entre lo extremo y lo clásico del rock que puede traer a la mente también a Entombed.

“Vampire´s Grave” condensa muchos de los atributos del grupo. Directo y macarra, con la voz agresiva transmitiendo verdadera furia. La obra se torna frenética, sin perder intensidad con temas tan veloces como “Beyond The Covent Walls”, que nos pasan por encima.

Si mediado el disco aun te mantienes en pie te toca lidiar con un “Savage Blasphemy” que aun supera el nivel de agresividad, con un tinte vocal algo más agudo y cierto deje a los Destruction. Los riffs de guitarra nos atraviesan de manera incansable. Tras ello el estilo se torna algo más rudo y rockero con “Hexennacht”, seguido de un “Blood Orgy Of The She-Devils” que me imagino en directo como una autentica fiesta, reflejando a nivel sonoro lo que nos dice su despiadado pero sugerente título. Cerramos la obra con “The Hanging Tree” con un tinte más black, completamente descarnado, como todo el disco, cerrando media hora de avalancha sonora que no dejará de arrastrar consigo a todo amante del metal más descarnado y extremo por su contundencia, gran sonido, excelente factura y amplitud estilística.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)

INFORMACIÓN ADICIONAL:

Sello: Peaceville