STEVE LUKATHER

11 – 03 – 11

Barakaldo (RockStar Live)

Apenas año y medio después de su último paso por esta mismas sala regresaba el mítico guitarrista de Toto. Con una presencia de público similar a la de aquella ocasión, muy por debajo de lo que merecería una estrella de este calibre, comenzaría la actuación de Steve Lukather. En el caso de talentos como este siempre hay curiosidad por ver los músicos que los acompañan, que suelen responder a un nivel impresionante a pesar de que no suelen ser muy conocidos. Sus tres escuderos fueron precisamente los que dieron inicio al concierto antes de que apareciera el maestro. En el escenario teníamos a Steve Weingart en las teclas, Renee Jones en el bajo y Eric Valentine en la batería. Tres músicos que terminarían haciendo las delicias de todos los allí presentes tanto como el propio Luke.

Una figurita del guitarrista se encontraba, a modo de curiosidad, al frente de la batería. Con “Darkness In My World” comenzó Steve a hacer funcionar su guitarra. Una de las representaciones de su última obra “All´s Well That Ends Well”. Este inicio ya dejó entrever que el guitarrista venía con un aura menos bluesera que en su anterior visita. Considerado uno de los guitarristas más versátiles del mundo, esta noche demostraría por qué. En este inicio, muy ayudado por el color del que dotaban a las canciones la presencia de Eric en la batería y Renee en el bajo, el concierto llevó un tono muy mestizo. “Always Be There For Me”, donde la bajista hizo unos coros formidables, “Extinction Blues” y “Stab In The Back” fueron matizados por la fusión de estilos. El grupo se mostraba a un nivel asombroso, musicalmente insuperable, pero era algo frío el ambiente en una sala que se quedó, injustamente, demasiado grande. Pensé que tal vez un cierto aire de decepción podía recorrer la mente de los músicos cuando la actuación comenzó a crecer en emoción y en calor a partir del instrumental “68”, que nos mostró todo un recital guitarrístico por parte de Lukather. Cuando realizó el solo de “Brodie´s” un aplauso se extendió por el recinto en medio de esta composición, cosa que captó el guitarrista que terminó el tema con un gesto de orgullo y de seguridad mirando a la concurrencia. Si hasta aquí todo había sido un recital de cómo transmitir la música en vivo, de ahí en adelante el concierto adquirió ya un carácter de ritual, de unión y de apoyo incondicional hacia Steve Lukather y su banda.

El tono jazz que le dieron a la versión de Hendrix “Up The Skies”, dedicada a Gary Moore, nos dio un nuevo giro, siendo una de las camaleónicas adaptaciones que nos ofrecieron los músicos a lo largo de la noche. Después pasamos a una fase progresiva donde la banda desarrolló una exhibición técnica no reñida con el feeling, que poseen en gran cantidad. “Song For Jeff” comenzó con una pequeña broma con el teclado, demostrando una gran distensión sobre las tablas. Guitarrista y teclista arrancaron en solitario antes de dar paso de forma enlazada a “Don´t Say Its Over”. Una parte instrumental de la actuación que se completó con una pequeña jam de los tres acompañantes de la figura principal de la velada y con la soberbia interpretación del extenso “Tumescent”, donde además de un verdadero despliegue de calidad asistimos a un momento de mucha complicidad por parte de los músicos, haciéndose guiños entre ellos que demostraban un royo muy bueno, lo que sin duda contribuye a que una banda funcione con este rendimiento. Casi al final del tema Eric Valentine realizó un solo de batería sublime, cargado de fuerza y técnica. Este hombre impresiona con su sola figura tras los tambores, sabiendo resultar visualmente espectacular, pero es que además demuestra una capacidad reservada solo a los mejores. La banda regresa para arroparle y terminar el elaborado tema que nos hizo pasar el ecuador de la descarga.

 Nuevo cambio de rumbo musical cuando tras esta apoteosis que dejaba las armas en todo lo alto nos relajábamos con la sensibilidad y la clase de la versión de George Harrison “While My Guitar Gently Weeps”. Un tanto readaptada a como se la hemos visto interpretar en otras ocasiones, sin dejar en solitario la magia del teclado de Steve Weingart, que fue acompañado siempre por la guitarra de su tocayo. Una de las partes la cantó la bajista con una brillantez imposible de reproducir con palabras. El público también se quiso apuntar y dejó oír sus gargantas como antes no había ocurrido en toda la noche. Este tramo emotivo de la actuación continuó con la versión de Toto “Out Of Love”, dedicada por el guitarrista a su madre, mirando al cielo, y recordándonos que son 35 años ya en la carretera. Toda una vida dedicada a hacernos felices con momentos como este, en el que se calzó la acústica.

“Tears Of My Own Shame” fue coreada por todos a petición del guitarrista, rematada con “Little Wing” para evolucionar hacia el hard rock en esta recta final que comenzábamos a intuir. “Can´t Look Back”, de su reciente obra, fue el tema más fuerte de toda la noche. Con un estribillo muy fácil de seguir que le dota de mucho gancho para los directos. La banda se va entre una gran ovación, con los habituales oes que indicaban satisfacción. Ante eso, regresan con broma incluida para el bueno de Weingart, que celebraba aquí su cumpleaños. No solo recibió la habitual tarta de cumpleaños, supongo que con algunas velas menos de las que corresponderían, sino que recibió como regalo sorpresa de sus compañeros un disfraz de bebe, biberón incluido, que tuvo que ponerse para interpretar el último tema. Su cara era un poema al principio, pero aceptó de buen grado la broma culpando con la mirada a Lukather, que se moría de risa como todos los presentes que le cantamos happy birthday to you. Da gusto estar ante unos músicos tan formidables que se llevan tan bien. La interpretación de otra nueva pieza de título “Flash In The Plan” iba a ser lo último que nos dejara el concierto, con un tono de nuevo más hard rockero, con una fase intermedia de teclado y guitarra muy compenetrada entre los dos Steve y con Eric Valentine entregado golpeando la batería de pie. Un final en un tono altísimo, como toda una actuación para enmarcar. A pesar del arranque algo más dubitativo, la banda supo llevarnos por los terrenos musicales que quiso pisar en cada momento, dominando la situación en todos ellos para meternos en el bolsillo merced a su carisma y rendirnos a sus pies por la calidad desplegada, la cual estuvo al mismo nivel elevado de principio a fin. Eso está garantizado cada vez que este hombre de larga e importante trayectoria suba a un escenario.

Texto: ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)

Fotos: MARI JOSE MARTIN (mari@lamiadanegra.es)