CRÍTICA: WRECK TOTEM – A CURSE FOR THE LIVING

 

WRECK TOTEM

(A Curse For The Living)

8/10

 

 

Dejábamos constancia hace unos años de la calidad plasmada en el primer EP de los vizcaínos Wreck Totem y ahora nos llega un primer disco largo, con 8 temas de título “A Curse For The Living” donde el trío continua afianzando sus influencias del rock duro de escuela setentera, crudo, tendente al stoner pero con una base muy hard rockera y también algún toque de blues. No deja de sorprender que una joven banda como esta absorba de esta manera influencias que van de Led Zepelin a Black Sabbath, pasando por gente como Kyuss.

El susurrante arranque de “Soul Searcher” es una trampa que te hará subir el volumen pensando que algo no va bien en tu equipo, hasta que definitivamente te estalla en la cabeza un tema con crudeza y agresividad. El sonido árido del homónimo tema de la obra definitivamente nos mete ya en un ritmo trepidante, con un sensacional juego entre guitarras y base rítmica. Muy sabbath es el riff extenso de “Vincent Hangman”, un tema más oscuro. “Hyde And Sick” es mucho más gamberro. El caso es que independientemente del toque que le den al tema tienen un punto adictivo Y eso que en algunos temas como “Dr. Smash” dejan un pequeño aspecto sicodélico, pero siempre de manera bastante latente. No dejan de tener una base muy fuerte de los años 70, con lo que dejan esa puerta abierta sin llegar a desarrollar hasta el punto de aburrir a nadie.

Muy fresco resulta “Beyond The Nomad Trail”, que es de los temas más espontáneos y directos del disco, pero no dejan de mostrar una gran calidad, con bajo, batería guitarra y voz en un plano de protagonismo similar. Saben funcionar como bloque para que los temas suenen tan naturales como atronadores. “Spiders Web” inicia con unas palabras para volverse luego uno de los cortes mas dinámicos del disco, cerrando con “Renegade Prophet”, completo y extenso y dando rienda suelta a las cualidades de la banda, capaz de sacar riffs de mucho nivel, con ritmos de batería en los que se agradece su vitalidad y sonido natural y un bajo que se entremezcla entre esos elementos con una destreza tremenda para rellenar todos los espacios con una voz rota y cruda que transmite la mayor autenticidad.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)