IMPERIAL JADE

11 – 05 – 19

Barakaldo (Mendigo)

 

 

Me repetiré hasta la saciedad diciendo que una banda de calidad merece más reconocimiento. Me consta que con dos discos Imperial Jade se van abriendo paso y ganando adeptos, con oportunidades como la de telonear a Uriah Heep que recientemente tuvieron por sus tierras catalanas, pero el nivel de este joven grupo es tan grande que a uno siempre le parece poco. Cierto que tienen futuro por delante para conseguir que en no mucho tiempo salas como el Mendigo de Barakaldo se le queden pequeñas.

Pero siendo realistas uno sabía la apuesta que supone hacerse tantos kilómetros para tocar en solitario sin una banda acompañante que les haga las veces de anfitrión. También es la honesta manera de medir tus verdaderas fuerzas en un lugar concreto. Y hay que decir que poco a poco la sala fue cogiendo un calor que el grupo supo aprovechar para maravillar con sus canciones de rock duro setentero, con ese sentimiento revival con el que algunas bandas internacionales se han ganado una reputación a la que son tanto o más acreedores Imperial Jade. Porque si lo que te gusta es ese latir añejo recorriendo las canciones, tienes en ellos unos baluartes que ya deberías haber conocido.

El quinteto catalán corroboró con un directo de órdago lo que encontramos en sus discos. Esto ya me lo dejaron a mí patente en su visita hace un tempo al Satelite T de Bilbao. Me sorprendió que cuando el vocalista Arnau Ventura preguntara cuánta gente les veía por primera vez levantaran tantos la mano. Al menos los que les vieron en aquella ocasión tan solo con un disco deberían estar aquí hoy.

El sonido de la sala, fuerte y nítido les ayudó a que fluyera toda la esencia del grupo sin encontrar una sola traba para salir triunfadores del lugar. No retrasarían la intensidad para momentos posteriores con el arranque de “You Ain´t Seen Nothing Yet”, perfecta mezcla de fuerza y delicadeza, que dio paso a un directo “Dance”, clavando el arranque de su segundo disco de título “On The Rise” que ha reafirmado lo mucho y bueno recogido en su debut “Please Welcome”, que nos ha dejado temas también claves en su repertorio de hoy.

Tendrían aún que esperar esos “viejos” temas porque le llegaba el turno a la sicodelia de “The Call”, donde los guitarristas Alex Pañero y Hugo Nubiola utilizarían sus pedaleras para realizar sonidos lisérgicos. Gran trabajo el de ambos en las seis cuerdas y en los coros. En la labor de coros también aportaría desde la batería el potente y técnico Francesc López, con Ricard Turró a su izquierda en el bajo desempeñando un papel visualmente demasiado secundario, pero nada exento de un nivel que atañe a todos los componentes de la banda. Incluido, por supuesto, Arnau en el micro, con una voz aguda que maneja a su antojo sabiendo también conectar con el personal.

La electricidad más acedeciana se haría dueña de la descarga con “High On You”, con Arnau pandereta en mano. “Glory Train” quedaría un poco marcada por la previa rotura de cuerda de Alex, pero no perdería brillo la actuación ni con esta ni con “Time Machine” que seguía dando cabida con la misma validez a temas de su debut y de su segundo disco.

Entre los momentos gloriosos de la descarga me quedo con la balada “Electric Lady”. El trabajo guitarrero es una autentica maravilla y el ambiente que crea y transmite es como para rendirse de lleno ante Imperial Jade, si es que el público no estaba ya en el bolsillo. Para que no saliéramos de ahí nos brindaron “Double Tongue Woman” y posteriormente otro gran momento como fue “Keep Me Singing”, con Hugo haciéndose cargo del teclado, Arnau portando acústica e incitando al publico a cantar y Alex acompañando con las maracas.

“Sad For No Reason” es uno de los temas donde la banda instrumentalmente creo que mas expone, con una parte central donde cambia el tempo y donde la guitara de Alex luce sobremanera. Con “Rough Seas” y “Fire Burning Sound” la banda decía despedirse, pero prometían más mientras que pedían que el público les recordara como se dice otra en euskera.

Tras los cánticos de rigor, pero con la sinceridad de un público que realmente quería más, “Satyr” hizo que coreáramos junto a la banda el adictivo estribillo antes de finalizar con un espléndido “Heat Wave” donde Hugo se desdobló en teclas y guitarra. Un final enorme como el que merecía una descarga que no dejó dudas sobre el potencial de Imperial Jade.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)