CRÓNICA: OPERATION: MINDCRIME + TILL DEATH DO US PART
OPERATION: MINDCRIME + TILL DEATH DO US PART
11 – 12 – 18
Irún, Gipuzkoa (Sala Tunk)
La excusa del 30 aniversario de la edición de “Operation: Mindcrime” sirvió para que el mítico vocalista de Queensrÿche se marcara esta gira en la que prometía interpretar íntegramente tan icónico trabajo. Una de las referencias de todos los tiempos si hablamos de obras conceptuales dentro del metal. Así que la ocasión era digna de no perderse, aunque cayera entre semana y hubiera que desplazarse hasta la sala Tunk de Irún, donde nos daríamos cita más de un centenar de seguidores.
Independientemente de lo que haya hecho Geoff Tate dentro y fuera de Queensrÿche, lo cierto es que es aquella época que hoy se rememoraría es por la que probablemente hoy es reconocido como una de las grandes voces del heavy metal. No hace falta que digamos que de un tiempo a esta parte tanto con Queensrÿche como con otros proyectos ha llevado una carrera errática, combinada con apariciones en directo más o menos acertadas que nos dejaban la duda de qué versión tendríamos hoy ante nosotros.
Al denominar a su nueva banda de idéntica manera que aquella obra se ha permitido la licencia de unir el presente con ese glorioso pasado en una clara declaración de intenciones, aunque los tres discos que Operation: Mindcrime han presentado hasta la fecha no hayan causado un gran impacto. Me pregunto si los asistentes al concierto estarán al tanto de esos discos que yo no valoro de manera negativa, pero es muy complicado alcanzar el tirón y la repercusión de discos que cogen ese aura legendaria y que además tienen ese nivel que te lo pone difícil para el resto de tu carrera, así que ¿a quién no le apetece regresar al pasado por un momento si este es así de glorioso?
Le acompañaba en el cartel Till Death Do Us Part, la banda de su hija Emily Tate, en la cual encontramos a otros dos miembros que conforman la actual banda de Operation: Mindcrime como son el guitarrista Kieran Robertson y el bajista Jack Ross. Músicos que harían doblete esta noche, como la propia Emily a la que veríamos posteriormente teatralizar a la hermana Mary durante la interpretación del “Operation: Midcrime” y que en la web oficial del grupo aparece también como parte integrante de la banda de su padre.
Con Till Death Do Us Part desarrollan una propuesta muy experimental que no pareció ser del todo entendida por la parroquia, aunque personalmente creo que merece escuchas y una oportunidad. Tienen un sonido muy actual y alternativo, sugerente y atmosférico, pero a la vez muy pesado y con un margen para la teatralidad que los componentes aprovechan sobre las tablas. Emily Tate y Kieran Robertsosn parecen entenderse muy bien, con el guitarrista interactuando muchísimo con la vocalista y aportando algunas voces agresivas a sus canciones. No es que levantara una gran respuesta entre el personal, muy predispuesto para la banda principal. No sé si seré el único entre los presentes al que, al menos, le pareció interesante.
Desde muy pronto Operation: Mindcrime demostró ser un grupo muy capaz de emular el sonido original de una obra que fue registrada por músicos de un talento inigualable. Sin embargo, la recreación de la obra fue muy meritoria por parte de toda la banda, por supuesto incluido un Geoff Tate que evidenció no estar en el nivel vocal de hace 30 años, algo lógico, pero que dio una muy buena impresión en todo momento.
La interpretación íntegra de la obra original de 1988 contó con todos los detalles, incluidas las intros disparadas y algunos interludios que cohesionan el trayecto por una historia que se abrió con la introducción hablada de “I Remember Know” mientras la banda iba saliendo y los acordes de “Anarchy – X” comenzaban a traernos grandes recuerdos que se entrelazaban con lo que vivíamos en el presente. Solo faltaba que Geoff Tate apareciera en el escenario para demostrar en “Revolution Calling” que ese registro agudo sigue teniendo fuelle. No es que redondeara ciertas melodías y algunos tonos altos como antaño, pero se mostró en gran estado y motivado para hacernos vivir una gran noche.
El público le hizo llegar su aliento en estribillos como este del inolvidable tema de apertura de la obra, que dio paso al homónimo “Operation: Mindcrime” y un “Speak” donde definitivamente comprobamos que Tate estaba a un nivel más que aceptable. Lo seguiría demostrando en una actuación que a lo largo de la interpretación íntegra de la obra protagonista de la noche mantendría toda la intensidad, interpretando sin parones “Spreading The Desease” y “The Mission”, para dar entrada a Emily Tate en “Suite Sister Mary” donde interactuó fantásticamente con su padre en ese papel que originalmente registrara para la historia Pamela Moore. Y no salió Emily mal parada del envite aprovechando además para escenificar su personaje.
“The Needle Lies” fue electrizante y muy cantado por el personal, previo a un “Electric Requiem” que empastó con el siguiente “Breaking The Silence”, al que siguió un “I Don´t Believe In Love” que es de forma natural de los que más enganchan con su tinte de hard rock melódico y ese gran estribillo. Tras “Waiting For 22” en otro de esos entreactos como es “Empty Room” Geoff Tate se tuvo que esforzar al máximo, sorprendiendo con su capacidad vocal antes de cerrar el tramo de “Operation: Mindcrime” con “Eyes Of A Stranger”, cerrando una notable interpretación por parte de esa banda internacional que acompaña a Geoff Tate, con músicos de diferentes nacionalidades como nos hizo saber el propio Tate al presentar a la banda y con un gran trabajo por parte de cada uno de los músicos.
Los cuatro bises que nos brindarían irían dedicados a otro álbum tan legendario como “Empire”. Los que conocimos a la banda con aquellas dos obras editadas con un margen de dos años de diferencia pudimos salir plenamente satisfechos. Aunque ya puestos a recordar los años primigenios del grupo creo que el “Queen Of The Reich” ya hubiera hecho la actuación completamente redonda. Pero la verdad que supieron a gloria “Best I Can”, el “Silent Lucidity”, relajado pero pleno de magia, sensibilidad y sentimiento, un “Empire” prácticamente impecable y un “Jet City Woman” fantástico.
Sin exagerar el estado vocal de Geoff Tate, que no creo que sea el mejor de su carrera, ofreció una gran versión de sí mismo para deleite de sus seguidores, contando además con una banda más que solvente y que actualmente conforma Operation: Midcrime con nivel para brindarnos junto al vocalista nuevas obras de calidad independientemente de su repercusión en la actualidad. Pero este no fue el momento de defender lo nuevos tiempos, sino una noche dedicada a la nostalgia de una obra, por otro lado, atemporal.
Texto y fotos: Antonio Refoyo (antonio@lamiradanegra.es)
