CRÓNICA: Z! LIVE ROCK FEST – Primera Jornada

Z! LIVE ROCK FEST: Primera Jornada

JOSE ANDREA Y URÓBOROS + EPICA + STRAVAGANZZA + ORPHANED LAND + A.N.I.M.A.L. + DÜNEDAIN + DIABULUS IN MUSICA + DEBLER + THIRD DIMENSION

15 – 06 – 18

Zamora (Auditorio Ruta de la Plata)

Escribo la crónica aún sin saber el balance que hará la organización de esta tercera edición del Z! Live de Zamora. Una edición que venía con la coletilla de the last chance. Un evento de esta envergadura conlleva mucho sacrificio, y desconozco si la respuesta de público será la adecuada para que el año que viene haya una cuarta oportunidad. Pero en cuanto a sensaciones personales uno sale de allí con muchas ganas de que esta cita con el metal en Zamora se consolide definitivamente por muchas razones.

La principal porque es un escaparate para bandas que en muchos casos no son las habituales de otros festivales mayoritarios. Por lo tanto, todos esos que se quejan de que siempre van los mismos deberán tener a este festival al menos como un objetivo en su agenda. Un festival que apuesta por bandas emergentes, entre otras ya consolidadas, y que se sale de la tónica de un festival masivo, sin apreturas sofocantes, ni caminatas interminables, ni colas infinitas en los servicios o en los puestos de comida. Aquí era llegar y prácticamente aparcar en la puerta del recinto, que coincidía con el amplio parking del campo de fútbol de Ruta de la Plata.

También hay que hacer mención a la buena organización del evento, que aunque acumularía un retraso (comprensible) cada día de unos 15 minutos, está claro que han ido tomando nota de los errores de años anteriores. Entre las quejas del respetable estuvo el hecho de no abrir las gradas para poder sentarse, estando este año abiertas al menos hasta media altura, algo más que suficiente para poder encontrar sitio y descansar durante algunas actuaciones sin tener que perderse ningún concierto. También se habilitaron más puestos de comida y bebida para que no faltara de nada a los asistentes en estos dos días en los que el calor apretó mientras el sol se dejó ver, pegando de cara al escenario hasta que este se ponía tras las gradas del auditorio.

Por otro lado el Z! Live ha ido ofreciendo cada vez más alicientes a los asistentes, con el escenario Lijabarda – Cueva Del Jazz, en el acceso al recinto, junto a los puestos de comida y bebida, donde se podía acceder de forma gratuita para ver a Innervoice, que se marcó algunas versiones de clásicos del hard rock y de heavy metal en buena parte de los intervalos entre cambios de escenario. Y el sábado al mediodía en una sesión vermut actuarían también de forma gratuita Puraposse y La Kontra. También cabe destacar la sesión de firmas organizada para que público y bandas estuvieran en contacto. Poco o ningún reparo se puede poner al trabajo y al esfuerzo de la organización para que el Z! Live se convierta en una cita consolidada de la que todo el mundo salga contento.

No pude llegar para las cuatro primeras actuaciones del festival dado que el viernes me tocó trabajar hasta las 14:00 con el desplazamiento consiguiente por carretera de Barakaldo a Zamora. Con lo que poco puedo decir de las descargas de Third Dimension, Debler, Diabulus In Musica y Dünedain.

Para cuando llegué me encontré ya a A.N.I.M.A.L. arreciendo con fuerza ante un auditorio con muy poco público. Me tranquilizaron cuando me comentaron que con Dünedain aquello había estado bastante más caldeado, pero que al parecer el partido del mundial de la selección española había hecho mella. No me extraña que Andrés Jiménez y sus chicos desearan la derrota de los dos contendientes, que fue lo primero que escuché al entrar por la puerta del Auditorio Ruta de la Plata. Otra explicación para tan escasa presencia puede ser el gusto más tradicional del personal, porque al día siguiente ocurriría un tanto de lo mismo con las actuaciones de Dagoba y Killus, que se salían un tanto de la vertiente general más tradicional del cartel. Los argentinos descargaron en la recta final algunos de sus clásicos, con más de una referencia a un “Poder Latino”  que ha cumplido 20 años recientemente, terminando finalmente una descarga furiosa y agresiva como cabía esperar con un rotundo “Cop Killer” de Body Count, gritando a los cuatro vientos fuck the police, buscando y encontrando entre los presentes buenos pogos que bien se mereció una banda tan atronadora como esta, leyenda del metal argentino que ha regresado sin perder ni un ápice de actitud y contundencia.

Con el sol ya ocultándose tras la grada del auditorio Orphaned Land nos brindaron una actuación que nos dejó un poco a medias. Pienso que los israelís son una banda que cuando no actúa con su propio show al completo pierde en exceso la brillantez que posee. La banda capitaneada por el vocalista Kobi Farhi, que tuvo que aclarar que no es Jesucristo sino un jodido pecador, arrancó con problemas de sonido y con un vocalista que soltó algún que otro desafine. Incluso tuvieron que tocar más de la mitad del “All Is One” sin la guitarra de Chen Balbus, que tuvo que ausentarse por algún problema. También pierde espectacularidad su descarga con la cantidad de elementos orquestales y coros que la banda lleva disparados. Si además no cuentan aun con luz artificial tampoco luce todo lo posible un banda a la que hemos visto conciertos tremendos ante una irrisoria cantidad de público en dos ocasiones en Bilbao. Sin embargo la banda se entonaría en la segunda parte de su actuación, destacando la fuerza de “In Propaganda” y cerrando con un “Norra El Norra” donde pusieron al auditorio ya más poblado a mover los brazos a izquierda y derecha a modo de espectacular despedida.

Con la llegada de la noche llegaría la que a mi modo de ver fue la actuación más memorable del festival. Stravaganzza le dio a la cita la relevancia que su vez la organización le había dado a la banda anunciándolo como la primera de las confirmaciones y colocándolos en un puesto importante del cartel. Aunque su hora de descarga se hizo corta y les obligó a trastocar la forma de enfocar el set list que vienen descargando en esta gira de regreso, Stravaganzza presentó en Zamora sus mejores galas, con una coral entera añadida a unos músicos de apoyo en un segundo plano visual que sin embargo en el directo lucen esplendorosamente; aparte del desfile de actrices en diferentes momentos de a descarga. Todo un despliegue que ejemplifica la importancia que la banda da a su música, invirtiendo sin tapujos en ofrecer al púbico algo diferente y cuidado hasta el detalle. Y si alguno piensa que no es la propuesta adecuada para un festival al aire libre se equivoca. Cada uno tendrá su predilecciones y tendrá una idea del uso que quiere hacer de su entrada, pero al fin y al cabo aquí habíamos venido a disfrutar de la música. Es decir, de emociones. Y es que eso es Stravaganzza

Lo de Leo Jiménez en el micro fue para quitarse el sombrero. Su motivación con Stravaganzza es incluso mayor de la que le he visto en ocasiones con su propia banda en solitario. Y no lo digo como reproche a actuaciones pasadas, pero es que se ve al vocalista inmenso, entregado y mostrando unas cualidades vocales que si bien ya conocíamos, es posible que nunca haya estirado hasta este punto que está mostrando en el regreso de Stravaganzza, con esta cantidad de matices y esa amalgama de registros que cada vez parece más grande, capaz de llegar a los agudos más increíbles en temas como “Dios” de modular la voz en “Miedo”, de llegar a tocar los registros extremos cuando hace falta, interactuado con un Patricio Babasasa también muy expresivo en el bajo en “Dolor”. Y además de esa elegancia y categoría es capaz de mostrar un carácter inquebrantable en “Cuestión De Fe” o de encandilarnos con las melodías de “Deja De Llorar”, que pese a su melancolía y oscuridad es de los que enganchan al público. Aunque, por supuesto, para eso nada como un “Hijo De La Luna” de Mecano  por el que tal vez muchos conozcan a la banda, aunque ellos son mucho más que una sola canción. Y considero que los trabajos que nos han dejado se están haciendo aun más grandes con el tiempo y con su forma de interpretarlos con este gran despliegue de medios visuales y sonoros. Más que grandes… inmensos.

Epica facturaron una actuación de lo más pulcra y elegante. Pese a que el estilo de metal sinfónico que practican no goza de la popularidad de hace años, ellos son uno de los supervivientes y por la tanto grandes del estilo. Y cuando te conviertes en referencia de un estilo siempre aspiras a convertirte en un clásico que se puede encontrar con una revalorización en el futuro. Y en cualquier caso la gente acogió con expectación su descarga, con la bella Simone Simons al frente de la banda y con un trabajo por parte de sus compañeros consistente y de verdadera calidad. Profesionales en todos los aspectos para que el público disfrutara de la mejor versión de la banda.

Hicieron un repaso por viejos y nuevos trabajos. Y ya son 8 los que tienen en su haber, el último de ellos editado en 2016 “The Holographic Principle”, con el cual arrancaron con “Edge Of The Blade”. Sin embargo, de manera inteligente no tardaron en recurrir a su debut “The Phantom Agony” con “Sensorium” y del mismo un “Cry For The Moon” que estuvo entre lo mejor de su descarga. Además demostraron que se puede tener una propuesta ampulosa y enganchar al personal. Incluso hubo wall of death con ellos y saltos de cara al final de la descarga con “Beyond The Matrix”. Por supuesto que es clave la caña que la banda también sabe meter con esa vertiente extrema en la que el papel en las voces de un Mark Jansen, que lo mismo cantaba desde un lateral del escenario que desde el otro, es fundamental. Y es que pese a que Simone Simons no sea de las que juega un papel de frontwoman que se recorra el escenario mil veces, lo cierto es que la banda no es nada estática con constantes cruces por el escenario y con el propio Coen Janssen utilizando en algunos momentos un teclado portátil. Entiendo que una actuación muy satisfactoria para todos sus seguidores.

Hay veces que esperas tan poco de una descarga que el subidón que te produce hace que la ensalces por encima de lo que tal vez fue. No se si me ocurre eso con Jose Andrea Y Uróboros o es que realmente fue tan de órdago como me pareció la actuación del excantante de Mägo de Öz y su banda. De hecho, si este es el verdadero estado de forma del vocalista sería una auténtica injusticia la poca repercusión que está teniendo su carrera con Uróboros con dos trabajos ya editados que generaban menos dudas que sus directos. Ademas de llevar consigo un banda de un nivel espectacular, con Teto Viejo (Tako, Ars Amandi) en la batería, Kiskilla (exMägo de Öz) en los teclados, Chino (exSínkope) en la guitarra y José Rubio (Nova Era) en la otra guitarra, mientras que en el bajo está un trotamundos como El Peri (también ex de Mägo de Öz, entre otros como Canallas o Ars Amandi)

La banda ya dejó claro de entrada que salía a por todas, con un José Andrea que llegaba a todos los tonos como en los mejores tiempos. He de decir que con Mägo De Öz le vi actuaciones en su última época que al lado de esto quedarían a la altura del barro y me tendría que remontar 20 años atrás para recordar al vocalista tan en forma. Y no, pienso que no exagero. Porque además supo hacer un repertorio donde no solo apostó por temas de sus dos obras, sino que también enganchó con temas de Mägo como “El Que Quiera Entender Que Entienda” o un medley donde nos puso los pelos de punta con “Requiem” o “Jesús De Chamberí”. El final “Resurrección” fue un colofón que cabe  interpretar como una clara declaración de intenciones, o más bien como una realidad al menos para los que dudábamos de que, pese a poder crear buenos discos, José Andrea pudiera recuperar su mejor tono. Desde hace tiempo pocos se acordaban de que este hombre era considerado uno de los mejores vocalistas estatales. Pues él mismo se encargó de recordárnoslo esta noche para cerrar la primera jornada de festival con el mejor sabor de boca al grito de buenas noches cabroneeeeeeees!!!!!  que echábamos de menos en boca de este gran cantante.

Antonio Refoyo (antonio@lamiradanegra.es)