CRÓNICA: INCURSED + LÈPOKA + DEIMOCRACY

INCURSED + LÈPOKA + DEIMOCRACY

7 – 04 – 18

Bilbao (Sala Blue – Santana 27)

Buena respuesta de público la que cosechó esta cita con Incursed, Lèpoka y Deimocracy. El folk metal unía estilísticamente a los dos primeros, aunque nada que ver tienen entre sí, al menos si analizamos las formas en las que llevan a cabo esa etiqueta con tantas subdivisiones. Mientras que los vizcaínos se decantan por la vertiente nórdica del estilo, aunque en su último “Amalur” con acercamiento a la cultura vasca; los de Castellón de la Plana proponen un estilo de tinte juglaresco y festivo, utilizando el castellano como lengua para temas elaborados pero a la vez con clara vocación de himnos destinados a ser muy coreados en sus directos, a ser posible con cerveza en mano.

La variedad la remataban unos Deimocracy que me dieron gratísima sorpresa. La banda vizcaína capitaneada por el guitarrista y vocalista Ignacio Palacios, el cual ha ido viendo cómo en los pocos años de andadura del grupo se han ido recambiando los miembros que le han rodeado, parece que ha encontrado por fin una estabilidad en un cuarteto excelente donde se aúna juventud y experiencia. Demostraron ser músicos que saben muy bien por dónde se andan, ejecutores de canciones elaboradas y eclécticas, que podríamos catalogar como de metal actual, pero con infidencias que pueden llegar a la raíz del thrash metal de toda la vida. Bien es verdad que eso se reviste con influencias del nu metal, pasando por escalones intermedios de los 90 como Machine Head o viniéndonos al presente por unos Trivium que apenas 24 horas antes descargaban en la sala grande de Santana 27 (Fever), debajo de donde nos encontrábamos, hoy con una fiesta juvenil bien diferente.

Deimocracy presentaron su auto producido debut “Keep One Eye Open”, dando rienda suelta a excelentes temas como “The Hive” o “Injection”, donde la banda demuestra madurez para saber alternar los terrenos más agresivos con partes llenas de sensibilidad. Un amplio abanico de terreno el que domina la formación, sin perder la base sólida de una banda ante todo metalera. Tanto es así que no faltó un wall of death en la parte final de la actuación, donde el homónimo tema de su trabajo puso el punto y final a la descarga, aunque se pidiera más entre los presentes, sin tiempo para ello por desgracia.

Que te toque abrir la noche, que seas la banda que más se escapa del estilo general del cartel y que termines entre ese clamor, por mucho que juegues en casa, ya dice mucho de las sensaciones que causó un grupo de nivel. Aún con capacidad para compactar lo que hacen, pero con ideas, buenos temas y mucho futuro si esta historia se consolida y continúan por esta senda.

Es imposible que alguien te hable de un concierto de Lèpoka sin que salga a relucir la palabra fiesta. Y no, yo no voy a ser más original. Y es que en eso se convirtió su actuación. Y eso que siempre es complicado captar la atención del personal cuando aun eres una banda, en principio, que se está dando a conocer y que, como era el caso, visitaba nuestra tierra por primera vez. Eso sí, con una ilusión y unas ganas que hacían imposible que este largo viaje no lo aprovecharan para llevarse más adeptos a la vuelta.

La banda captó la atención de todos los presentes de salida con sus atuendos de monjes, aunque de por sí bastante pintoresco es ver a un grupo formado por siete miembros en un escenario tan pequeño, pero donde se desenvolvieron a las mil maravillas. Y por supuesto, sigue llamando la atención y se agradece que se lleven al directo elementos como la flauta, la gaita o un violín que por el estilo que practican les traerá comparaciones necesariamente con Mägo de Öz. Al menos con los más rockeros de los primeros discos, para quien añore aquellos tiempos.

Son ya tres los discos editados por un grupo que en directo funciona a la perfección. Porque el carácter festivo que posee la banda no debe disimular el nivel de unos temas con esqueleto sencillo y con estribillos muy buscados, pero revestidos por múltiples elementos que deben aparecer en su sitio. Y son capaces de compartir protagonismo los siete componentes de la banda, destacando individualmente pero mostrándose como un conjunto en el escenario que se entiende, que disfruta de lo que hace. Y vaya si eso se contagia al personal.

Se vieron sorprendidos con un recibimiento muy agradecido por su parte. Y es que la respuesta se dejó notar desde que arrancaron con los temas de su último “Bibere Vivere” como “Simon Barrel”, manteniendo aún muy cerca los temas de su anterior “Beerserkers”, como fue el caso de “Samhain”.

Pero si hubo un punto de inflexión en la descarga ese fue “Yo Controlo”, con todo el mundo coreando el estribillo y con la banda cada vez más enfilada hacia el logro de dejar una inmejorable sensación en este primer paso de su historia por la capital vizcaína. Una sensación que bien merecía levantar nuestras cervezas y continuar por el casco la fiesta prometida por la propia banda una vez acabadas las actuaciones.

Contaron con colaboración especial de un músico local para mí desconocido llamado Jose Cruces, pero que les ayudó con la flauta como un miembro más de la banda en  “El Caldero De Los Sueños”. Tan sol pondría como reparo que la voz de Dani pareció cascarse en la parte final, sobre todo en “Beerserkers”, aunque la fiesta reinante en uno de sus conciertos pueda hacer pasar por alto este tipo de detalles y el vocalista supiera apoyarse en los presentes.

 Se montó una buena con el segundo wall of death de la noche en el tarareable a rabiar “Yab Dabadaba Dai”, acabando con “Chupito” por todo lo alto, con varios miembros de Incursed subiéndose al escenario. Con este buen hacer en los temas y el cuidado de unos directos de contagioso buen rollo seguirán subiendo como la espuma… de una buena jarra de cerveza recién servida.

Por su parte Incursed se presentaba en directo en Bilbao tras un periodo convulso de cambios de formación y bastante tiempo sin dejarse ver por nuestros escenarios. Sin embargo, ese periodo tampoco lo han desaprovechado, dejando un nuevo disco de título “Amalur” donde la banda conserva su lazos con el sonido del pagan metal del norte de Europa, pero acercándose en su temática a algo más autóctono.

Incluso desde la edición de ese disco la banda ha contado con bajas ya suplidas, ya que Asier abandonaba la banda una vez registrado su trabajo, entrando en la banda Oier Calvo en su puesto, que no es solo el de guitarrista, ya que como hace en Orion Child, banda donde también es compañero de Jonkol, aporta unos guturales que acaban por dar un plus que les viene muy bien tras la salida de Narot, que se hacía cargo de este tipo de voces. Ahora la banda cambia bastante su tratamiento vocal y su disposición en escena, siendo Jonkol el que con teclado en ristre en todo momento lidera la formación, haciéndose cargo de las voces principales, pero muy arropado por Lander y Oier. Por cierto, que el hecho de compaginar voz y teclado no es óbice para que deje patente el virtuosismo instrumental que posee.

Y es que un aspecto destacar en Incursed es que dentro del estilo que practican, también dado a la fiesta como en el caso de sus predecesores esta noche, ellos optan por un estilo no exento de una técnica my destacable, algo que siempre les ha distinguido dentro de estos sonidos vikingos. Eso sin eludir las partes destinadas a la algarabía general, como en “Beer Bloodbath”, en cuyo final Jonkol se dio una vuelta entre el personal, pidiendo saltos a todo el mundo.

Pese a contar con nuevo disco y nueva formación no rehuyeron de temas de sus pasados trabajos, acoplados perfectamente a la nueva formación, trabajados de manera diferente, pero sabiéndoles sacar mucho jugo. Así tras el arranque con la intro de su nuevo disco “Lurramets” y “Cryhavoc!” se atrevieron con “Heat Of The Yggdrasil” de su anterior “Elderslied”.

El momento más especial de la descarga llegó cuando la banda invitó a Asier, visiblemente emocionado, a tocar “Suaren Lurraldea” y “Homeland”, aportando Oier en los coros. Y por el camino quedaron temas clásicos como el veloz “Tidal Waves”  antes de amenazar retirada con “Zombeer Alcoholocaust”, porque si bien el estilo de folk metal de Lèpoka y de Incursed es muy diferente, coinciden en que ambos son cerveceros a tope. Solo quedaba terminar la noche, entre gritos de beste bat, con el clásico del pop “Take On Me”, hecho a la manera de estos guerreros vascos que se encuentran arrancando una nueva etapa con una banda reestructurada por completo, pero capaz de defender el terreno ya ganado y de seguir conquistando nuevas tierras.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)