CRÓNICA: GLORYHAMMER + CIVIL WAR + DENDERA

GLORYHAMMER + CIVIL WAR + DENDERA

15 – 01 – 17

Bilbao (Stage Live)

Teniendo en cuenta el conservadurismo de un público que no deja de apostar por las bandas de siempre y la caída de este concierto un lunes de enero, con el despiste de las navidades de por medio y con la manida cuesta de enero, tenía dudas sobre la respuesta que cosecharía Gloryhammer en Bilbao en esta gira como cabezas de cartel. Pese a que rondaríamos unas 150 personas en una sala con capacidad para unas 500 creo que no cabe catalogar como mala la entrada, y mucho menos el ambiente con el que nos topamos en la sala Stage Live para disfrutar de una nueva generación de power metal que pide el relevo. Y es que ya apreciamos hace unas semanas con la venida de Orden Ogan, que parece que hay un nuevo público de lo más entusiasta para dar continuidad al estilo con nuevas bandas.

A Gloryhammer se sumaron otras dos bandas de patrones bastante similares como Civil War y Dendera. Tres bandas que animaron de manera excelente este lunes a la noche en Bilbao.

Dendera se encargaron de abrir con un heavy metal algo más estándar que los que les sucederían. También hay que decir que fue la propuesta más natural, frente a la ampulosidad adornada de samplers que posteriormente ofrecerían sus compañeros de cartel. No hacen nada nuevo, pero son una fuerte banda de heavy metal con un vocalista de potente registro que además sabe mover al público. Ashley Edison, también vocalista de Power Quest, es un valor seguro tanto por ejecución vocal como por su conexión con la concurrencia.

Los británicos cuentan con dos discos y un EP editados, aunque apenas dispusieron de media hora para despacharnos 6 temas que dejaron buenas sensaciones entre los presentes. Sobre todo canciones que dan para dejar constancia de su categoría como banda de puro y llano heavy metal, con momentos para hacer que el público comenzara a levantar los puños y explotara en un clamor en los tramos instrumentales a petición del vocalista. Nada nuevo pero efectivo y bien hecho para el gusto de los más clásicos.

Cogieron el relevo Civil War, banda formada en 2012 a raíz de la salida de Sabaton de algunos de sus miembros. Y si bien han tirado por un palo estilístico un tanto diferente a unos Sabaton más actuales que ellos musicalmente hablando, han guardado como denominador común la temática bélica. Temática que influye en su denominación y en su indumentaria.

Sobresalió el potente y personal registro vocal de un Kelly Sundown Carpenter que sustituyó, ahí es nada, a Nils Patrick Johansson (Astral Doors). La voz creo que es el punto más fuerte en una propuesta que puede resultar muy espectacular en estudio, pero que con unos coros tan grandilocuentes grabados pierde bastante de credibilidad en vivo. Eso sí, si la banda suena bien como fue el caso y los temas gustan, el público se engancha.

Civil War no ha perdido el tiempo en estos años en los que ha editado un EP y tres trabajos, a los cuales recurrieron para dar fe de un estilo sencillo en su concepción melódica, pero con mucha parafernalia añadida en forma de arreglos y sobre todo de coros. Es un contraste tremendo ver a dos tíos haciendo coros y que aquello suene como si el techo se nos fuera a venir encima. Pese a ello, no cabe duda de que el público resultó agradado.

Y es que quien más quien menos era lo que había ido a buscar. Los propios Gloryhammer practican un estilo similar. Si cabe aun más orquestal que los predecesores. La banda afincada en Escocia, formada por el teclista Christopher Bowes, vocalista de Alestorm en 2010, aunque tardarían 3 años en sacar su primera obra “Tales From The Kingdom Of Fife”, al que continuó un “Space 1992: Rise Of The Chaos Of Wizard” que en la noche de hoy interpretarían íntegramente.

Con sus particulares indumentarias, cada una bastante diferente entre sí pero todas ellas apuntando a la épica, la banda apareció en el escenario con la intro “Infernus Ad Astra”, tras la cual ocuparon posiciones para arremeter con “Rise Of The Chaos Of Wizard”, con el indescriptible frontman Tomas Winkler, alias Angus McFife, mostrando una luminosa sonrisa bajo sus gafas de sol y enganchando con el personal de manera inmediata. El público estaba predispuesto y el ambiente fue excelente. Cuántas bandas lo envidiarían.

Un goblin aparecería en el escenario portando un martillo que le quitaría el vocalista y que sería símbolo de su descarga. Este caería con fuerza sobre el suelo durante la interpretación de “Legend Of The Astral Hammer”, continuando con “Goblin King Of The Darkstorm Galaxy”. Tras esto el brujo Christopher Bowes abandonó su puesto de teclista para marcarse un solo de guitarra y dar paso a “The Hollywood Hootsman”, que sería a la postre de los momentos más calientes de la descarga.

Tras “Victorious Eagle Warfare” llegaría el momento cervecero con “Questlords Of Inverness, Ride To The Galactic Fortress!”, donde el vocalista se encargaría de surtir del liquido elemento al bajista James Cartwright en plena interpretación, demostrando éste una notable capacidad de engullición.

“Universe Of Fire” haría que aquello no decayera para nada, y mucho menos lo haría con “Heroes (Of Dundee)”, tras el cual, y con las espadas (o los martillos) en todo lo alto, “Apcalypse 1992” significaría el primer adiós de la banda. Ese que nadie se cree.

Porque Gloryhammer regresaría al escenario para rescatar cuatro temas de su debut y dejar satisfechos a los presentes. Tras “The Unicorn Invasion Of Dundee” la banda recuperó el símbolo del martillo con “Quest Of The Hammer Of Glory”, con un público muy agradecido y entregado. Así ocurriría hasta el final con “Magic Dragon” y un “Angus McFife” que fue presentado por el vocalista a la manera de Ripper Owens en sus tiempos en Judas Priest antes de interpretar “The Ripper”. What´s My Name?!!! La respuesta del personal resonó a lo grande en la sala.

No es que personalmente sea muy partidario de propuestas más espectaculares por lo que llevan grabado que por lo que ofrecen en directo, puesto que técnicamente tampoco es que sea un grupo que alardee de nada y gran parte de su impacto sonoro reside en orquestaciones y coros  que ni los mismos creadores del hollywood metal llevan a cabo sobre un escenario a día de hoy. Pero viendo la respuesta del personal y la ilusión de los jóvenes seguidores de Gloryhammer, uno no puede decir que no consigan su objetivo y que no haya futuro para una nueva generación de power metal de tinte europeo en la que Gloryhammer toman posiciones.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)