CRÓNICA: ESCLAVITUD + READY AIM FIRE

 

ESCLAVITUD + READY AIM FIRE

9 – 12 – 17

Barakaldo (Edaska)

 

 

No es nada sencillo que bandas del archipiélago canario se dejen ver por nuestra zona, sobre todo cuando es tan complicado ser profesional de esto, con lo costoso que son los viajes y lo sufrido que resulta reunir a un puñado de personas en una sala. Por eso la oportunidad era de las que daría pena dejar pasar de largo. Además, Esclavitud ha contado con dos fechas en Euskal Herria en esta gira peninsular. La noche anterior tocaban en la sala Mogambo de Donosti, y hoy el turno era para la Edaska de Barakaldo, donde compartirían cartel con Ready Aim Fire.

Una pena que haber asistido a los conciertos de Eclipse y Bigfoot en Bilbao no me permitiera llegar a tiempo ni tan siquiera al final de la actuación de los vizcaínos, de los que sabemos de su calidad a la hora de facturar un hard rock muy inspirado en la guitarra de Iñigo Díaz de la Campa, del cual ya conocemos su clase como alumno aventajado de Ritchie Blackmore o Yngwie Malmsteen. Actualmente compagina la labor en esta banda, de la cual es uno de los miembros fundadores, con Indomables, a los cuales pertenece ya desde hace algún tiempo. Y curiosidad tenía por ver a Adrian Basilio (exEtorkizun Beltza, Éxodo) como nuevo vocalista de la formación. Sin embargo, tendremos que esperar nuevas oportunidades en el futuro.

Por suerte no perdí ni un solo instante de la actuación de los tinerfeños Esclavitud, que venían a la Edaska con un flamante nuevo disco bajo el brazo de título “Return To Eden”, donde han cambiado de idioma coincidiendo con la entrada de su nuevo cantante Marc Quee. Toda una leyenda que algunos tal vez recuerden por su paso en los años 80 por los clásicos franceses del heavy metal Attentant Rock, con los cuales registró su disco del 85 “Strike”. Una leyenda que recala en una banda con una respetable trayectoria de 21 años en la actualidad y con tres discos en su haber, puesto que a “Return To Eden” hay que sumar los anteriores “Condenados Al Paraíso” e “Involución”.

Aparte de por Marc en el micro la banda está conformada por Ramón Cebrián en el bajo, Mauro Martín en la batería y Álex Guerra en la guitarra. Un grupo básico que, sin embargo, es capaz de llegar a las tesituras progresivas más exquisitas. Las que marcan su nuevo disco, donde han dado un salto en este aspecto hacia composiciones más elaboradas, con bastante regusto a los Iron Maiden del “Brave New World” en adelante, aunque tan solo cuenten con una guitarra. Pero Alex se sobra y se basta para llenar con sus solos y sus riffs las estructuras de unas composiciones que no dan lugar al despiste por parte del oyente.

Los detalles son constantes y se vuelven piezas muy exigentes a la hora de ejecutarlas, pero la melodía es la bandera enarbolada por la voz de Marc Quee, en el que podemos encontrar aparte de un filo muy heavy, un deje de accesibilidad en temas con estribillos tan excelentes como el de “This Time”, con el que nos dieron la bienvenida con un excelente sonido apoyando las buenas sensaciones de sus temas. Y en directo dieron buena cuenta de que no hay trampa ni cartón en estudio, que no necesitan apoyarse en ningún extra para mostrar todo lo que hay en sus discos.

Evidentemente fueron mayoría los temas rescatados de este nuevo disco, donde además el vocalista parece encontrarse más cómodo, lógicamente; aunque tampoco lo hizo nada mal en los temas en castellano que también aparecieron a lo largo de su actuación. Y es que tras el single “How I Wish”, y entre piezas como “Brand New Day”, “No More Lies” o el loco “Die For Me”, la banda nos brindó un directo “Mi Decisión”, de su anterior “Condenados Al Paraíso”.

No sería el único tema del pasado, puesto que cuando parecían despedirse con “Return To Eden” los gritos pidiendo otra no se hicieron de rogar. Y no se privaron ellos mismos del gusto de pedir que esos gritos fueran en euskera, para llevarse de recuerdo de Barakaldo ese beste bat que cuando lo escuchan las bandas que nos visitan saben que han dejado buena sensación. Ese final definitivo llegaría con “Orgullo Y Libertad” de “Involución”, donde conseguirían que los presentes cantaran con ellos el estribillo, condición pactada previamente para ofrecernos el bis. Negociación nada complicada. Fue lo mínimo que pudo ofrecer el público a una banda que fue todo un lujo poder disfrutar en directo, cuya calidad no debería pasar desapercibida para los amantes del heavy metal de tintes progresivos.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)