CRÍTICA: VHÄLDEMAR – FIGHT TO THE END / I MADE MY OWN HELL

 

VHÄLDEMAR

(Fight To The End / I Made My Own Hell)

 

 

 

 

Junto con el fichaje por Fighter Records han llegado muchas novedades por parte de los vizcaínos Vhäldemar. A las nuevas canciones aparecidas en el EP “Old King´s Visions”, adelanto a su vez de su próximo disco “Against All Kings”, hay que sumar la reedición de sus dos primeros trabajos. Todo un caramelo para los que no los tuvieran en su discografía o para aquellos que quieran este pack completo con algunos bonus tracks que aparecieran en sus ediciones japonesas y un sonido remasterizado de la mano del maestro Pedro J. Monje.

Con perspectiva uno se da cuenta mucho más claramente de lo que en aquellos primeros años del presente milenio significaba Vhäldemar irrumpiendo entre un nuevo reverdecer del power metal a nivel europeo. Tal vez llegando un poco a rebufo de la eclosión de heavy metal clásico que por fin daba el premio merecido a bandas veteranas como Saratoga, o a unos Avalanch que tras años en la sombra brillaban por aquel entonces, al igual que unos Tierra Santa en auge y los que seguirían llegando como Dark Moor, Saurom… Por no hablar de la avalancha que a nivel internacional nos llegaba, con una explosión italiana marcada por los sonidos sinfónicos, un metal alemán siempre en forma con Edguy como una sensación ya consagrada al lado de los entonces ya clásicos Gamma Ray, o una escena sueca que por entonces ya tenía asentados a Hammerfall, mientras que una joven promesa como Lost Horizon, con los que los propios Vhaldemar compartieron escenario en Bilbao, era toda una sensación que, sin embargo, desaparecería del mapa tras su segundo disco. .

La peculiaridad de Vhädemar era lo aguerrido de su estilo de heavy metal, la fuerza y la pegada de una banda que sin mayores ornamentos te daba en la cara, aunque no por ello dejaba de sobresalir en el plano solista el nivel de un Pedro J. Monje que se destapaba como un gran guitarrista en este estilo, junto a una banda que buscaba la solidez de una propuesta rocosa a la vez que veloz. Sobre todo “Fight To The End” era un trabajo que destacaba por la velocidad, marcado por un power que en actitud recordaba a Manowar, aunque a nivel de melodías traslucía una base importante de los primeros Helloween o los Gamma Ray. Eso sí, ellos tenían su estilo personal, incomparable con las bandas mencionadas en esta reseña que cantaban en castellano y alejados del refinamiento de unos Dark Moor mucho más deudores de lo que por entonces se hacía en Italia.

Finalmente el estilo decaería en cuotas de popularidad y la avalancha de bandas del estilo pareció apagarse, desapareciendo el sello Arise, con el que editaron aquellos discos y pasando a otra etapa para la banda.

Pero nadie nos puede quitar este puñado de himnos de un “Fight To The End”, editado en 2002, que era todo un cañonazo, más directo y veloz que el siguiente, con temas que siguen haciendo retumbar los cimientos del lugar en el que suenen como “Black Beast”, “Energy” o la defensa a ultranza del heavy metal “Feelings”, un arranque de disco arrasador antes de “Lost Words”, con una intro más reposada. La obra no tiene desperdicio, desde la aparición de la primera parte de “Old King´s Visions” hasta el homónimo “Fight To The Emd”. Y por si el trabajo no tenía suficiente caña todavía quedaba un “Traitor” demoledor.

En 2003 se editaba “I Made My Own Hell”. Recuerdo que no obtuvo de primeras la misma consideración de un debut que parecía difícil de superar, pero personalmente siempre me pareció un trabajo más maduro, con más detalles, como las guitarras y los coros más ampulosos de “I Made My Own Hell”, sin dejar de lado más temas directos y apabullantes en directo como “Steam-Roller” y “Breakin´ All The Rules”. Pero llamaba la atención que la segunda parte de “Old King´s Visons” se adentrara en tesituras más relajadas, aunque también oscuras, o temas que buscaban un estilo más penetrante como un “Death Comes Tonight”, que sin embargo les dio mucho juego en directo. Detalles que podían hacer que la segunda obra no entrara tan a la primera como su debut, pero que a la postre ha quedado como otra gran obra.

Pues en esta reedición puedes tener ambos discos, con el añadido de los bonus tracks de la edición japonesa. Dos discos que todos los amantes del heavy metal deben considerar por lo que supusieron en aquella época de nuevo esplendor de nuestra música, y el buen estado en el que han ido envejeciendo. Escucharlos hoy a buen volumen sigue estremeciendo cualquier alma puramente metalera.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)

INFORMACIÓN ADICIOAL:

Sello: Fighter Records (www.fighter-records.com)