CRÓNICA: ILL NIÑO + EKTOMORF + XTORTYA + INCITE

ILL NIÑO + EKTOMORF + XTORTYA + INCITE

18 – 04 – 17

Vitoria-Gasteiz (Jimmy Jazz)

Ha costado que finalmente se pudiera llevar a cabo por nuestro país la gira de 15 años desde la edición del debut de Ill Niño. Tanto es así que realmente llega prácticamente con un año de retraso, ya que de la idea original de haber hecho estas actuaciones en 2016, se tuvo que aplazar a Marzo de este año, resultando que estas fechas también serían canceladas. Finalmente con cambio de lugar, ya que finalmente no sería en Bilbao sino en Vitoria, y con cambio de cartel, puesto que Rise To Fall no tendrían la oportunidad de actuar junto a los americanos, como se había confirmado en las fechas aplazadas; pudimos disfrutar de este homenaje a uno de los discos claves del Nu-Metal.

Y es que este debut de Ill Niño fue la emergencia y consagración de la banda en pleno auge del estilo a comienzos del nuevo siglo, pudiendo considerar a este como una de las piezas angulares de todo un estilo que posteriormente se desinflaría, como suele ocurrir con todo movimiento. Aunque de todo ello siempre sobrevivirán los más fuertes. Sin duda, entre esos deberá estar Ill Niño. Si bien no llegan a las cuotas de popularidad de algunos grupos que se anticiparon unos años, ellos cogieron como punto original el mestizaje con las raíces latinas, originarias de los propios miembros de la formación americana. Algo que sigue siendo elemento de distinción que no pasa desapercibido para aquellos que buscan elementos originales.

Se hicieron acompañar en esta ocasión por tres bandas más, entre las que destacaba especialmente Ektomorf, con la aparición en letras más pequeñas de Xtortya e Incite. Estos serían los primeros en salir, aun con una sala prácticamente vacía. El apellido Cavalera, haber editado ya cuatro discos y haber pasado en algunas ocasiones anteriores por nuestros escenarios no hicieron que la banda de Arizona ocupara un puesto por encima de los en principio menos conocidos y con menos trayectoria Xtortya.

En esa tesitura, Richie Cavalera (hijastro de Max), se creció con una actitud encomiable. Es un vocalista carismático que se deja la piel en el escenario, que se desgañita en esos agresivos registros y que contagia a todos los que se encuentren frente al escenario. Con un sonido aplastante y una banda perfectamente empastada no se puede poner reparo a su corta actuación, entregada y potente. Tal vez cueste que se vayan haciendo un hueco en este estilo, pero tablas y talento tienen.

Xtortya tenían la oportunidad de darnos la sorpresa de la noche, ya que podíamos considerarles los más desconocidos dentro de este cartel. La banda de Rap Metal procedente de Australia no desaprovechó esta oportunidad, desarrollando este estilo de una manera elegante, con un trabajo a nivel vocal muy llamativo, tanto por parte de su principal voceras, que se encarga de los rapeados, como en lo que le toca a su guitarrista, con unos registros melódicos labrados. A esto hay que unir unos trabajados coros y un estilo que sin dejar de ser accesible cuenta con múltiples detalles. Una segunda pieza en las guitarras, alternando esta labor con los teclados enriquece esta inquieta propuesta excelentemente llevada a cabo. Que lo del trillado rap metal no te haga hacerte una idea equivocada, porque tienen frescura como para llamar la atención tanto de los seguidores del estilo que piensen que en esta rama ya está todo dicho, como de quien entienda el metal de forma abierta.

Mucho más directos resultaron Ektomorf. La banda Húngara repartió cera de la buena en una actuación que, como suele ocurrir en estos casos de carteles con tantas bandas, se quedó bastante corta de tiempo. Se echaron de menos algunos temas más, aunque la banda encabezada por Zoltán Farkas en la voz y la guitarra dejó constancia de su categoría como formación de thrash bastante deudora de los sonidos de Sepultura. De hecho, pueden ser considerados como un excelente relevo con una trayectoria que ya empieza a ser bastante larga, editando trabajos de forma asidua en los últimos tres lustros.

Le dedicaron la parte inicial del concierto a su referencia más reciente como es “Agressor”, con cuyo homónimo tema iniciaron las hostilidades. Farkas se lleva todo el protagonismo en el centro del escenario con constante invitación a que el público despegue los pies del suelo con él, aunque ese sonido grueso necesita la envoltura de sus tres compañeros, muy expresivos aunque la luz se centrara casi de forma exclusiva en el líder de la banda.

“Move On”, “Evil By Nature” y “Holocaust” se encargaron de presentar ese último disco, antes de dar paso a una segunda parte con temas de anteriores discos, especialmente centrados en la época de mediados de la pasada década, con “Instinct” ganando mucho protagonismo merced a la ejecución de “United Nations”, “Fuck You All” y “Show Your Fist”, que llegaría empastado al previo “Gypsy”

“Black Flag” rescataría uno de los temas de la obra de idéntico título editada en 2012, acabando con el aplastante “Outcast” para el que Zoltán Farkas pedía el apoyo del público con la mención de tan solo esa palabra que sería el rugido final de su intensa y estruendosa descarga.

Repartieron de lo lindo, aunque tal vez para los seguidores de Ill Niño faltara esa vertiente melódica. Sin embargo, dejaron constancia de una trayectoria impecable que les ha labrado un merecido nombre en el actual panorama internacional del metal.

Como martes que era la gente se hizo de rogar, pero finalmente llegaríamos a una digna media entrada para recibir al plato fuerte de la noche. Ill Niño fue recibido con muchas ganas por parte de unos seguidores que no tardarían en provocar movimiento al ritmo de temas como “God Save Us” o “If You Still Hate Me”, que ya vaticinaban una interpretación íntegra y en escrupuloso orden de temas del que fue su trabajo de debut.

Comenzó muy bien la descarga Cristian Machado al grito de buenas noches País Vasco, correspondido por un estruendo por parte de la concurrencia. Curiosamente de ahí en adelante se olvidaría de la primera parte para referirse al suelo que pisaba únicamente como Vasco en reiteradas ocasiones, algo que evidentemente no tiene sentido sin el nombre completo. Nadie le corregiría, así que ésta quedaría como la anécdota y el grito más repetido a lo largo de la noche por parte del vocalista sería ¡¡¡¡Vamos Vasco!!!

Por otro lado, no comenzaría del todo cómodo el cantante, que posteriormente dijo tener algo de fiebre. Con el historial de cancelaciones de la gira casi sonaría a broma otra posible suspensión por temas de salud, aunque no vimos en este aspecto al vocalista tan perjudicado como para llegar a este punto. Pero tal vez eso explique la sensación de estar ante un show un tanto mecánico por parte de la banda en algunos momentos. No parecía que hubiera excesiva química entre ellos, con el ex de Machine Head Ahrue Luster mostrando algún que otro mosqueo cuando el vocalista le dejaba el pie de micro cerca de su puesto, apartándolo de manera agresiva en más de una ocasión.

Eso sí, mención aparte para Lázaro Pina, que se erigió en el miembro más expresivo de la banda y quien más parecía sentir la actuación, con un cumplidor Diego Verduzco en la guitarra, el corazón de Dave Chavarri empujando desde la batería, y dotando de un extra de vitalidad a la música de Ill Niño los ritmos tribales de Oscar Santiago.

Pese esa sensación de tener en frente a una banda con ciertas reservas, la ejecución de los temas no merece mayor reparo, bordando las canciones de “Revolution Revolución” de principio a fin, dando argumentos para el goce de los seguidores de la banda que levantarían los puños con el homónimo tema, aplastante, o se moverían al son del mestizaje de “Rumba”, pasando por momentos tan disfrutables como “I Am Loco”, “What Comes Around” o un “Rip It Your Eyes” que contaría con la colaboración de Richie Cavalera de Incite; llegando al final del tramo dedicado al disco referente de esta gira con el acústico “With You”.

No se quisieron marchar sin un par de pinceladas de otros trabajos, con un Cristian bromeando, aunque no cabe duda de que lo dijo en serio, sobre el perjuicio del tabaco, que no te hace nada en la cabeza y te da cáncer, y alabando las bondades de la marihuana, de la cual hizo apología dando un par de caladas.

Sin retirarse a camerinos la banda remató el repaso a 15 años de Revolución en la Jimmy Jazz con “How Can I Live” y “This Is War”, cumpliendo el expediente. Puede que entusiasmando a los más fanáticos o decepcionando a los más exigentes. Yo no me colocaría en ninguno de los extremos. Simplemente creo que pudo ser mejor.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)