CRÓNICA: ROSS THE BOSS + INVISIBLE + AGRESIVA

                 ROSS THE BOSS + INVISIBLE + AGRESIVA                

18 – 03 – 17

Erandio (Sonora)

Nos había visitado tanto con su carrera en solitario como con su banda de punk rock, los legendarios Dictators, pero el reclamo de una gira de Ross The Boss tocando canciones de Manowar ponía los dientes largos a todo metalero que se precie. La cola en la puerta de la sala Sonora de Erandio, que llevaba bastante tiempo sin acoger un concierto de rock, demostró que así era. La expectación por ver a uno de los fundadores de Manowar era grande en este “The Discipine Of Steel Tour”.

Me alegré especialmente además de que junto a los ya anunciados como acompañantes oficiales Invisible se incorporaran los madrileños Agresiva a las fechas de Erandio y Madrid, dándonos la oportunidad de ver a una admirable banda de thrash metal de vieja escuela que tanto se lo está currando con un par de trabajos y un EP muy recomendables.

Además se anunciaba junto a su presencia en este cartel un inminente nuevo trabajo del que adelantaban uno de los temas en los días previos, prometiendo algunos más para los directos. Un aliciente extra que bien merecía la presencia a primera hora en la sala.

Los madrileños salieron a ganarse a los presentes con “The End Of The Game”, pasando seguidamente a los nuevos aun no editados “Run Like The Wind” y “Rodents In A Wheel”, con un Samuel San José mostrando ese registro limpio tan en desuso en los actuales tiempos en el thrash metal, pero que a ellos les da una carácter tan especial.

“Hell Town” fue rescatado de “Eternal Foe”,  antes del tema ya adelantado a través de redes “Heading For Midnight” y continuado por otro nuevo “The Afterath” que nos colocaba a las puertas de la despedida de su corta actuación con “Sent To War”, habiendo dejado constancia de su excelente forma de facturar heavy metal cañero de la escuela más tradicional, con un directo de los que no engañan.

Invisible llegaban desde Ejea de los Caballeros. Los maños son una banda con músicos experimentados en otras formaciones que se definen como Heavy metal y hard rock, pero hay que matizar a esto que suenan bastante más garrulos de lo que esas etiquetas te puedan dar a entender.

Especial ilusión me hizo encontrarme con Adrian Bayonna a la batería, que ya sabe lo que es repartir buena caña por nuestra tierra con los recomendables Phobos Preacher, y que en esta formación de trío goza de un espacio central que nos permite ver la espectacularidad con la que afronta unas descargas donde es plena actitud, a la par de sus compañeros al frente del escenario.

La banda tampoco desaprovechó la oportunidad de presentarnos algún tema nuevo de lo que será su tercer disco, como fue el caso de “Sapos Y Serpientes”. El resto del repertorio dio cuenta de sus dos trabajos editados hasta la fecha con temas tan agresivos como rockeros como “Ya Estas”, “Entre Molinos Y Gigantes”, “La Rueda” o “Sombra Blanca”, antes de que hicieran un hueco para una versión de “Incomunicación” de Barón Rojo llevada a su terreno, mucho más visceral, pudiéndose equiparar a una banda de thrash o de macarra rock & roll. “Ella” y “Apagado” dieron por finalizada la descarga de los maños dejando constancia de sus tablas y experiencia.

Ross The Boss apareció como un auténtico héroe entre un público con el que no dudó en fotografiarse y firmar autógrafos inmediatamente antes de arrancar su actuación. El guitarrista americano apareció serio en escena, enfundado en el papel de miembro de Manowar que deja bastante aparcado con otros proyectos. De hecho, podemos asegurar que es un tipo bastante más sonriente y simpático.

Pero aquí había venido a hacer las delicias de los presentes mostrando esa parte que falta en Manowar desde que él saliera de la formación tras la edición de “Kings Of Metal” en 1988. Nadie negará que la banda jamás ha vuelto a tener el mismo carisma ni la misma creatividad, aunque a Joey DeMaio le salgan sarpullidos si lee esto.

La formación que le acompañaba además era de lo más interesante y de plenas garantías. La presencia del también ex de Manowar Rhino a la batería era un aliciente más, con un sobradamente solvente y fabuloso bajista como Mike LePond de Symphony X y Marc Lopes de Meliah Rage en la voz, con la incógnita de comprobar cómo superaba este reto de emular a Eric Adams.

Las dudas al respeto del vocalista las íbamos a disipar bien pronto. Y no voy a entrar en comparaciones odiosas e injustas, pero simplemente decir que desde que “Blood Of The Kings” comenzaba a provocar las delicias del personal, el vocalista se mostró sobrado a nivel vocal, abusando de agudos mucho más que el propio Adams, pero demostrando tener una potencia absolutamente abrumadora.

La banda le daba el sonido y la base de aquellos míticos riffs que quedaron plasmados en temas como “Death Tone”, presagiando una noche memorable; algo que con cada tema solo se iría engrandeciendo. Y es que escuchar canciones de aquellos ochenta como “The Oath” o “Blood Of My Enemies”, con fuerza apabullante, una banda maravillosa y esa parte original que tanta autenticidad le daba al evento; es algo impagable.

“Kill With Power” sería de lo mejor acogido por los presentes, con un estruendo en cada estribillo y un Marc Lopes que supo lucirse y ofrecer a su vez el micro para que todos le acompañáramos en cada nuevo himno, como en el caso de “Thor (The Powerhead)”, con la gente envolviendo a una banda de por sí atronadora.

“Each Dawn I Die” y “Gloves Of Metal” no dejarían que aquel gran ambiente registrado en una sala repleta decayera en ningún momento, con la especial explosión de un “Sing If The Hammer” nuevamente muy coreado.

Un punto de inflexión llegó con el oscuro “Dark Avenger” en cuyo inicio Mike LePond tomó la delantera para introducir el denso corte con parte narrada central en la que Ross The Boss se haría puntualmente cargo del teclado. Tras ello Rhino cogería el protagonismo con un solo que precedería a otro momento cumbre en la descarga como fue un “Fighting The World” cuyo estribillo hace mucha mella entre todos los seguidores de la banda americana.

Claro que tampoco habría mucho respiro con otro de los himnos más recordados como “Metal Daze”, de nuevo con un Lopes asombrando en los agudos, quedándole fuerzas para afrontar un “Battle Hymns” exigente para sus cuerdas vocales, pero del que supo salir nuevamente indemne.

Tan solo quedaba rematar con uno de esos temas que son historia en sí mismos del heavy metal de todos los tiempos. Hablo de “Hail And Kill”, que precedido de un solo un tanto blues de Ross The Boss sería la manera de despedirse con las espadas en todo lo alto.

Desafiante hasta para los actuales Manowar, de los cuales Ross The Boss salió de una manera no muy amistosa; reivindicándose siempre como miembro fundador de la banda cuando se le ha preguntado por ello; y justo acreedor, por tanto, a mantener viva la propia esencia que dejó en los neoyorkinos y desempolvarla cuando le apetezca para deleite de los fans de Manowar, que nunca le hemos olvidado.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)