CRÓNICA: THE TREATMENT + ELDORADO + ATLAS

THE TREATMENT + ELDORADO + ATLAS

10 – 02 – 17

Villava (Totem)

Empiezo la crónica alabando el mérito que tiene el apostar por parte de un promotor por un cartel como el de esta noche, donde la presencia internacional de The Treatment venía acompañada de la más lujosa manera por dos bandas estatales de un nivel tan impresionante como Eldorado y Atlas. Un cartel hard rockero de muy diferente concepción por parte de las bandas, con el denominador común de la calidad incuestionable de cada una de las propuestas.

Como suele ocurrir en estas ocasiones, y pese que a muchos se les llena la boca pidiendo algo diferente, resulta que cuando algo así se propone, la presencia de público se quedó muy por debajo de lo merecido por parte de los grupos y de quien movió todo lo necesario para lo que resultó ser una gran noche de música en vivo, de la que seguro los presentes darían fe entre sus conocidos y amigos ajenos a lo que ocurrió entre las paredes de la sala Totem este viernes de febrero. Y es que es una de esas descargas de las que uno sale con ganas de no guardárselo para uno mismo.

Hay que aprovechar las pocas oportunidades que podemos tener de ver a bandas como Atlas por el norte. Los madrileños conformados por unos experimentados y legendarios músicos como Jose Martos a la batería, Angel Arias al bajo, Manolo Arias a la guitarra e Ignacio Prieto a la voz; tienen historia a sus espaldas como para valorar lo que teníamos encima de las tablas mucho más allá de sus tres discos editados hasta la fecha.

Son músicos con un pasado importante y rompedor en su día con formaciones como Niagara, posteriormente pasando por grupos como Baron Rojo, Topo, Ñu… El curriculum individual de cada uno de ellos merecería por sí solo la mayor de las consideraciones, pero también el hecho de que sigan marcando el presente de nuestra música.

De hecho, cada uno de sus discos bien merece convertirse en obra de cabecera de los amantes del hard rock ochentero en lengua hispana, aunque con el calado de un sonido actual.

Nos presentaban su nueva obra “Nuevos Tiempos, Viejas Costumbres”, sin dejar de lado auténticos himnos de sus trabajos pasados como con el que arrancaron “Generación Sin Miedo A Vivir”. Aun tendría que esperar su nueva obra con el siguiente “Adicto A La Carretera”, metiendo ritmo a la descarga y mostrando a un grupo excelente en ejecución, con un Ignacio Prieto que domina excelentemente el escenario, llevándose consigo las miradas del personal y moviéndose como pez en el agua entre los solventes hermanos Arias.

El guiño hacia a Ángel fue significativo en “Un Sueño Cumplido”, que abrió un tramo central dedicado a su más reciente obra con los siguientes “Esperaré”, “Vete Al Infierno”, “Una Misma Voz” y “Gritaremos No”. Grandes y variadas canciones que convencían en todos los aspectos a los presentes.

El final retomó sus trabajos pretéritos, con “El Imperio De La Ley” y el himno final “Contra Viento Y Marea”. Temas en todos los casos que muestran unas excelentes canciones con potencial como para encandilar a cualquier buen amante del hard rock, para lo cual ellos son músicos sobradamente solventes como a estas alturas debería saber todo el que lea estas líneas.

Con Eldorado pasábamos a un hard rock de reminiscencia más setentera, como bien refleja su más reciente obra “Mundo Aéreo”, grabada en directo para plasmar la sensación más cruda y natural. Es tal la química que se respira entre los componentes de la banda que tras verles varias veces en directo no me extraña que tomaran esta decisión.

Sin embargo, no será esta ocasión de la que me lleve el mejor recuerdo de uno de sus conciertos, sobre todo porque con la actual propuesta del grupo creo que el tiempo sobre las tablas se les quedó corto. O tal vez deberían plantearse las actuaciones de otra manera cuando no disponen de suficiente espacio para explayarse como a ellos le gustaría.

Aparte de que sigo sin entender muy bien que por estos lares alternen temas en castellano e inglés. Creo que esa salida internacional les puede venir muy bien, pero considero que en su caso llegan más al público local en castellano, con lo que teniendo dos versiones de cada uno de sus discos creo que lo lógico sería dirigirse en cada lugar que toquen en función de su lengua.

En este sentido me quedo con la primera mitad de  su descarga, con temas tan directos como “Reactor”, que en sus conciertos es una locomotora absoluta, aunque del nuevo trabajo me quedo con la potencia de “Antes De Juzgarme”. “Plastic Flowers” también mantuvo un interesante pulso en este tramo de actuación.

Cabe destacar la labor de cada uno de los músicos integrantes de un cuarteto bastante estable a lo largo de los años. Fundamental para entender esa química que se percibe en escena por parte de la guitarra de Andrés Duende, el bajo de Cesar Sánchez, la batería de Javier Planelles y la voz de un Jesús Trujillo con un registro mágico, también a cargo de un teclado que envuelve muchos de los temas de la banda, aunque esto les haga perder esa capacidad visual que, por ejemplo, tenían las dos bandas que hoy les acompañaban.

Sabemos que la banda suele dejar fluir la instrumentación en “Space Mambo”, aportando un tramo de sicodelia no ajeno a un grupo que con el paso de los discos parece ahondar más en las tesituras clásicas de los 70. Lo que me pareció tal vez algo excesivo es que “Mother Water” contara con otro solo de batería. Anteriormente ya había habido espacio para ese lucimiento individual de cada uno de sus componentes. Cierto que si hubieran contado con algo más de tiempo para terminar con algún otro tema más directo creo que hubieran dejado una sensación más completa. Curioso que “La Casa De Las Siete Chimeneas” quedara fuera del repertorio, siendo probablemente el tema que más les ha dado a conocer. En cualquier caso, resulta una banda a todas luces alucinante, con un nivel imaginativo y de ejecución inmenso que a los asistentes no pasó desapercibido.

Todavía no son muy conocidos por nuestra tierra The Treatment, algo a lo que conciertos como el de esta noche se encargarán de poner remedio. Los británicos hicieron una actuación de la cual todo el mundo pudo salir satisfecho. La actitud arrasadora de la banda unido a temas con gancho y directos fueron un coctel completamente efectivo. Son como unos Airbourne con tintes más actuales y más cara de malos.

Tardaríamos segundos en comprobar este hecho cuando The Treatment aparece en escena atronando con “Let It Begin”. El grupo había salido de camerinos enchufado como pocas veces he visto. No hubo previo calentamiento, ni era necesario que antes nos conociéramos. Estos van directos a la acción.

Los ingleses sonaban como un cañón, mostrado una insultante juventud no exenta en ningún sentido de tablas. No en vano son tres discos ya editados, pero donde sobre todo adquiere valor su propuesta es en directos como el de esta noche, donde son capaces recargar de adrenalina los cuerpos de los presentes.

No tardaría su vocalista Mitchel Emms en saltar del escenario para mezclarse con el púbico. Acción que se repetiría a lo largo de la descarga, y no solo por su parte, sino por parte de sus compañeros en una banda que pese a algunos cambios de formación (incluida precisamente la voz)  a lo largo de su carrera, no parece resentir en nada ni el estilo ni el funcionamiento de la factoría rockera que han creado.

Desgranaron temas de su último “Generation Me”, pero sin dejar de lado sus anteriores discos para nada. Y allí no habría respiro con temas como “The Doctor”, “Running With The Dogs”, o algunos de los momentos a mi modo de ver más espectaculares y significativos como “I Bleed Rock+Roll” o “Bloodsucker”, continuado por un “Cry Tough” de nuevo con los músicos abajo del escenario, al igual que en un “Shake The Mountain” que serviría para que se despidieran de nosotros.

No se habrían marchado aun del escenario los de Cambridge y ya se pedía su regreso, algo que se llevaría a cabo con otra declaración de intenciones de un grupo que no se achica en ningún momento. Mucho menos cuando tocaba echar el resto con “Drink, Fuck, Fight” y terminar de cerrar la fiesta con el ideal “Get The Party On”.

Que me levante la mano quien sea capaz de quedarse impasible ante ellos, porque habría que revisar sus constantes vitales. Ellos son sangre nueva para un rock que necesita transfusiones de actitud que le sigan sacudiendo como ellos hacen.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)