BLACK BONE

Santutxu, Bilbao (La Nube)

20 – 01 – 17

 

 

El contraste entre la primera imagen de unos jóvenes que con educados modales pedían permiso a la concurrencia para llegar al escenario y colgarse los instrumentos y el final de un Steff, voz y guitarra de Black Bone, resbalando sudor por todo su cuerpo y subido a la barra de La Nube de Santutxu con furioso gesto en el rostro, dice mucho sobre lo que fue esta descarga de los holandeses.

Era este un concierto al que se acude con más curiosidad que otra cosa. No estábamos ante ningún grupo laureado, por el momento, sino ante un joven grupo de veinteañeros que tan solo han editado dos discos. Pero estos no dudan en meterse en cualquier lugar donde les permitan descargar adrenalina y rock de pura cepa. Sin aditivos, guitarrero a tope y macarra a más no poder, pero con una calidad increíble en manos de una banda con gran futuro.

“Blessing In Desguise” es su referencia más cercana, editada en 2015, si bien en 2012 debutaban con “Back To Mayhem”. Ambos discos tuvieron representación en un repertorio que no permitió tregua y que prendió fuego a la noche de viernes en la capital vizcaína.

La toma de contacto fue directa, con un trío que entra a saco a repartir buenos riffs, tan aguerridos como para que en un momento dado le saliera un pequeño guiño al “Iron Man” de los Sabbath, pero con una agilidad enorme y energía a raudales. Solo era cuestión de tiempo que el poblado local se rindiera ante ellos, como fue ocurriendo a medida que pasaban sobre nosotros temas como “Never Too Loud” o el single “Nothing But History” con un grupo cada vez más suelto, destacando el papel individual de cada uno de ellos, con Sven en el bajo acoplándose a la infernal guitarra de su compañero y Willem repartiendo de lo lindo desde la batería. Este último tuvo oportunidad de realizar un bestial solo, secundado por sus compañeros en un tramo central donde la banda era una fiera a la que acaban de liberar en la selva. El directo, es el hábitat natural de estos chicos.

“Hammer Dawn”, de su primera obra, tuvo un protagonismo especial, haciendo las veces de bis de la noche a petición de un público encantado con lo que acababa de ver. La banda no negó ese detalle a un público que devolvió el calor explosivo recibido del hard rock facturado por la banda poblando el local y respondiendo ante el grupo cuando este le pidió su aliento.

Black Bone sonó como un cañón, convirtiendo un modesto concierto alejado de cualquier gran recinto en una destacada actuación que bien valoraron los presentes. La definición más clara de rock & roll, en su vertiente más directa y sucia, la tuvimos ante nuestros ojos con un trío que llama a las puertas de aumentar su relevancia a base de fuerza, convicción y actitud.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)