SHINOVA

(Volver)

7´5/10

 

 

 

No cabe duda de que una nueva etapa se abrió en Shinova con su anterior “Ana Y El Artista Temerario”, en el cual la banda dejaba de lado el metal melódico de sus dos primeros álbumes para adentrarse en otro tipo de sonoridades en las que las guitarras perdían la distorsión para buscar otros matices, a veces entre el rock, el indie e incluso el pop. Por ello, puede que ya no pille por sorpresa este “Volver”, donde la banda ha ido un paso más allá, reblandeciendo su sonido y definitivamente dejando claro que hay una diferencia bastante clara entre sus dos primeros trabajos y los dos siguientes.

El caso es que pese a ello, la personalidad de Gabriel como vocalista se ha mantenido en cada uno de sus trabajos, algo que puede mantener enganchados a los primeros seguidores de la banda, pero si estos se encontraban de lleno encasillados en gustos netamente metaleros, con este “Volver” seguramente se desconecten completamente. Yo al menos sí que creo que hay que abrirse a escuchar de todo y darle una oportunidad sin prejuicios

Por otro lado en este trabajo se da la circunstancia de que la banda ha tenido una estabilidad en la formación que de disco a disco no había ocurrido hasta ahora, algo que también puede tener su peso en la consolidación de un estilo que guarda un lazo con su anterior obra bastante claro, aunque resultando bastante más homogéneo, pero con unas canciones llenas de matices, a las que aportan mucho las colaboraciones de Nerea Aizpurua y e Imanol Iribarren con chelos, teclados y arreglos. También destaca el colorido de unas guitarras que pasan por diferentes aromas y que desde la sutileza son capaces de plasmar muchas sensaciones en cada tema, pero el hecho de que parezca haber una intención de mantenerse bajo un cierto nivel de asequibilidad, a mi modo de ver, le ha quitado eclecticismo al disco, al menos a una primera escucha. Luego cada tema tiene un mundo para indagar a medida que repitamos en acto de darle al play, aunque hablamos de matices mucho menos diferenciados que en el pasado disco.

Los temas se entrelazan en cierta manera, como ya hicieran en su anterior disco. Entre estos cabe destacar ese inicio con “El País De Las Certezas”, que resulta toda una invitación a dudar y liberarte de la comodidad de pensamiento, de lo preconcebido. Un tema también con una crítica que se mantiene en bastantes momentos a lo largo del disco. Resulta llamativo cómo aúnan esto con un intimismo muy presente en temas que en ocasiones nos susurran pensamientos.

“Para Cambiar El Mundo” es otro ejemplo. Uno de los temas que mejor representa el curro de los estribillos en este trabajo, con unas guitarras con cierto aire funk y un final donde la intensidad sube. A fuego lento se desarrolla un “Volver” que resulta muy cercano, con un trato de guitarras excelente aunque se trate de un tema pausado. Esto ocurre con bastantes temas en este disco, que lleva una línea completamente marcada. Bien es cierto que el estribillo de “Niña Kamikaze” tiene una mayor fuerza. Y muy destacables los arreglos de cuerda de “Doce Meses (El Año Del Maravilloso Desastre)”.

La capacidad narrativa en la voz de Gabriel nos pone ante nuestra imaginación escenas hechas canción. Un ejemplo de ello es “A Treinta Metros”. Se hace aun más accesible y llevadero para todo tipo de oídos “Viajero”, con una capacidad tremenda para atapar, pero ornamentado de excelente manera en el plano instrumental. Ese aire hipnótico se queda con nosotros en “Que Casualidad”, con una magia especial para hacerte valorar el momento que estás viviendo.

“El Combate Del Siglo” cuenta con un piano que nos introduce en el tema roto por un potente riff. Es uno de los temas más “duros” de la obra, previo a un final donde encontramos a una banda muy al desnudo, con textos muy sinceros y con mucho mensaje, como es el caso de “Ser Espiritual”, donde literalmente se percibe el alma de un Gabriel en un tono bastante reflexivo, algo que tan bien encaja con su profunda voz. “Tengo” es tan sencillo como efectivo, dejando en unos pocos acordes unas pinceladas muy sentidas. Y cierra el disco “La Ciudad Dormida”, envolvente y cálido, muy redondo dentro de la propuesta de esta obra, dejando un tacto marcado en el oyente tras la escucha.

He de decir que no me parece el mejor trabajo de la banda, independientemente del estilo hacia el que se orienten. De hecho, pese al cambio su anterior trabajo me pareció un disco que abría otra vía con muchas variantes pese a orientarse a sonidos más audibles por el gran público. Sin embargo, uno se queda con la sensación de que en esta obra se hace un tanto intencionado el hecho de dirigir el estilo de la banda dentro  unos márgenes. Parece menos espontáneo. No por ello deja de ser un disco de una riqueza musical innegable, con sentimiento en unos textos cargados de significado y unas melodías creadas para cautivar.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)

INFORMACIÓN ADICIONAL:

Sello: Warner Music