CRÓNICA: TEMPLE OF METAL FEST

TEMPLE OF METAL FEST

10 – 12 – 10: LACRIMAS PROUNDERE + ESTAMPIDA + DABELYU + RASEN

11 – 12 – 10: THEATRES DES VAMPIRES + IN LOVING MEMORY + WALDHEIM + DARKNESS BY OATH

Bilbao (Bilborock)

VIERNES 10 DE DICIEMBRE:

Se agradece en épocas en que el frío ya comienza a ser notorio que se hagan festivales en recintos cerrados que intenten en parte dar color a estos días cortos y oscuros. Y se debe de reconocer el sacrificio, el trabajo y la implicación de la asociación Temple Of Metal que nos sirvió un cartel nutrido de bandas locales con dos propuestas internacionales de las que no son sencillas de ver por aquí. Dos jornadas en un escenario inigualable como el de Bilborock. La respuesta de público terminó siendo regular para lo que yo esperaba, aunque bien es cierto que hubo intermitencias en la presencia de espectadores con el pico más alto el segundo día para ver a Waldheim.

El viernes, como era de esperar, el respetable se hizo de rogar. Jornada laboral y puertas que abrían a a las 18:30. Con poco retraso se produjo el hecho y la sorpresa nos la llevamos cuando vemos subir al escenario a Rasen, ocupando el lugar de Evil Seeds que se cayeron a última hora por accidente, con algunas secuelas físicas de las que deseamos una pronta recuperación. Pero Rasen fueron un acierto rápido y seguro por parte de la organización. En un cartel a medias entre lo extremo y el gótico su propuesta casó a la perfección. Rasen es un grupo con infinidad de influencias haciendo un mestizaje de lo más sucio y oscuro, con un frontman que no deja indiferente. Sei tiene descaro para bajar del escenario y darse una vuelta entre el público con su peculiar atuendo, de impoluto blanco manchado por la sangre artificial con la que nos recibe. Así comienza un show en el que la pena es que el resto de componentes no acompañen en el aspecto visual. El vocalista recuerda a Marilyn Manson, aunque lleva sus influencias más allá, alternando temas llenos de rabia con otros relajados en los que muestra toda la profundidad de su voz. Comenzaron con “Fire” y “Fake Stars” con fuerza y con todo un abanico de influencias difícil de discernir. Unas veces más metálicos y otras más rockeros a los primeros congregados en el festi les fueron impresionando. El descaro del vocalista llegó hasta el punto de llamar a su novia por el móvil antes de dedicarle “Tonight” desde el escenario. Temas como “Cut My Fingers” fueron jalonando un final en el que el grupo hubiera dado más de sí de haberse visto arropado por un público a esta horas algo escaso y frío. Es una propuesta difícil de olvidar, así que seguro que alguno se quedó con la imagen y el sonido de Rasen para la próxima.

Dabelyu se presentaban en este concierto con cambios en el grupo. Chamo (Rise To Fall) ocupaba la posición en la batería e Ibai hacía lo propio en el bajo, acompañando a los fijos Angel a la voz y Joseba a la única guitarra. Pero las sorpresas no solo se encontraron en la formación que nos presentaron, sino que pudimos apreciar cambios en lo musical, sobre todo en el aspecto vocal. Angel ofreció una mayor alternancia de registros, intentando limpiar sus cuerdas vocales en la melodía y darle su habitual garra en muchos dejes que identifican al grupo. Se lo tendrán que currar para alcanzar la perfección, aunque es algo que puede dar sus frutos a la hora de encontrar una personalidad. Los vizcaínos animaron la tarde noche un tanto más que sus predecesores, provocando palmas en muchos momentos y demostrando que se entregan al máximo. Además, temas como “Malas Pulgas” o “Vuela Lejos” tienen suficiente gancho como para captar la atención y la reacción de la gente. Aprovecharon para presentarnos un par de temas nuevos. Entre ellos estuvo el oscuro “Como Cristal”. “Amen” se la dedicaron a Ronnie James Dio, y el último “El Color De Las Lágrimas” se la quiso dedicar el bajista a un compañero fallecido que no reconocimos, pero que fue influencia y maestro para él.

Estampida hicieron la más especial actuación del festival y a la vez la más emotiva. El 10º aniversario de la actual formación del grupo fue la excusa para llevar a cabo un concierto donde el aspecto visual se conjugó con el musical como nunca antes habíamos visto en el grupo. Los cuatro componentes salieron disfrazados de militares para arremeter sobre nosotros y dejarnos claro lo que piensan de las guerras. Por un mundo libre de guerras continuaron con “Brainwashers” a un trepidante ritmo. Una pena que esta noche el sonido no contara con la fuerza necesaria, lo que apagaba un tanto las guitarras, que ya han demostrado que pueden ser asesinas en manos de estos tipos. “Parasite” fue el siguiente estallido en esta personal batalla emprendida por estos argentinos. Algo de tregua nos dio “Calling To My Angel” para dar paso a la dedicatoria de “La Hermandad Del Metal” a Marta, la madre de Gastón, fallecida hacía un par de meses. Este hecho también tuvo relevancia en la especial emotividad que transmitió hoy la banda. Aquí vimos al batería con un gesto más hiriente si cabe a la hora de golpear con sus baquetas. Tras “Poder” el grupo se va del escenario y aparecen dos monjes con sendas cruces de considerable tamaño que se colocan a ambos lados del escenario. El grupo reaparece con indumentaria episcopal, con un blanco impoluto en el caso de Lucas emulando al Papa. Hoy Estampida no quieren dejar en pie ninguna de las farsas malignas que mueven este mundo, por eso la iglesia es el siguiente objetivo sobre el que hacen blanco con “Maleus Maleficarum” y “Santa Herejía”. “Carnifex” comenzaría la recta final en la que el grupo nos presentó el nuevo tema (entendí por título “Just Come Me Death”), otro bombazo aplastante introducido por Gastón explicando el significado de su cruda letra y su optimista moraleja ante una muerte de la que tarde o temprano nadie escapa, para terminar con “Insane”. Con un sonido más potente los efectos hubieran sido devastadores, pero poco más se le puede pedir a un grupo que da tanto cuando sube al escenario, que derrama sobre nosotros una entrega y una pasión inconmensurables.

Para mí los grupos internacionales de este festival eran más una curiosidad que un atractivo, ya que poco les he seguido la pista. Pero tenía ganas de apagar esa curiosidad con mejores sensaciones que las que me produjo Lacrimas Profundere. Los alemanes comienzan a ser considerados clásicos internacionales de la escena gótica y creo que deberían demostrarlo con una puesta en escena más real. Lo que más se escuchaba eran los samplers de teclado, que llenaban y envolvían la voz de Rob Vitacca, lo único vivo y crudo que pudimos apreciar en su actuación. Porque la base de bajo también iba grabada, aunque la base rítmica, como en toda la noche, careció de pegada. Las guitarras apenas transmitían fuerza, cosa que se mantuvo todo el concierto.

La banda nos hizo un repaso a su discografía de la última década, con especial mención a su “The Grandiose Nowhere” que nos venían a presentar. Sin embargo comenzaron el concierto con el ideal para ello “We Shouldn´t Be Here”. No, si es que en el fondo van a tener hasta su sentido del humor estos chicos con cara triste. Tal vez demasiada, ya que el vocalista se muestra tan apagado que al final apacigua los ánimos en lugar de transmitir esa melancolía no exenta de romanticismo que su música emana. En esta tesitura oscura continuamos con “Without”, llevándonos aún mas atrás en el tiempo hasta que “Be Mine In Tears” nos ofrece algo de lo último de grupo. Puede que hayan modernizado su sonido, pero el sentir oscuro de sus inicios impregna por igual todos sus temas. Solo que el grupo ha olvidado temas más guitarreros como “For Bad Times”, para mí de lo mejor de su actuación, aunque también quiero destacar el efecto del formidable estribillo de “My Velvet Little Darkness” o el autodestructivo “My Mescaline”. También hubo ciertos puntos menos tediosos como “The Letter” o los finales “Amber Girl”, con el juego de cantar chicas por un lado y chicos por otro, o “I Don´t Care”. Tal vez no me metí en la onda de esta gente, pero poca sensación me causaron con su tristeza y ese gris aspecto que termina haciéndose muy serio pasando a excesivamente sobrio, poco comunicativo y poco provocativo para un público que, pienso, debe encontrar mayores estimulantes también para caer en estos terrenos depresivos.

SÁBADO 11 DE DICIEMBRE:

Con el cambio de día llegaron las actuaciones más potentes. Seguro que Estampida podría haberlas igualado, pero el sonido no se lo permitió. Esta vez comprobamos desde que arrancaron Darkness By Oath que el sonido sí iba a contar con la pegada y contundencia necesaria. Les tenía por una banda guipuzcoana, pero lo cierto es que sus componentes se reparten a medias entre Gipuzkoa y Bizkaia. De hecho, me sorprendió ver al bajo a Gorka, también miembro de los vizcaínos Bioterror, que no sabía que jugaba a dos bandas. A destacar el sonido de guitarras realmente compacto en los riffs con punteos y dejes melódicos de calidad dentro de un Death Metal de vieja escuela con guiños contemporáneos que recuerda al sonido sueco más añejo. Su vocalista lucía orgulloso una gastada camiseta de los clásicos Unlesahed, que también pueden tomarse como fuente de inspiración de lo que podíamos disfrutar sobre las tablas. El grupo estuvo brutal. Casi que le vino hasta bien el cabreo de Aritz por unos problemas de sonido con el micro que le trajeron por la calle de la amargura, lo que hizo que se desgañitara aún más en temas como “Drowned In Misery”, “Fallen Angel Of death” o “My Own Mind”, tan solo unas muestras del recital de agresividad que se mantuvo al nivel más alto de principio a fin. Formidable su actuación, de una talla incuestionable ante los oídos de quien aprecie un poco esta vertiente metálica.

Waldheim no quisieron bajar el tono para nada, aunque su música cuente dentro de la agresividad con muchos más detalles y más elaboración. El grupo sacó a relucir toda la fuerza de sus temas y todo el encanto de esas melodías y estribillos puntuales que ofrecen un contraste que les caracteriza entre tanta buena banda. La suya fue la actuación con más público del festival, lo cual denota que tal vez debieron ocupar un puesto más tardío para dejar los ánimos lo más alto posible ante las banda principal de la noche. Tardaron un par de temas en ecualizar completamente su sonido los técnicos, que fueron “The March Of Empty Souls” y “Bridge Of Sand”. Para cuando llegó “Lost In The Rain” aquello ya sonaba cristalino y con “Earth Rebellion”, uno de los dos nuevos temas que nos presentaron, terminó de estallar. La calidad de la banda es asombrosa, sobre todo en esas complejas estructuras, con pasajes instrumentales en los que no te cansas de rebuscar y con ese juego de voces contrapuestas para terminar de crear todos esos matices a este frondoso paisaje en el que las notas que fluyen de la guitarra de Mikel son engalanadas por el teclado de Jessica, sin quedarse a la zaga las galopadas rítmicas técnicas de la tripleta formada por Diego y los recientes fichajes Drake y Jimy, que demostraron ser capaces de llevar esto adelante. Tanto es así que el grupo ya piensa en el futuro, como demuestran esas novedades ya desveladas hace unas semanas en la sala Blue. Recalco las buenas impresiones de estos nuevos temas. El otro en caer fue un impactante “Blood Empire”. Temas que nos muestran a los Waldheim más contundentes, con un punto de vista tal vez más directo pero nada falto de la calidad que ya les conocemos, y con unos estribillos verdaderamente currados donde Noemi coge mucho protagonismo en las melodías redondeando el esqueleto de estas buenas bazas para su siguiente disco. Me alegré de disfrutar en directo de “Walzer Infinito”, que siempre me ha parecido un tema muy especial, dedicado esta noche por la vocalista a su madre, que estaba viendo el concierto. El final con “Fight Against Time” fue la despedida con Fitti terminando su actuación entre un público que fue con ellos con quien más reaccionó. Es uno de nuestros grupos con más proyección y seguro que ahora que vuelven con nueva formación e ideas frescas para continuar retoman la carrera en el punto en que la dejaron con un disco de debut cuyos ecos aún resuenan en las cabezas de los que lo valoraron, merecidamente, como una revelación hace un par de años.

El doom de In Loving Memory apaciguó un tanto los ánimos. Ya digo que en mi opinión podían haber cambiado el orden con los anteriores y el reparto hubiera sido mas equilibrado. No solo por el estilo, también porque la repercusión de estos aún no ha sido tan notoria. En cualquier caso, me pareció un poco injusto el cierto pasotismo del personal con unos temas tan excelentes como los que nos expusieron. Si te gusta esta oscuridad plagada de detalles en esas melodías labradas, con un tempo lento y con una pasión que en cada golpe de batería se estampa en nosotros, este es tu grupo. Ellos estuvieron muy metidos en su papel y se olvidaron un tanto del público, simplemente levantando la cabeza al final de cada canción, sin apenas mediar palabra, pero me resultan espléndidos los pasajes hirientes y sentidos de temas como los de “Intranevulam”, “Anger Within”, “Skilled Nihilism” o “Negation Of Life”. Cualquier tema que interpretaron me vale realmente. Nos subimos a lomos de unas guitarras que sonaron nítidas acompañadas por un teclado que saca brillo a lo que expone In Lovin Memory. Así expandieron su encanto por el recinto tan solo en el aspecto musical, porque tienen que hacer algo con su puesta en escena para resultar más atrayentes en vivo. En estudio pienso que ya nos dejaron una buena muestra en su autoeditado “Tragedy & Moon”. Un buen exponente de lo que es hoy por hoy el doom metal de raíz más pura y melódica.

Lo de Theatres Des Vampires puede dar para mucha polémica. Estoy seguro que sus seguidores les defenderán, ya que es complicado, por no decir imposible, llevar al directo toda esa propuesta tan ampulosa y compleja; pero es que hubo momentos en los que tuve la sensación de estar viendo un play back como una casa. No solo hablo de los coros líricos en los que creo que Sonya Scarlet no hacía más que abrir la boca. Algunas voces también estuvieron grabadas, las guturales del teclista Fabian Varesi seguro, así como algunas otras voces tan en primer plano que no se pueden llevar al directo y venderlo como tal. Aquello resultó muy artificial desde el principio, aunque aprecio la intención del grupo de desplegar un buen show. Tampoco es que sorprenda a nadie hoy en día la sangre artificial, ni tuvimos la sensación de que el grupo fuera a ser impredecible sobre las tablas, pero acompañar de elementos como algo de pirotecnia o las máscaras con las que salieron los músicos a escena siempre te hace llevar la vista al escenario con más interés. La más llamativa era la máscara roja con cuernos de la vocalista, mientras que sus compañeros portaban unas máscaras blancas que no tardaron mucho en quitarse para tirar al público.

Así acometían “Kahin” para comenzar un repaso a los últimos 10 años de carrera discográfica del grupo. En ese sentido muy similar a la andadura de sus compañeros en la cabeza de cartel del día anterior. Dos bandas con suficiente peso adquirido a lo largo de estos años para merecer ofrecerse ante un mayor número de gente. El siguiente en sonar fue “Pleasure And Pain”, donde comprobamos el potente y limpio sonido del que gozaba la banda. Así nos fuimos metiendo en este Teatro De Los Vampiros que tampoco supone una escenificación constante. La más expuesta al publico es Sonya, con un modelo de cuero mezclando el rojo y el negro para enfrentarse con la concurrencia y caldear los ánimos lo más posible.

Entre temas como “Unspoken Words”, “Angel Of Lust” o “Forget Me” continuó la descarga, bastante fría entre tanta secuencia grabada, aunque la banda se esforzó por pedir palmas y meternos en el concierto una y otra vez. Diría que no lo consiguieron en ningún momento, si bien hubo respuesta puntual. La instrumental “Profundo Rosso” sirvió para que la dama del grupo se cambiara de ropa y esta vez saliera ataviada con un corto vestido negro. Con él nos presentó dos temas de la que será próxima obra de los italianos en 2011, de título “Moonlight Waltz”. Estos fueron “Camilla” y “Medousa”, antes de meternos un baño de sangre con “Blood Adictive”. La vampiresa había mordido algún cuello y en medio del tema su boca dejó escapar el líquido rojo. Tras “Wherever You Are” la banda se marchó para no tardar en volver. No se respiraba un aire de convicción en el personal, pero llegados hasta aquí queríamos ver como acababa esto. Lo hizo con el más ampuloso tema de la noche y el más antiguo del repertorio, “Bloodivine” con la vocalista de nuevo cambiando el atuendo, esta vez vestida de novia al estilo medieval, tomando una copa y manchando su vestido de sangre mientras que seguía con los labios esos coros.

Nos dejaron un poco indiferentes las actuaciones internacionales de esta primera edición del Temple Of Metal, mientras que las bandas locales fueron las que rayaron a más altura. Aplaudimos la iniciativa de la asociación del mismo nombre que organizó el evento, deseamos que haya fuerzas para continuar lo iniciado y mostramos todo el apoyo a este tipo de valientes propuestas.

Texto: ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)

Fotos: MARI JOSE MARTIN (mari@lamiradanera.es)