CRÓNICA: MICHAEL SCHENKER´S TEMPLE OF ROCK + GOLDEN GRAHAMS

MICHAEL SCHENKER´S TEMPLE OF ROCK + GOLDEN GRAHAMS

10 – 11 – 15

Vitoria-Gasteiz (Jimmy Jazz)

Extensa es la gira que ha traído a nuestros escenarios nuevamente a Michael Schenker. En esta ocasión repetía con el proyecto que lleva entre manos en los últimos años. Temple Of Rock es mucho más que el actual grupo de Michael Schenker. En la formación encontramos ni más ni menos que a otros dos ex de Scorpions y a uno de los vocalistas más impresionantes que uno se pueda llevar hoy a los oídos. Atrayente como para que pese a caer en martes y que había en la gira otras fechas en lugares bastante cercanos entre sí, la sala Jimmy Jazz registrara una gran entrada de un público mayormente veterano que en no pocos casos se hizo acompañar por sus hijos, algo que demuestra la enorme trayectoria de las leyendas hoy presentes en la Jimmy Jazz, capaces de calar muy hondo en múltiples generaciones hoy aquí reunidas y con promesa de continuidad tras un concierto de los que hacen afición.

Savia nueva también aportaban sobre el escenario Golden Grahams, unos desconocidos para mí llegados desde Barcelona, aunque por estilo y porque apenas sí mediaron una palabra en castellano, bien podrían ser británicos. De hecho, su estilo va por la raíz más clásica del hard rock anglosajón.

Tienen un trabajo editado de título “Deer Avenue”, el cual presentaron esta noche como trío, aunque he visto que anteriormente contaban con un vocalista. Esta noche fue el bajista quien se hizo cargo de la voz, defendiendo de esta manera muy dignamente una propuesta añeja que parece beber de todo lo bueno emergido en los 70 e incluso 60. Su guitarrista parece homenajear en parte a figuras como Jimmy Hendrix o Jimmy Page, dejándose llevar por la electricidad que su propia guitarra emana en sus manos. Visualmente son de los que llaman la atención. Podría parecer que hemos hecho un viaje en el tiempo a décadas pasadas por su sonido y su forma de vivir la música.

No querían a nadie parado en la sala, con lo que intentaron inyectar un poco de energía, dejando algunas imágenes que ya pueden resultar clichés dentro de los grupos de rock tradicional, como es ver al guitarrista interpretando uno de sus temas sobre la barra. Sin embargo, este tipo de detalles siguen surtiendo efecto y al menos el publico reconoció que en no demasiado tiempo la banda sudó por hacernos pasar un buen rato junto a ellos, despidiéndose con su bajista dando la vuelta a su instrumento donde se podía leer thank you. Nada nuevo, precisamente lo que ellos quieren, sonar como los más clásicos.

Por si fuera poca la cantidad de buenas canciones que con sus bandas ha parido el señor Michael Schenker, la unión con dos ex compañeros de Scorpions que aún continuaron con los alemanes cuando el guitarrista abandonó la banda le da al espectáculo de Temple Of Rock la posibilidad de rescatar temas del “Blackout” y el “Love At First Sting” donde participaron tanto Francis Buchholz en el bajo, como Herman Rarebell en la batería. Con esas dos leyendas al lado de la gran estrella, con un no por menos conocido, menos genial, Wayne Findley en teclado y segunda guitarra y con Doogie White a la voz, uno de los mejores vocalistas que hoy pisan este planeta, la cosa solo podía salir entre sobresaliente y deslumbrante. La segunda opción sería la que nos tocaría en este primer concierto de la gira estatal de Michael Schenker´s Temple Of Rock.

Pocos músicos tienen a sus espaldas el peso de la leyenda de Michael Schenker. Si Scorpions y UFO tienen mucho peso en su trayectoria, no le va a la zaga su carrera personal con MSG, a la que ya hay que sumar Temple Of Rock, con tres discos a sus espaldas cuyos temas presentes en el repertorio de esta noche pueden mirar cara a cara a los clásicos, lo cual ya dice mucho de la calidad que por ejemplo tiene su nueva obra “Spirit On A Mission”. Y es que es en estos temas donde a Doogie White se le reconoce más su registro y donde él se expresa de una manera más natural, claro que tampoco tiene problema alguno para bordar el resto de canciones propuestas para la ocasión, aunque tenga que levantar más la voz, saliéndose de su tesitura habitual. No tiene problema alguno para lanzar un agudo cuando lo desea.

El grupo alternó perfectamente esas grandes canciones, que no son solo de UFO, Scorpions o MSG, sino de la historia de nuestra música; con unos nuevos temas que en otro contexto bien podrían alcanzar ese galardón. Solo les falta el cariz mítico del paso del tiempo y la repercusión necesaria, puesto que en calidad están a la altura. Ahí quedó un “Live And Let Live” para demostrarlo, escoltado por el arranque ni más ni menos que con “Doctor Doctor” y posteriormente el “Lights Out” de UFO. Que se permitieran estos lujos de arranque nos hacía frotarnos las manos de cara a los que nos venía.

La sonrisa era enorme en el rostro de los músicos, y sobre todo en el de un luminoso Michael Schenker portando en ese inicio una cámara en su frente que captaría las escenas de emoción de su público nuevo y de siempre. El guitarrista se ve muy recuperado, muy activo y con una movilidad que hace años no tenía. No quedaría nadie de las primeras filas con quien no chocara la mano, moviéndose con desparpajo por todo el escenario.

Algunos le mostraban los vinilos de alguna de sus antiguas bandas, mientras que “Natural Thing” nos devolvía a los tiempos de UFO, sin dejar nunca muy lejos la actualidad con “Before The Devil Knows You´re Dead” dedicada a Ronnie James Dio por un Doogie White alzando los cuernos. El vocalista no solo cantó con una elegancia propia de un grande de la voz, sino que supo conectar con un público al cual no dejaba de buscar. Es lo positivo que tiene los conciertos en sala, una cercanía que no vamos a encontrar en grandes recintos. Ver a colosos de esta envergadura tan de cerca es algo muy de valorar. Pero no solo es una sensación desde abajo del escenario, arriba también los músicos se veían a gusto con el público a un palmo de sus narices.

Muy potente resultó “Victim Of Illusion”, que nos transportaba a los primeros tiempos de Michael Schenker Group, arrancando posteriormente un pequeño extracto dedicado al “Lovedrive” de Scorpions, donde Michael Schenker, Francis Buchholz y Herman Rarebel pusieron conjuntamente su firma. De hecho, fue un momento muy significativo de la descarga, comenzando el homónimo tema del disco con solo de guitarra de Schenker y dando un poco de descanso después a Doogie White con el instrumental “Coast To Coast”.

Su regreso al escenario sería para el lucimiento personal con dos temas nuevos donde el vocalista saca toda su personalidad y talento, como ocurre en “Vigilante Man” y “Savior Machine” donde vimos a Schenker con la guitarra de doble mástil. La salida tras dos temas nuevos encadenados sería con el atronador clásico “Too Hot To Handle”, con el vocalista buscando respuesta en un estribillo que nadie de dejó de cantar.

“Lord Of The Lost And Lonely” reivindicó nuevamente el legado propio antes de dejarnos dos temas a los que lo de míticos se les queda corto. Algo más que himnos. “Rock You Like A Hurricane” fue especial tanto para Francis Buchholz, como para Herman Rarebell. Tanto es así que este último en concreto se atrevió a coger el micro para cantar el conocido estribillo. También hay que destacar que en este tema Michael Schenker cedió el protagonismo en la guitarra solista a Wayne Findley. Recuperó su papel estelar, y de qué manera, en un “Rock Bottom” con un excelente solo de guitarra. Con ese tacto tan particular que Michael Schenker siempre ha tenido y que ni en los peores tiempos ha perdido. Por sus marcadas venas y largos brazos fluye la sangre a la perfección, haciendo que sus dedos se muevan con fluidez, pero siempre haciendo de su música algo comprensible para todo apasionado del hard rock. Esa es una de las claves de su éxito y vigencia. Parece que no lo busca, sigue siendo único e irrepetible.

Prometieron una más, pero finalmente fueron tres. Todo un clásico de MSG como “Attack Of The Mad Axeman”, junto al cual cayó “Communion” manteniendo la apuesta por sus nuevos temas hasta el final, aunque sabiendo siempre que un clásico pesa mucho, como ocurre con uno de los grandes temas de Scorpions, aunque se registrara sin Michael Schenker. Por eso en “Blackout” recayó el solo de guitarra nuevamente en Wayne Findley, puede que un poco desapercibido pese a su brillantez dada la avidez con que se cantó ese estribillo por parte de una sala en absoluta ebullición. Era el momento de recrearse en lo logrado previamente, pero no se perdió ni un ápice de calidad en ningún momento por parte de una banda simplemente espléndida de principio a fin de la actuación.

Alegra mucho ver a un Michel Sckenker en muy buen estado de forma, cuando años atrás solo nos quedaba desear que el don de sus mágicos dedos permaneciera intacto. Eso nunca le ha fallado al rubio guitarrista alemán, pero más que eso ahora mismo con Temple Of Rock es capaz de dar un verdadero espectáculo en directo, de llevarse las miradas del respetable no solo al movimiento de las cuerdas de su guitara, sino a su expresividad sobre las tablas. Si aparte de eso cuenta con el fenomenal grupo que actualmente le acompaña podemos tener actuaciones tan magistrales como la de esta noche. De las que rejuvenecen a los viejos rockeros y hacen afición entre los más jóvenes.

Texto: Antonio Refoyo (antonio@lamiradanegra.es)

Fotos: Mari Jose Martin (mari@lamiradanegra.es)