CRÍTICA: WE ALL FALL – MIASMATIC
WE ALL FALL
(Miasmatic)
8´5/10
Fue en 2011 cuando reseñamos el debut de We All Fall con un disco de título “Paradise Paradox” que todavía resuena en mis oídos. Ahora vuelven a hacer retumbar el suelo bajo nuestros píes con este segundo “Miasmatic”, una obra en la que lo que ya sonaba gordo se hace, si cabe aún más grande. Sonido impecable y grandes composiciones en un estilo que se consolida y se afianza es lo que nos muestran los de Aranjuez.
Si en su anterior obra se notaba mucha influencia de los 90, con grupos como Pantera o Machine Head como referencia, en este caso el grupo se ha vuelto más progresivo, acercándose a Mastodon de una manera muy notable. Cierto que el espacio a nivel internacional parece estar muy bien cubierto por ellos, pero hay que tener pelotas para currarse estas impecables composiciones y facturarlas de esta guisa tan impoluta. Además, We All Fall también sabe poner su granito de arena a la escena, con destellos originales.
La obra se abre con la aspereza de “No Name”, tema crudo que juega con tesituras limpias como una segunda opción. Las guitarras son afiladas y de por sí este tema ya es suficiente como para que la cabeza se haya separado de tus hombros. A partir de ahí solo hace falta que eche a rodar de un lado otro, convertida en juguete de temas como “Urge”.
La banda alcanza las tesituras del metal más contemporáneo en “Lies You Sell”, donde los registros limpios se hacen con el protagonismo principal. Algo que ocurre nuevamente en “The Shepherd”, donde su forma de jugar con las melodías hacen que eso de thrash metal se quede ahora mismo totalmente atrás para ellos. Su horizonte se ha abierto infinitamente.
Tanto es así que se atreven a conjugar su personal contundencia con la voz lírica femenina de “Mother Night”, un tema oscuro, intenso y sorprendente. Una pieza de resultado totalmente original, sin tirar de esos cambios de ritmo mortales de necesidad, de los que la obra viene cargada, como siguen demostrando “Riding The Snake” o “Descent”. Capítulo aparte merece “Inflexequence”, corte sin letra pero con la voz lírica de nuevo haciendo maravillas en un entorno muy técnico y progresivo. Como músicos se han doctorado en esta obra todos los componentes de la banda.
“Into The Grey” es un tema que pese a su extensa duración no me ha acabado de convencer, lo veo muy machacón en comparación al resto del disco, mucho más dinámico. Un tema algo más inspirado hubiera sido la guinda, porque el cierre es el homónimo corte, totalmente especial, consiguiendo una agónica y asfixiante intensidad como sensación final a una obra que da motivos más que sobrados para enloquecer y dejarse el cuello ante el reto de seguir un triturador cúmulo de explosivas y cambiantes trayectorias. Agárrate.
ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)
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