CRÍTICA: ANTIGUA – YA ES TARDE PARA DEJARLO

 

antigua_yaestardeparadejarloANTIGUA

(Ya Es Tarde Para Dejarlo)

9´5/10

 


 

Creo que fue allá por el año 2009, no lo recuerdo muy bien. Un sábado de aquel año nos disponíamos a acudir a la fiesta de La Mirada Negra que anualmente se celebra, esta vez fue en Barakaldo. Tres grupos, dos de Bizkaia y uno de fuera, de Madrid. Airless con su Hard Rock melódico, potente y con Robert Rodrigo como su principal atractivo. Celsius, también de aquí y desgranando temas del que por aquel entonces era su último trabajo «Viento a favor». A los dos los conocía y la apuesta era segura excepto por la banda que me quedaba por conocer.

Creo recordar que salieron en tercer lugar. Me dijeron que ojito con esta banda, que estaba capitaneada por un señor muy respetado en la escena rockera madrileña y que durante su dilatada carrera había formado parte de multitud de proyectos así como de grupos míticos del Rock estatal. El señor Juan Olmos es de quien os hablo y de su banda Antigua, que aquella noche venían a visitarnos presentando su primer trabajo «Trece razones para seguir».

Menuda sorpresa nos llevamos, un grupo de puro Rock con arrojo, decisión y casta… mucha casta! Durante su actuación sucumbimos a las continuas sacudidas de positivismo generadas por brillantes composiciones cargadas de actitud y por supuesto por el enorme carisma de su frontman, que esa noche se dejo la piel y su camiseta pegada a esta de la cantidad de sudor que brotaba de él por toda su entrega.

En líneas muy generales esta podría ser la definición de Juan Olmos y sus huestes en directo, que es sin duda como debe conocerse a un grupo.

Ahora y tras otro trabajo de estudio llamado «Sangre, sudor y…buen rollo» que se editó en 2012, vuelven a la carga con este flamante doble disco de estudio. Me harían falta varias reseñas para describir la enorme capacidad de Juan detrás de los controles y como productor tanto para sus muchísimos proyectos y colaboraciones como para trabajos ajenos a él. Otras tantas líneas necesitaría para describir su talento casi siempre rodeado de lo mejorcito del panorama y transformado en, por ejemplo, bellos videoclips con temazos de altura.

No quiero extenderme y sí centrarme en este nuevo trabajo «Ya es tarde para dejarlo». Tampoco y a pesar del cariño y amistad que me une a Juan quiero alejarme de la objetividad.

Austeridad es lo primero que me encuentro en su nuevo trabajo. Hablo del diseño, una portada blanca donde tan solo se refleja el logo de la banda y su título. Dentro nos encontramos con un libreto tan solo de un pliegue donde no se reflejan los textos de los temas. No se si sería la idea de la banda o responde a la mierda de la falta de dinero, esa que hace que los músicos no puedan sacar todo el potencial creativo que guardan. Si que nos encontramos con unos extensos créditos donde nos hacen ver la enorme cantidad de colaboraciones que una vez más guarda este trabajo. La generación del que subscribe así como esas generaciones que primero nacieron con el vinilo y crecieron con el CD, podrían echar de menos algún arte más atractivo, alguna foto o las letras impresas.

En mi caso y después de escuchar lo que hay dentro, puedo decir y rotundamente que para nada. En el caso de las letras diré que la riqueza y la forma tan directa que tiene Olmos de tocar los diferentes temas que guardan sus canciones lo hace todo absolutamente comprensible por lo que leerlas en papel no tiene la menor importancia. Lo mismo pasa con el arte grafico en sí, se que querían esa idea luminosa de un blanco predominante, yo tal vez hubiera preferido algún que otro detalles más. Este dato así como el de la ausencia de fotos se queda absolutamente carente de importancia cuando descubres lo que de verdad importa, su música.

Este disco se compone de dos redondos, su primer disco lo forman temas completamente nuevos más una grandísima versión de Miguel Rios del «Reina de la noche», un tema que a mí personalmente siempre me ha encantado y que adaptan maravillosamente. El segundo disco lo componen todos los temas de su primer disco editado en 2009, remasterizados eso sí. Una muy buena forma de rescatarlos, seguramente por la falta de discos físicos de aquella tirada y porque seguramente hay temas que merecen tener siempre el mejor de los tratamientos y la mejor de las técnicas sonoras, que nunca dejan de avanzar.

Abre el disco «Les da igual», un potente tema de puro Rock donde nos descubre la producción que nos acompañara a lo largo del disco. Una producción muy agradable, sincera, sin trampa ni cartón y es que el Rock hecho con el alma no necesita de nada más. Por otra parte se nota mucho esfuerzo a la hora de tratar de empastar y de que cada instrumento suene en el momento en el que tiene que sonar.

«Esmeralda» nos descubren a los Antigua del buen rollo, del directo y de arrancarte esa sonrisa tonta fruto de que estas más a gusto de lo que pensabas. Así son ellos realmente y lo mejor de todo es que nada es forzado cuando desnudando su alma y su arte por medio de sus composiciones, te muestran su personalidad y desparpajo. Esa seguridad que derrochan, ese compadreo entre ellos mismos y que transmiten también al público, la sonrisilla picara de Juan demostrando que quiere ser tu amigo aun habiéndote acabado de conocer, esa actitud pasota y a la vez de dominio…TABLAZAS. Eso en directo, pero es que en estudio transmiten exactamente lo mismo y eso me parece dificilísimo, Antigua lo consigue.

Juan, quien compone los temas, es todo en si mismo versatilidad y variedad. Te lo dice, por ejemplo, su registro vocal, el cual ha experimentado una notable mejoría. Sus constantes giros y cambios de registro dotan de una magnífica teatralidad a sus composiciones. Variedad que se nota en sus propios temas, donde aparte de escuchar rockeros temas agiles, nos encontramos con temas delicados, comprometidos, melódicos y muy ricos.

«Soy la esclavitud» es uno de esos temas, aun no podría decir cuál sería mi corte favorito pero este me llega y mucho. Un tema serio como es el de los inmigrantes que diariamente se juegan la vida por buscar un futuro es la temática de este pedazo de tema alucinante que te hace reflexionar y a la vez disfrutar de ese tempo tan bello, tan étnico y que gracias a esos timbales y esos coros te envuelven sobrecogiéndote.

En el disco nos encontramos de vez en cuando pequeños fragmentos de canciones o intros como «Me hiciste un hombre», «Déjame», «No puedo verte mal» o la curiosa «La carretera es mi familia» donde una vez más el genial y camaleónico Juan Olmos nos sorprende con su enorme casta, ¡la de la buena!

Baladón a la vista, «Me hizo tanto mal». Uno de esos temas con una gran carga emocional tanto en su letra como en armonías y arreglos. Aquí Olmos derrocha todo su enorme potencial a la voz elaborando melodías que encajan a la perfección y que hacen que se te claven instantáneamente.

De nuevo el sello Antigua se deja ver con «Vamos que nos vamos», uno de esos temas pegajosos a más no poder pero en el buen sentido, en el mejor de los sentidos. Este tema es de esos que te enganchan, de esos de los que te cogen el brazo y te llevan a la alegría, a disfrutar de la vida, a sonreír. Aquí te dicen claramente que no te vuelvas loco, que todo es más fácil de lo que parece en la vida y que si en algún momento tienes dificultades, resuélvelo con un abrazo. Un magnifico tema.

El siguiente tema habla de la injusticia e indefensión que sufren hombres y mujeres diariamente a manos de sus despreciables parejas, «Ahí tienes la pared». Me encanta este tema, la rabia que transmite con un Olmos dejándose la garganta y con un estribillo esperanzador y descarado donde muestran la pared donde tienen que golpear los desgraciados/as que se atreven a hacerlo a quien se supone que quieren. Ese aire country y marchoso que tiene te envuelve y hace que no pares de alucinar.

«Luz» tiene una colaboración de altura, la de Victoria Manso. Volvemos a alucinar con un tema lento y épico. Dos voces que se juntan, la de Juan que aquí se vuelve más comedida desenvolviéndose perfectamente en tonos más graves y la de Victoria Manso una mujer que imprime al tema su voz operística. Me ha recordado mucho a esos grandes temas que compuso para su banda Axl Rose en los noventa, esos temas de los de pura composición, estilo «November Rain».

Después de ese remanso con tanta magia, van y siguen dándote duro en el corazón con «Casualidad». Otro derroche más en la voz de Juan: acústicas fundidas con guitarrazos eléctricos al aire, efectivos coros y un brillante estribillo hacen de este tema una joya.

Llegamos al final del doble disco con «Por no olvidar», todo un alegato a la unidad de todos por crear un mundo mejor, ese que nuestros padres y los padres de ellos se mataron por mejorar. Un tema con un aire sureño y autentico. Aquí uno de los tantos colaboradores a la guitarra (quizá pueda ser Javier Mira) se marca un solo de guitarra de aúpa muy en la onda de Slash, ¡vibrante!

Su corte número 14 es probablemente mi favorito y es que «Fiesta» es sin duda el titulo que hubiera podido tener este trabajo de no haberse llamado así. Lo único que podría decir negativo de esta canción es la elección de la misma en un puesto tan avanzado numéricamente. Lo digo porque me parece un tema tan bueno que creo que debiera ocupar los primeros puestos, esos donde los músicos sacan la artillería más directa llamando la atención de los futuros fans. No es solo el mensaje que transmite esta canción, que puede que sea un 50%, es que la progresión de acordes en el estribillo o, por ejemplo, ese teclado de fondo mientras corta la guitarra y bajo en las estrofas, la convierten en un pedazo de tema que emociona y mucho. Una mezcla de sentimiento positivo que te embriaga y que despide este discazo de manera triunfal. Una moraleja musical que no hace más que decirte que la búsqueda de la felicidad de todos nosotros pasa por nosotros mismos. Las ganas de querernos, de reír, de disfrutar y de vivir son las cosas que Antigua te cuenta en este disco, todo ello con una categoría compositiva y técnica superior.

Después de este soplo de aire fresco reflexionas y al menos en mi caso te das cuenta de dos cosas: una, odio el dinero y todo lo que hace para frenar nuestras ilusiones; y dos, amo la música y cómo nacida de nuestros corazones nos hace felices sin nada a cambio. Sobresaliente Juan olmos, sobresaliente Antigua.

GUILLERMO FERNÁNDEZ

INFORMACIÓN ADICIONAL:

Sello: Zinkin´Prim