BILBAO BBK LIVE

(Bilbao – Kobetamendi)

08, 09 y 10 de julio

PEARL JAM

Más adelante vendrá el momento de reconocerle los méritos a un festival que se mantiene como una cita de referencia a nivel internacional, pero antes de nada, y como hay que comenzar por el principio, no me queda otra que mostrar mi frustración por no poder llegar a ver a los que abrían el cartel. La actuación de Rise To Fall comenzaba a las 17:30 y las puertas se abrieron apenas cinco minutos antes. Con ello, llegando con tiempo de sobra para presenciar a los vizcainos, nos tocó esperar una desordenada cola, más bien un apelotonamiento humano ante las puertas del recinto, de una hora. Evidentemente esto restó presencia de público a la primera banda del cartel e impidió a todo el que quisiera poder verles. Este mismo error ocurrió en la primera jornada del Kobetasonik del pasado año, perjudicando al grupo que abre y al público que llegando a tiempo se ve obligado a esperar por un desajuste en la hora fijada para abrir puertas. A tomar nota que ya van dos.

Una vez dentro vimos cambios en los escenarios. Llamaba la atención el segundo que era realmente bajo en comparación a otros años. En cualquier caso, cumplió su función, aunque de haber contado con alguna banda que acarree un gran espectáculo tal vez se hubiera quedado pequeño. Por el contrario, el principal resultó ser más grande de lo habitual, resultando impresionante. También nos fijamos en que la hierba no se ha recuperado de un año para otro, puesto que el monte contaba con bastantes calvas. Me llamó la atención que no hubiera ni un solo contenedor de basura en el recinto, que otros años habían tenido bastante uso y que de algo libró al suelo de Kobetamendi. Simples detalles que tampoco resultan transcendentes en el transcurso de las actuaciones. Algo más molesta resultó la aglomeración de público de la segunda jornada, lo que obligaba a guardar colas eternas para adquirir un bocadillo a la hora de la cena y también a las chicas para hacer lo suyo en los servicios. En este caso, creo que la cantidad de personas que se dieron cita pudo superar las expectativas después de un año anterior más flojo y con la crisis que nos sigue amenazando. Para nada se notó en un festival rotundamente exitoso en términos generales: organización, público y actuaciones.

 JUEVES

 VOLBEAT: Metálicos rockeros

El jueves 8 de julio era el día del metal y para nosotros el más interesante. En seguida se pudo apreciar que la gran presencia de público iba a ser noticia, contando Volbeat con una considerable aceptación cuando todavía quedaba mucha tarde y noche por delante. Su propuesta de mezclar el rock más clásico con la contundencia thrash llamó la atención tanto como la presencia imponente de la banda con su tatuado líder al frente desempeñando una labor, tanto a las voces como a los riffs de guitarra, realmente remarcable. Temas como “Guitar Gangsters & Cadillac Blood”, título de su último trabajo, muestran que estos daneses, si bien pueden estar lejos de romper esquemas por completo, pueden captar la curiosidad de un público en busca de una fusión que amolda a un solo estilo todo lo bueno que el rock y el metal nos ha ofrecido a lo largo de varias décadas. También dejaron claro con “Sad Man´s Tongue” que la raíz más clásica tiene mucho peso en su música, dedicado para Johnny Cash y Ronnie James Dio. Qué menos que apareciera en boca de alguien el nombre de este gigante recientemente desaparecido en un día donde el metal prevalecía.

VOLBEAT
VOLBEAT

BULLET FOR MY VALENTINE: Asentamiento en escenario grande

Si los ánimos no se habían caldeado ya con le buen tino con el que los anteriores nos habían recibido, Bullet For My Valentine se encargarían de introducirnos de lleno en este maratón musical. Qué mejor que una banda con pegada, con juventud y con ganas de conquista para encarar una actuación al aire libre ante un buen puñado de miles de personas. Son uno de los abanderados de las nuevas generaciones de metalheads que, según pudimos apreciar, corean muchas de sus canciones. Vamos, que a pesar de su carrera aún algo corta, ya no son unos desconocidos. Incluso podemos decir que los temas de su primera obra han dejado bastante poso, ya que cuando encararon “Tear´s Don´t Fall” fue cuando se formó el mayor revuelo entre la concurrencia. Antes nos habían presentado ese nuevo “Fever” con el tema homónimo y con “You Betrayal”, sin dejar de lado aportaciones de ninguno de sus tres discos editados hasta la fecha. Sorpresivo que el bajón de intensidad de “The Last Fight” no calmara las ansias del público que enseguida retomó el rumbo con temas como “Say Goodnight” o “Begging For Mercy”. El circle pit solicitado por la propia banda fue un hecho que se produjo a ambos flancos de la valla divisoria del recinto y demostró que Bullet For My Valentine están teniendo una aceptación que invita a pensar en un rápido asentamiento en la escena metálica internacional. De hecho, su aparición en festivales como el que nos ocupan ya son un excelente aval.

BULLET FOR MY VALENTINE

SKUNK ANANSIE: Indomables

El Bilbao BBK Live de este año contaba con la acertada invitación por parte de los organizadores de varias bandas de reciente retorno a la escena tras años de parón. Uno de ellos lo marcaba Skunk Anansie que acaparaba mucha expectación. La frontwoman Skin siempre supone la garantía de una pantera que se comerá las tablas. Incluso si alguno entre el público se despista puede ser devorado por las fauces de esta chica salvaje en libertad sobre un escenario. Como estrella de su banda, salió un poco después que sus compañeros, encapuchada y tardando unos segundos en mostrar su rostro. Cuando lo hizo fue para mostrarnos unos ojos que no conocen el miedo y que dominan el terreno que pisan.

SKUNK ANANSIE

Provocó al personal rápidamente con algún pequeño juego erótico con su guitarrista. Incluso algún cámara que filmaba el concierto pudo sentir en su piel el tacto de esta fiera. A todo esto, el grupo despachó un repertorio en el que no faltaron de primeras “Selling Jesus” o “Charlie Bog Potato”. La banda contentó a todos ofreciendo un completo repertorio que desgranó lo que es Skunk Anansie. Dejando referencias al futuro con ese trabajo que Skin nos anunció para septiembre y ofreciéndonos ese reciente single de título “Because Of You”, que para mí fue de lo más destacado. Un tema complejo de cantar, pero donde esta chica, que tal vez no responda a la mayor ortodoxia como vocalista, demostró unas facultades propias sobresalientes.

SKUNK ANANSIE

Siguiendo con el recital, fue espectacular verla subida, erguida, sobre las cabezas de la gente que la sujetaron y alzaron en una de las ocasiones en que la cantante se acercó a las vallas. Y fueron unas cuantas. Incluso terminó lanzándose de espaldas sobre la concurrencia mientras que nos ofrecían uno de los conciertos más memorables, a la postre, de todo el festival. Con temas como “I Can Dream”, “Tear The Place Up” o “Little Baby Swastikkka”. La calidad del grupo, su originalidad y el recuerdo que ha dejado en mucha gente puede que les hicieran merecedores de una actuación más tardía, ya que el juego de luces tan espectacular que llevaron deslució un tanto con luz natural, aunque el día permanecía nublado.

SLAYER: Pasivos

Dejamos la propuesta ligera de hardcore rápido de Rise Against para cenar algo, mientras que desde la distancia observamos el movimiento constante provocado entre la concurrencia merced a una banda incapaz de parar sobre las tablas con un ritmo de actuación trepidante. Algo de eso podían haber apuntado Slayer en sus quehaceres del día de hoy, porque a los canadienses les sobran buenas piezas históricas para el thrash metal, pero de un tiempo a esta parte sus conciertos no transmiten todo lo que debieran con una banda demasiado inexpresiva. Salvo a Kerry King que se convierte en el alma del grupo, con un Tom Araya con los pies clavados al suelo y sin una sola mueca en su cara. Y eso no quita para que en el terreno netamente musical considere que era la banda más importante de la jornada. Quedó demostrado con temas que tampoco tienen por qué ser los que más espera la concurrencia. Se me vienen a la cabeza “South Of Heaven” o “War Ensamble”. Podría ser apoteósico ver a Slayer en vivo contando con una mayor potencia de sonido de la que mostró el escenario 2 y con una mayor expresividad en sus componentes. Por lo menos Tom Araya no nos mató a miradas asesinas como hace un par de años en el Kobetasonik y la actuación tuvo, dentro de lo que cabe, continuidad. Con este planteamiento hacen que todo el mundo espere como agua de mayo los clásicos “Raining Blood” y “Angel Of Death”, donde el propio grupo parece despertar, pero a una banda que sigue sacando nuevos discos hay que exigirle más que un par de puñetazos cuando nadie duda del potencial de Slayer para darnos una paliza de la cual tardaríamos en reponernos. Deberían de plantear otra actitud para conseguirlo.

SLAYER
SLAYER

 RAMMSTEIN: Tiembla la tierra y arde el cielo

Muchísima gente ya había cogido lugar para ver el espectáculo de Rammstein, ya que la estupenda entrada en el recinto hacía que hubiera que pelear un sitio privilegiado. Los alemanes sorprendieron de inicio cambiando el arranque que vimos en el BEC unos meses atrás. No salieron a escena rompiendo un muro, sino que cuando el inmenso telón que cubría el enorme escenario principal cayó, lo que vimos ante nosotros fue una bandera alemana del mismo tamaño que aún nos impedía ver a la banda. Supongo que esto tiene su coña con el mundial de fútbol y con que tal vez esperaran que Alemania hubiera derrotado a España la noche anterior.

Así arrancaba el show con “Rammiled” desprendiendo una inusitada fuerza atronadora mientras que Till Lindemann al abrir la boca mostraba esa luz que emergía de su garganta. Las cruces del fondo del escenario se iluminaron con “B*******” y la banda seguía ofreciendo algún nuevo número, como cuando en “Waidmans Heil”, el actor principal en buena parte del concierto, Lindemann, cogió su rifle. En ese instante un fenómeno completamente natural hizo su aportación en “Keine Lust”. Una tormenta descargó grandes gotas de agua durante los apenas cinco minutos que duró la canción y fue precisamente cuando más arreció el público, haciendo de este un memorable momento. No por ello se le iba a mojar la pólvora a esta maquinaria alemana, como pudimos comprobar en las explosiones de “Wiener Blut”.

RAMMSTEIN

Como dije en el concierto del BEC, “Frühling In Paris” parte la actuación en un momento muy álgido. Bien es cierto que sobre esas cabezas recién mojadas adquirió un toque más romántico. Pero lo que de verdad ha hecho grande a Rammstein es la fuerza con la que nos llega esta música cantada en el aplastante idioma alemán, con lo que nos quedamos con lo que vino después con “Ich Tu Dir Weh” en el que el enorme vocalista mete en un recipiente con forma de bañera al teclista Flake, su contrapunto físico, bajado desde el teclado, se alza varios metros sobre él y lo abrasa como en una caldera. Sin embargo, el milagro se obra cuando el teclista asoma una mano y reaparece finalmente entero con otro traje más llamativo. A partir de aquí se incorpora a su lugar donde empieza a caminar sobre una cinta.

Todo muy similar a lo que contamos en la crónica de este invierno en Barakaldo. No en vano, la banda sigue dentro de esta misma gira, pero tampoco nos cansamos de ver un espectáculo tan trabajado, difícilmente superable por nadie a día de hoy. Uno de esos puntos esperados que seguro que a quien no lo había visto ya se lo habían contado es cuando en “Benzin” el especialista, que simula ser un espontáneo, arde en llamas por el escenario. Sin embargo, a pesar de tanta parafernalia a esta banda le basta con su sonido aplastante y con un frontman que a cada paso que da sobre las tablas parece un gigante capaz de hacer temblar la tierra. Ni siquiera son una banda que necesite demasiada movilidad, de hecho hasta “Links 2-3-4”, creo que no vimos al bajista salir de su posición elevada junto a la batería, pero con pocos devaneos y mucho espectáculo el grupo se muestra como un coloso del metal del siglo XXI.

RAMMSTEIN

Poco antes de entrar en este periodo de tiempo la banda se anticipaba y nos dejaba un clásico al cual pocos podíamos augurar tan larga vida cuando hace un puñado de años lo descubrimos. Pero tanto es así, que “Du Hast” es el punto central del concierto, con el mayor despliegue de fuego, llegando a haber explosiones en las torretas de sonido. Seguro que el público se dejó oír cantar en todo Bilbao. Después del más significativo tema del grupo, otro que puede llegar a serlo. Y es que “Pussy” es un tema que ya ha entrado en todos con la polémica en torno a su video clip. Aquí tenemos el numerito de la polla que lanza espuma sobre las primeras filas, sobre la que se sube Till Lindemann. No se si la gente se dio cuenta de que el cantante cambió en un momento los términos al castellano.

Tras este festivo final a un concierto de los que dejan impresionado, la banda regresaría con más fuego en “Sonne”. Esas llamaradas hacían llegar el calor hasta a los que se encontraran en la otra punta del recinto. “Haifisch” nos mostró navegando sobre la concurrencia a Flake, en su barca habitual, mientras que de la misma sacó la Ikurrina que fue agradecida por la parroquia. Y uno de los cambios con respecto al concierto de hace meses llegó con “Ich Will”, más idóneo que el escogido en aquella ocasión para acabar y haciendo, además, arder más pólvora con fuegos artificiales que subieron por encima del escenario.

No deja de impresionar esta portentosa banda que se ha ganado el lugar de un grande capaz de encabezar un festival de esta talla. No se cansa uno de ver ese acompañamiento musical y visual que ellos han llevado a otra esfera superior. Muchos seguirán diciendo que musicalmente no son atrayentes, pero es que uniendo un metal tan pesado a una escenificación acorde se revaloriza mucho la impresión que puedas tener de ellos. Incluso aunque se les pueda achacar sacar demasiados temas nuevos en detrimento de los clásicos, si todo sale bien es imposible salir defraudado de un concierto de los teutones.

RAMMSTEIN

VIERNES

BIFFY CLYRO: Estilo y entrega

El segundo día de festival amaneció con las nubes que nos despidieron la jornada anterior, aunque finalmente para la tarde pudimos ver el sol y se quedó una temperatura incluso más agradable. Así las cosas, cambiando el tercio del metal por algo un tanto más rockero, nos disponíamos a seguir con las buenas sensaciones transmitidas por las bandas desde el escenario. Y la tónica continuó cuando llegamos para ver, ya con un buen número de público en torno al escenario principal, a Biffy Clyro, una de las bandas llamadas a sorprender al personal. Su actuación fue de entrega total, sudando sin reservas para presentarnos unos temas que marcan un estilo propio mezcla de las reminiscencias de las bandas de rock setenteras y del grunge de los 90. En un día marcado por este denostado término con la presencia de grandes bandas fraguadas en torno a ese estilo, le vino a la parroquia como anillo al dedo y a la propia banda, que cosechó entusiasta respuesta.

BIFFY CLYRO

 COHEED AND CAMBRIA: Una sorpresa anunciada

Coheed And Cambria venían llamados a ser la sorpresa del festival y así lo hicieron. Y no es fácil cumplir cuando ya te ponen esa vitola por delante, ya que, precisamente, se genera una expectación mayor con la que a veces se vuelve difícil cumplir. Ellos demostraron que como músicos no tenían que envidiar a ninguno de sus compañeros de cartel. Impresionantes las guitarras de Travis Stever y de Claudio Sanchez, este último poseedor a su vez de unos notorios registros como vocalista. Una vez más, lástima que el segundo escenario no sonara con toda la potencia debida. Pero los chicos impresionaron, con un Claudio que a base de abultada melena tiró del carro para llegarnos a hacer alucinar con la calidad musical de temas como “Time Consumer”, que guardo como de lo mejor de su notable descarga, nada falta de pasión ante tal derroche de facultades musicales.

COHEED AND CAMBRIA

Entre elaborados cortes como “Here We Are Juggemaut” o “No World For Tomorrow”, técnicamente complejos pero con melodías asequibles, se dejó caer la balada “Pearl Of The Stars”, cuando el público ya estaba en el bolsillo. Y la guinda la puso el final “Welcome Home”, que fue el broche a una convincente actuación. Una banda que sin parafernalia añadida sabe transmitir en base a una contrastada calidad musical. De las mayores que pudimos ver en todo el festival.

COHEED AND CAMBRIA

SET: Un rincón de intimidad para los de casa

Mientras que Paul Weller actuaba en el escenario 2 nos acercamos a la carpa Vodafone para ver la descarga de los vizcainos Set. Y no nos arrepentimos para nada ya que la banda nos hizo degustar el auténtico y genuino rock básico y clásico, cantado en castellano, con descaro y con cosas que decir. Con poca presencia de público ellos desempeñaron bien su función, con un Capi (OST) al que descubrimos en su faceta de rockero tradicional y a fe que también sabe hacer sonar su guitarra en esta onda. Se deshizo en solos de mérito junto a sus compañeros de batalla, que sin amilanarse redondearon un concierto de los que dejan buen gusto en el paladar de los que apreciamos este tipo de música sin aditivos extras.

SET

ALICE IN CHAINS: Magistrales

Ya de vuelta al tumulto nos dispusimos a ver una de las bandas que más expectación despertaban. Otra de las reapariciones del festival era la de Alice In Chains, que iban a presentar en Bilbao a su nuevo cantante, el cual sin duda sería mirado con lupa. Pues bien, solo comenzar la interpretación de “Rain When I Die”, al menos mis dudas quedaron disipadas. Qué portento vocal el de William Duval, que tampoco tiene por qué hacer olvidar al fallecido Layne Staley, simplemente es cuestión de que es capaz de demostrar unas facultades propias de un gran vocalista a nivel internacional y eso garantiza un futuro para Alice In Chains. Así quedó corroborado con temas de su reciente nuevo disco, “Black Gives Way To Blue”, como “Check My Brain”, que muestra la pegada de un hit, “Your Decision” o “Acid Bubble”. Pero la emoción se multiplicaba en clásicos como “Them Bones”, “Dam That River”, “We Die Young”… todas ellas con una interpretación sin tacha alguna a cargo de una banda mucho más en forma de lo que muchos podían suponer después de la inactividad. Recibieron también la ayuda del invitado Mike McCready de Pearl Jam, pero dejando a un lado detalles como este, especial mención merece “Nutshell” dedicada a Layne Staley y en la cual se pudo tocar con la yema de los dedos el dolor que ha quedado impregnado en la banda ante la pérdida de ese icono del rock fraguado en los 90. El solo de guitarra de Jerry Cantrell, mientras que este recorría el escenario de lado a lado, para enmarcar. Como en general lo fue una actuación propia de maestros.

ALICE IN CHAINS
ALICE IN CHAINS

PEARL JAM: Todo un recital

Me había hecho a la idea de que mejor sabor de boca que Alice In Chains no me podían dejar Pearl Jam. Mi idea no cambió cuando la banda nos decía adiós sin llevar aún demasiado tiempo en el escenario. Y eso que ya habían bordado temas como “Do The Evolution”, “Even Flow” o “Arms Aloft”. Con un Eddie Vedder botella de vino constantemente en la mano, mostrando un estado ebrio muy controlado. De hecho, este tío supo perfectamente lo que hacía a lo largo de toda la actuación. Se ganó al público con sus leídas frases en castellano en la que nos dijo haber escrito muchas canciones bebiendo nuestro vino y decir que hablaría en inglés porque el castellano es una mierda. Provocador, pero cercano con su público. A él se acercó en muchos momentos dejando su posición frente al micro, pero con alguna carrera siempre lograba llegar a tiempo para cantar.

PEARL JAM

Como digo, muy rápido se despidieron por primera vez, pero habría espacio para dos bises con varios temas. Casi podemos decir que quedaba la mitad del concierto. La banda ya había ofrecido una estupenda cara, pero los mejores y más emotivos momentos estaban por llegar. En cuanto a lo estrictamente musical los lentos “Black” y “Just Breathe” hicieron descargar más de una lágrima entre las más de 30.000 almas que poblaban el recinto. Pero también hubo un punto chocante, a la par de ser un bonito detalle que a pocos grupos se lo podemos ver hacer. Eddie Vedder invitó a subir al escenario a un espectador que llevaba todo el concierto con una pancarta diciendo que quería cantar una canción con Pearl Jam. Cualquier seguidor se puede convertir en miembro del grupo en un concierto de Pearl Jam con una banda que demuestra pisar el mismo suelo que los que estamos abajo. Creo que el chico dijo llamarse Damian y cantó estupendamente junto a Eddie “Daughter”. Ni falta que hacía que nos dijera que había cumplido un sueño. “Alive” fue otro momento tan memorable como todo el concierto, con un público a los pies de la banda. Sorprendió que no tocaran “Jeremy”, que es de los más aclamados, al menos por estos lares, pero tampoco le resta nada a un concierto que fue perfectamente encauzado de principio a fin para atrapar a la audiencia y no soltarnos. Cuando hay que rendirse ante lo que nos ofrecen los músicos, simplemente se reconoce. Y el concierto de Pearl Jam fue grande como la relevancia que les otorgaba su puesto en el cartel como única fecha estatal.

PEARL JAM

SÁBADO 

FAITH NO MORE: Desconcierto bajo control

La última jornada era la menos atractiva desde el punto de vista del seguidor rockero. Pero, cuando menos, había dos bandas que despertaban nuestra curiosidad, las que cerrarían el Bilbao BBK Live 2010. Una de ellas era la principal atracción del día. Faith No More es una banda que nunca había actuado en Euskadi y que, además, también están de regreso. Fue comenzar la actuación y el desconcierto reinó entre todos porque nos vimos frente a uno de los grupos más imprevisibles con los que te puedas topar. Desde el inicio con la versión de “Reunited”, una forma significativa de anunciar este regreso, quedó demostrado. Mike Patton es un frontman de los que acaparan la atención de verdad. Hablando en un español latino bastante nítido el vocalista resultaba ciertamente gracioso y consiguió llevarse al público consigo. Para ello también tomó sus riesgos cuando bajando del escenario, mientras interpretaba “Ben”, de Michael Jackson, se encaró con los hombretones de seguridad, en algún caso simulando pedir matrimonio entre sonoras carcajadas. Continuó por el foso central cantando hasta la torreta de sonido para volver en volandas al escenario sin dejar de cantar, en este caso “Midlife Crisis”, sobre un público que le llevó hasta allí de mano en mano. También hubo homenaje al recién conseguido pase a la final del mundial por la selección española, dedicando a Carles Puyol “King For A Day”, al que se le otorgó el título de nuevo rey de España. Hay que destacar también la interpretación en castellano de “Evidence” y la apoteosis de “Epic”, dentro de un concierto cargado de anécdotas y muy estudiado a pesar del desorden que Faith No More son capaces de hacer reinar como nadie. Realmente una locura lo que nos ofreció la banda en base a unas canciones tan locas como el propio cerebro de Mike Patton. Con ellos tampoco decayó el excelente nivel de actuaciones que vimos en los tres días de festival.

FAITH NO MORE
FAITH NO MORE

 JET: Flojo final

Tal vez flojeó para lo que podía esperarme el último concierto del día y del festival. También es verdad que el cansancio pesaba y que viniendo de ver a Faith No More es más normal que una banda te resulte poco expresiva. Pero es que esa fue la sensación que tuve con Jet. La organización pudo buscar colocándoles en este puesto terminar con buen rock & roll, pero la banda nos mostró una cara muy poco rebelde, acorde con los derroteros que parece llevar su carrera a raíz de su último “Shine On”. Ni siquiera temas como “Are You Gonna Be My Girl?” sonaron con las guitarras al nivel de fuerza que requiere un concierto de rock.

JET

En general hay que resaltar el buen ambiente, la falta de incidentes remarcables, el buen hacer de los grupos que nos dejaron actuaciones para el recuerdo y el elevado número de público congregado. Todo esto consolida más aún este festival que ya no debe faltar en la agenda de los veranos, perfectamente equiparable a las grandes citas europeas. Es verdad que su eclecticismo siempre hace que todo el mundo no quede contento con el cartel, pero hasta ahora siempre ha dejado algo que rascar para los más rockeros. Así que pasado un año en el que esperamos vivir muchos conciertos en reducidos recintos esperamos volver a subir a tomar el aire de la cima de Kobetamendi. Ojalá sea también por la vuelta de nuestro querido Kobetasonik, que con tan solo dos ediciones, este año le hemos echado de menos.

Texto: ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es) / MARI JOSE MARTIN (mari@lamiradanegra.es)

Fotos: CARLOS GEMELO (www.insonoro.com)