AC/DC + LOS PERROS DEL BOOGIE

28 – 06 – 10

Bilbao (San Mames)

AC/DC

A día de hoy quien va a ver a AC/DC no le contará a sus amigos que ha ido a ver un simple concierto. Supongo que notará que más que eso, estar en un concierto de los australianos se ha convertido en todo un acontecimiento, casi histórico. Al mismo quieren ir estudiantes, amas de casa, obreros de cualquier clase, taberneros, taxistas, funcionarios, actores, presentadores de televisión, empresarios, políticos…. Todas las clases sociales se unen en un mismo recinto para ver a una banda que desde hace mucho ya no entiende de barreras. Son ya dos años consecutivos en los que Angus Young y compañía acaparan prácticamente toda la popularidad del mundo del rock, e incluso de parte del de fuera, por esas escenas de eternas colas para conseguir entrada para un concierto del que nadie quiere quedarse fuera. La locura se apodera de los siempre hambrientos fans, capaces de volver a esperar horas en una cola, esta vez la de entrada a San Mamés. Otros muchos les hacían el agosto a los hosteleros de la zona, que de seguro recaudaron más en un día en el que ni los partidos del Athletic hacen deambular en sus alrededores a tanta gente.

LOS PERROS DEL BOOGIE

Así las cosas decir que era un ambiente de gala supongo que está demás. Con dos visitas consecutivas en dos años, ninguna otra banda podría provocar esta histeria. Ahora bien, hay una crítica: toda esta gente que con tanto entusiasmo parece vivir la música ¿por qué desaparece el resto del año en los múltiples conciertos que se desarrollan a lo largo de toda la temporada? Otra pregunta que me hago es, qué pensarían en su día la mayoría de estos cuando AC/DC comenzaban de haberlos descubierto. ¿En serio les parecería una banda tan grande o simplemente una cuadrilla de peludos haciendo ruido? Más que nada porque a pesar de oasis como este sigue siendo prácticamente nulo el apoyo a nuevas formaciones ni siquiera por una milésima parte de los congregados este día. Pensamientos que vienen a mi cabeza cada vez que ocurre esto, por supuesto, sin quitar ni un mérito a los australianos a los que, como a otros muchos rockeros, el tiempo les ha dado la razón.

AC/DC

Tampoco se me escapa que como guinda a una especial noche, el recinto era de lo más espectacular. La Catedral del fútbol será derribada en los próximos años y es sin duda un templo sagrado para vivir un concierto de esta magnitud en una agradable jornada de verano. Ni una nube en el cielo y una temperatura idónea a la hora del concierto.

AC/DC

Todavía no se habían poblado del todo las gradas, aunque la pista acogió gente de forma mucho más rápida para coger posiciones, cuando Los Perros Del Boogie hicieron acto de presencia. Con el entusiasmo y las ganas del público de pasárselo bien cosecharon un efusivo recibimiento por parte de las primeras filas. Supongo que algunos le darían un vistazo al myspace del grupo para conocer algo de ellos, porque siempre es un buen escaparate publicitario telonear a un grande de la historia. Eso si, no se en cuántos de los que allí nos encontrábamos aún resonará su nombre en su cabeza, porque esto suele ser un simple preámbulo para lo que todo el mundo quiere ver, como un mero trámite. Sin embargo, en una noche que no parecía de lunes, la banda acaparó una buena acogida con sus temas de rock clasicote como “Una Vela Encendida”, “Ahora Eres Mía” o “No Necesito Nada”. Nos dieron la sorpresa con la colaboración de Carlos Tarque de M-Clan en “De Nada Sirve Hacerse Mayor” y se gustaron tanto como para reaparecer después de amagar su despedida. Luego comprobaríamos que, como suele ocurrir, su sonido se redujo a la mitad de lo que luego tendría AC/DC. Su estilo de música añejo lo vi falto de ese pequeño toque actual que se agradecería, pero no se amilanaron ante los miles de personas, absorbiendo la energía que transmite tener a tanto público delante.

AC/DC
AC/DC

El estadio repletaba su aforo mientras AC/DC se hacían de rogar el cuarto de hora de rigor. Aún anocheciendo, varias fueron las ocasiones en que la forma en que se bajaba el volumen de los temas que amenizaban la espera hacían presagiar el comienzo del espectáculo, pero para desesperación del personal volvía a sonar uno nuevo provocando ya los sonoros pitos de una ansiosa concurrencia. Más o menos en torno a las 22:15 se apagaron las luces del enorme escenario y comenzamos a ver lo que proyectaban las no menos inmensas pantallas, perfectamente colocadas para que los seguidores de todos los puntos del estadio pudieran disfrutar de sus emisiones. Unos dibujos con la banda metida en un tren a todo trapo lleno de gente atemorizada nos dio la bienvenida al show. El conductor…. por supuesto, Angus Young, que no dejaba de echar leña a la caldera para que el tren de vapor aumentara el ritmo, hasta que dos señoritas de buen ver deciden salvar a la tripulación utilizando sus argucias femeninas con un Angus que no se resistió. Sin embargo, rotos los frenos el tren terminó por estrellarse contra el escenario apareciendo en su parte trasera sobre la batería del infalible y siempre sobrio Phil Rudd. Una traca de fuegos artificiales a lo largo de la pasarela habitual de esta gente desde hace muchos años terminó en el mismo centro del gentío, de donde salió el famoso hacha vestido de colegial. Así comenzó el concierto presentando su última obra con “Rock ´N´ Roll Train”.

AC/DC
AC/DC

Rápidamente pasaríamos a los clásicos con “Hell Ain´t A Bad Place To Be” y provocar la mayor algarabía cuando nos recibió el famoso riff de “Back In Black”. Sin embargo, la banda volvió sin tardar demasiado a su nueva obra con “Big Jack”. Tal vez esto bajara un tanto la adrenalina de los presentes, pero también es muestra de que, pese a los rumores de que este concierto de fin de gira podría ser el último de la carrera del grupo, la banda sigue con ganas de presentar sus nuevas canciones. Eso es sinónimo de ilusión por lo que tienes entre manos en la actualidad a lo que hay que añadir que el estado de forma de la banda es espectacular. Sobre todo hay que destacar el sesentón Brian Johnson que se recorrió el escenario con total facilidad. La carrera que se echó para colgarse de la campana en “Hell´s Bells” creo que evita dudas sobre su estado físico. Y eso que este tema intocable de la discografía de la banda vino precedido ya de un buen tute con “Dirty Deeds Done Dirt Cheap”, “Shot Down In Flames” y “Thunderstruck” que ya nos habían metido de lleno en el corazón de la descarga. Sin dejar de lado un nuevo toque a su última referencia con el homónimo “Black Ice”, al que siguió un “The Jack” que lejos de embajonar los ánimos los subió, y de qué manera, gracias a las señoritas que enfocadas por las cámaras y viéndose en las pantallas del escenario decidieron mostrarnos sus encantos. No todas se atrevieron pero si hubo alguna que provocó a la parte masculina de la concurrencia. Finalmente, antes de que montáramos una orgía entre 40.000 personas fue Angus el que realizó su habitual streaptease mostrando el nombre de la banda en su trasero.

AC/DC
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Tras esto, fue todo un subidón en el aspecto estrictamente musical “Shoot To Thrill”, que puso a todo el estadio dando palmas, desde la primera fila hasta la última de las colocadas en las tribunas del estadio. Superó incluso a ese “TNT” que parece reservado siempre para provocar la respuesta mayoritaria de los asistentes. Evidentemente, también fue un tema que funcionó estupendamente en un repertorio donde realmente nada salió mal. Con un atronador sonido y la garantía de la banda que teníamos delante, siempre con Angus y Brian dando espectáculo libres de movimientos y con Cliff Williams, Malcom Young y el mencionado Phil Rudd escoltando en segundo plano pero haciendo rugir el escenario.

AC/DC

El repertorio de clásicos fue el esperado sin echar en falta apenas nada de lo que el grupo nos viene ofreciendo. “You Shook Me All Night Long” fue de los más coreados de la noche, pero yo me quedo con la fuerza del rock and roll de “Whole Lotta Rosie” con la aparición de la protagonista de este tema escrito en alguna ocasión por Bon Scott. Un gigante hinchable en forma de gorda mujer, que increíblemente seguía con su taconeo el ritmo de la canción. También me quedo como de lo mejor de la noche con “Let There Be Rock”, aunque el solo de Angus se me hizo un tanto largo y no dio tantas vueltas en el suelo de la plataforma central como en otras ocasiones, pero el tema en sí creo que es de los mayores himnos del rock de todos los tiempos y sigue dejando impresionado cuando a cada paso se encienden los focos y van sonando la guitarra, la batería y esta gran banda de rock en general.

AC/DC

Respondiendo al guión esperado este fue el tema que les despidió momentáneamente para regresar con “Highway To Hell”. Podía decir que flipé con este tema de los más conocidos en la historia del rock, pero sinceramente, de lo escuchado que lo tengo, versionado una y mil veces y visto en televisión en manos de sus protagonistas, casi diría que fue el que menos me impactó. Lo que me pregunto es cómo lo hacen ellos para tocarlo con tal fuerza que se diría que esa noche alguien lo fuera a conocer por primera vez. Pero yo me quedo con los cañones de “For Those About To Rock”, que sigue suponiendo un final apoteósico y estruendoso como gusta en los concierto de rock. Cada cañonazo retumbó en toda Bizkaia. Tras la última explosión la banda se despedía dejándonos a la expectativa hasta que las luces se encendieran. Había dudas de si tratándose de un fin de gira la banda ofrecería algo más. Cuando a mí solo se me ocurría “Hard As A Rock” como tema que podían rescatarnos, y que eché de menos, unos fuegos artificiales comenzaron a subir desde la parte frontal del escenario. Un final definitivo que no supuso la vuelta a las tablas de la banda, dejándonos con las ganas ante un cierre un tanto extraño, ya que hubiera sido más adecuado acompañarlo de música.

AC/DC

“Hard As A Rock”, a modo casi de capricho personal, hubiera sido un adecuado extra que podría suponer una reivindicación de la banda que viniera a decirnos que ni de coña este va a ser su último concierto. Visto el estado de forma del grupo, que no se limitó a los clásicos y desglosó hasta tres temas de su última obra, todos estos rumores emergidos en parte desde el seno del propio grupo creo que no tienen mucha razón de ser. Porque un grande al menos se despediría con un nuevo disco que anunciara oficialmente su despedida y otra nueva gira para decirnos adiós. Pero es que, viendo lo que vimos en San Mamés, tampoco hay razón para pensar que eso vaya a ocurrir a medio plazo. Lo que está claro es que si al mastodóntico tamaño de esta banda unimos la posibilidad de estar ante nuestra última cita con ellos, los episodios de verdadera penitencia por conseguir una entrada y los llenos espectaculares en sus conciertos de aquí al final, apostaría a que todavía lejano, de su carrera están garantizados.

Texto: ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es )

Fotos: CARLOS GEMELO www.insonoro.com