GUDINI

(Proyecto 3.21)

7/10

 

Desde el más absoluto anonimato nos llega este trabajo de Gudini, banda formada en 2001, que con sus propios medios va labrando una meritoria carrera a descubrir para la gran mayoría. Nada conocía de ellos y resulta que este “Proyecto 3.21” es ya su cuarto trabajo. Por lo leído en críticas de trabajos precedentes, la banda continua con un rock amplio y clásico, que si no nos atrevemos a tacharlo de original, cuando menos descoloca debido a la distancia que separa a cada tema. La sorpresa es cada vez mayor cuando a cada nuevo corte encaramos una tesitura diferente a la anterior.

Llama muchísimo la atención la presentación, simulando un vinilo con dos caras. No es algo sólo para la galería o como mera curiosidad, porque el sonido que desprende Gudini es del más clásico rock. Hay un aroma blues en el sentimiento tan espontáneo que transmiten las guitarras, siempre libres, luciendo más en el aspecto solista que en los riffs.

“Pienso”, que inicia el trabajo, es la que cuenta con un riff más marcado, pero contando con unas guitarras flamencas muy presentes que marcan la composición. No sirve para saber con lo que vamos a continuar, porque “Sal De La Apatía” nos sorprende con un rock and roll de la vivacidad de un Jerry Lee Lewis y el siguiente “Entre” nos transporta al punto contrapuesto, creando un ambiente de intimidad en la que la compañía más cercana del autor parecen el humo de un cigarro y una botella de alcohol. Se me viene a la cabeza Poncho K en algunos momentos, pero las influencias de Gudini son tan dispares que no sabes por dónde llevarlo. “Harto”, por ejemplo, recuerda a Leño, siguiendo con clásicos del rock patrio “3.21” nos trae a la mente a Los Suaves más antiguos, previos a su época de más auge en los primeros 90; pero aunque canten en castellano, sus influencias no se quedan dentro de las fronteras estatales. El medio tiempo con sentimiento bluesero de “Mira”, tiene un deje a Cream y las guitarras y los ritmos de “Volverá A Caer” me recuerdan a los míticos Ten Years After de Woodstock. Incluso hay momentos que me recuerdan a Stevie Ray Vaughan.

Con tanta sencillez es impresionante hasta donde puede llegar la música de Gudini. Más gráfico puedo ser con sus letras, con un aire filosófico, no cerrado, y que seguro que dicen incluso más de lo que quieren decir. Solo dejan traslucir sentimientos con su música, creando una sensación de que muchos detalles incluso son finalizados en la propia grabación. Por eso, aunque tenga una producción bastante cruda, no importa, incluso realza el estilo clásico y el sabor añejo que plasma la banda. Un disco que con modestia termina por encandilar gracias a una variedad que descoloca, a la vez que atrae la curiosidad, y a su fuerte aroma a auténtico rock de toda la vida.

ANTONIO REFOYO

 antonio@lamiradanegra.es

INFORMACIÓN ADICIONAL:

Disco Autoeditado