STRATOVARIUS + MYSTIC PROPHECY + TRACEDAWN

STRATOVARIUS + MYSTIC PROPHECY + TRACEDAWN

16 – 01 – 10

Barakaldo (RockStar Live)

En una tarde noche en la que el Athletic iba a vencer al Real Madrid nada podía salir mal. Si acaso que la afluencia de público se pudo resentir en algo; si bien el ambiente fue bueno a lo largo de toda la noche, con más de uno que fue al concierto con la camiseta rojiblanca y que informó a todos los de su alrededor en el momento del resultado del partido. Sin duda, el concierto estuvo marcado por este detalle, hasta el punto de que Timo Kotipelto nos informó en mitad de su actuación del resultado del encuentro erróneamente, porque no fue un 2-0 sino un 1-0. Tal vez buscaba que la algarabía fuera mayor en la sala, porque la respuesta del público fue bulliciosa al máximo como podéis imaginar. Y es que, avatares exteriores a lo acontecido en la RockStar Live aparte, el ambiente fue estupendo, de nuevo con una sala con buena presencia de seguidores. Y eso que en esta ocasión podía haber dudas, ya que Stratovarius ha dividido bastante a sus fans con su actual situación sin Tolkki, según las opiniones que de primera mano hemos ido tomando entre amigos y conocidos.

Aunque Stratovarius tenga un nombre que le permitiría encabezar un cartel de un festival veraniego, tampoco se quedan de lado las interesantes propuestas de los grupos teloneros. Los primeros eran ya conocidos por estos lares, ya que Tracedawn acompañó recientemente a Ensiferum en la visita que nos rindieron los vikingos hace pocas fechas. Esta vez los jóvenes fineses se lucieron ante una mayor presencia de espectadores, consiguiendo de nuevo dejar estupendas sensaciones. Es una banda joven que sale a comerse las tablas, además de mostrar buena técnica individual en todos los casos con un estilo que les hace encajar en estos modernos tiempos. Siempre dan la sensación de disfrutar y de poder sorprender con su descaro en cada momento. Por ejemplo, Pekko Heikkila salió durante la interpretación de “Make Amence” con su bajo por un lado del escenario y tras darse una vuelta entre los espectadores apareció por el otro extremo. Es un bajista que junto al cantante Antti Lappalainen ejerce de colíder. Nos pedía mosh antes de tocar el cañero “Scum”, cosa complicada de lograr a tempranas horas con una sala acogiendo público. Pero ya hubo quien respondió. Por otra parte cuentan con una sensacional pareja de guitarristas capaz de batirse en duelos entre sí o con un teclado no menos dotado técnicamente, demostrando su capacidad como músicos en temas frenéticos que no ofrecen descanso. Terminaron con “Without Walls” una actuación sin ninguna tacha.

Y la noche seguiría rodada, porque no menos impoluta resultó la actuación de Mystic Prophecy. Los seguidores del heavy metal clásico más melódico encontraron en ellos un elixir irresistible en esta noche que se iba caldeando a buen ritmo. La banda nos ofreció una completa actuación con un sonido limpio en el que sobresalió la voz de R.D Liapakis, auténtico frontman de la vieja escuela, que no pierde ni un solo momento la referencia del público que tiene delante. Puede que los seguidores de los primeros pasos del grupo echaran de menos temas de los primeros discos, ya que la banda se decantó por los últimos trabajos. Comprobamos que en las primeras filas había verdaderos seguidores del grupo que se sabían los temas.

El vocalista, por su parte, también se encargó de que los ánimos no decayeran. Tras un fulminante comienzo con “Across The Gates Of Hell” y “Masters Of Sins”, que cayeron como agua de mayo en los oídos de todos los ávidos de una propuesta de estas características, ya nos picó con un ¿estáis preparados para el rock and roll?, el cual dio paso a “Dark Forces”. Tras el mismo, la pregunta fue si éramos nosotros mejores que Madrid, donde estuvieron la noche anterior. ¿Qué más necesita el público aquí para enchufarse más si cabe en temas como “Demons Blood”, “We Kill You Die” o “Sacrifice Me”. Tras este momento Liapakis regaló un par de camisetas al público, cosa que se agradeció, aunque tras hacer el torero con uno de sus guitarristas también recibió algún silbido.

En cualquier caso, la gente ya estaba en el bolsillo para saltar y dar palmas con “To The Devil I Pray” y “Evil Empires”. La fiesta la crearon totalmente con “Paranoid” de Black Sabbath, con el vocalista sentándose frente al escenario poniéndose a la altura del público. Sin duda, este hombre sabe cómo encarar sus actuaciones, demostrando muchas tablas. “Savage Souls” cerró una descarga que dejó muy dulce sabor.

Eso le pone el listón más alto a la banda principal, que cuando hay calidad y temas de suficiente arraigo, no suele tener problemas para terminar la velada por todo lo alto. Yo soy de los que defiende la actual situación de Stratovarius. El grupo tuvo un glorioso pasado que los ha elevado a la categoría de clásicos, se encontró con un momento que estuvo a punto de ser el final de su historia después de muchos años de estabilidad y, por fortuna, se ha rehecho para seguir manteniendo con vida todo lo logrado y abrir una nueva etapa donde de nuevo vuelven a brillar con luz propia, aunque la sombra de Tolkki sea grande y alargada.

Sin embargo, Kotipelto se ha convertido en un líder que desprende mucha mano izquierda. No hay un protagonismo estelar de nadie en escena. Jens Johansson es un teclista que no vamos a descubrir a estas alturas y que mantiene intacta su calidad, de Görg Michael podemos decir lo mismo como batería y Lauri Porra ya dejó entrever ser una bestia con el bajo en los tiempos revueltos en los que le tocó entrar en el grupo y ahora se muestra aún más engrandecido y seguro sobre las tablas. El último descubrimiento es Matias Kupainen, al cual ya vimos en el Metalway zaragozano en la difícil labor de suplir a quien había sido parte fundamental del grupo hasta hace bien poco. El chico es un guitarrista de lo más espectacular que hoy en día puedas ver en escena. Está perfectamente metido en su labor de guitarrista de grupo, pero deja entrever que podría mostrar el nivel de los grandes hachas de la guitarra en solitario.

Hubo un par de puntos a lo largo del concierto para mostrar fuera de los temas interpretados las labores solistas de los músicos. Primero fueron Lauri y Jens los que se curraron unos solos que no se hicieron nada aburridos. Pedir la colaboración del público siempre ayuda a que la gente no pierda el hilo y la verdad es que las virtudes del bajista son espectaculares. Para demostrarlo, posteriormente habría otro momento, esta vez con su compañero a las cuerdas. Tampoco restó interés por la actuación, con el guitarrista marcándose algunos acordes de música del cine del oeste.

El concierto en sí también fue de lo más entretenido, sin dejar de mostrarnos a una sensacional banda con individualidades del mejor nivel. Para reflejar que la noche era futbolera, la bandera del Borussia de Dortmund estaba colocada junto a la batería de Görg. Me sorprendió que comenzaran el concierto con “Destiny”, cuando cabría esperar de primeras algo del nuevo disco. Pero el grupo quiere reencontrarse con todos sus fans a la vez que pretende seguir sembrando para el futuro. Por eso el set list metió algún tema nuevo entre temas de todas sus épocas.

La incógnita de ver el estado vocal de Timo Kotipelto tardamos en disiparla. El vocalista tuvo altibajos. Comenzó el concierto algo frío, aunque supo conectar con la gente desde este mismo instante de arranque. Lo cierto es que aún en los peores momentos de la noche estuvo muy lejos de ser ese desconocido que se ocultaba en las sombras del escenario del Metalway 06 de Gernika. Ha recuperado su tono y lo emplea perfectamente en temas donde le podemos ver cómodo como es “Hunting High And Low”. Timo nos presenta a Matias Kupainen para dar paso a “Speed Of Light” con ese riff conocido por todos los asistentes. El vocalista no sube a todos los tonos, pero salda la papeleta demostrando la categoría que siempre se le ha supuesto. El público ya estaba volcado y salvando los parones producidos por los mencionados solos, la descarga es una cuesta abajo para el grupo que nos presenta algo de su último “Polaris” cuando nervios y músculos se han soltado. Con la parroquia ya en vías de la satisfacción tras los primeros clásicos “Deep Unknown” demostró que hay calidad en los temas nuevos, aunque no parezca que haya calado aún mucho en los seguidores. Estos volvieron a cantar con más fuerza con “A Million Light Years”. “Winter Skies” demostró que la banda no iba a dejar de lado temas de todos sus tiempos, como también lo hicieron con el celebrado “Paradise”. Por el camino quedaron la potencia de “Phoenix” y la elegancia de “Forever Is Today”.

Con el gozo ya reflejado en los rostros de la concurrencia, que comenzaba a gritar con fuerza los típicos oes en señal de agrado, “Against The Wind” cayó en el momento oportuno para provocar el éxtasis general. Tras ello Timo anunció algo de “Elements” y, aunque alguno temió lo peor, el tema elegido fue “Eagleheart” que nada tiene que ver con la línea general más elaborada de esos polémicos trabajos que uno recuerda con cierta tristeza comprobando que abrían el periodo de crisis del grupo del que ahora están saliendo con energía renovada.

Dos temas eché en falta en Zaragoza este verano. Uno era la balada “Forever” y otro el que para mí es el gran clásico de la carrera de la banda “Father Time”. Esa espina me la iba a sacar con los dos primeros bises. El primero de poner los pelos de punta, siendo un tema que por el momento en que la descubrí y por la sensibilidad con la que el grupo sigue interpretándola, con Kotipelto luciendo su precioso registro vocal, es doblemente especial para mí. El segundo fue el tema donde, por el contrario, el vocalista más problemas tuvo para subrayar las melodías como es debido. Hubo momentos donde su voz se apagaba antes de tiempo y era superado por el público. Mejor se desenvolvió en “Black Diamond”, que comenzó con amagos de Jens Johansson en el teclado para terminar arrancando en medio del júbilo generalizado de una concurrencia que había disfrutado muchísimo y que con esto ya iba a rematar la noche.

Todavía faltaba la despedida, que fue más espectacular de lo que cabría esperar. Una vez terminado el concierto, con la banda saludando y el público extendiendo una ovación que solo se llevan los grupos más queridos, Timo nos hizo contar hasta cuatro en finés… o eso creo, porque no se exactamente lo que nos hizo decir. El caso es que cuando nos picó con que en Barcelona gritaban más alguno se dejó la garganta, pero ya cuando lo hizo con los de Madrid aquello ya fue el motivo para que alguno justificara terminar afónico el concierto. Con la sala retumbando a pleno pulmón y abriendo otra ovación se despidió la banda.

Después de verles un par de veces en tan corto periodo de tiempo, puedo decir que vi a Timo algo mejor de forma este verano en Zaragoza. Siempre es el puesto más delicado el de vocalista, más cuando estas rodeado de músicos de un nivel tan alto que te obligan a rozar la perfección. Sin embargo, esta noche pudimos disfrutar de un show completo que satisfizo a todos y en comparación a las bochornosas actuaciones que muchos recordarán anteriormente a la ruptura del grupo esto es como recuperar algo que dábamos por muerto. Hay espíritu para mantener lo hecho y para continuar con un grupo tan añorado.

Texto: ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)

Fotos: MARI JOSE MARTIN (mari@lamiradanegra.es)