ROBERT RODRIGO

(Wrath)

9/10

 

 

 

Las dificultades del panorama actual no pueden ocultar la brillantez de un guitarrista que empieza a tener una carrera considerable entre lanzamientos con su banda Airless y  en solitario. Ya son tres trabajos de cada una de sus dos paralelas carreras los que tenemos en nuestra colección, siempre marcados por el toque maestro de sus seis cuerdas. Ahora nos ocupa su carrera en solitario, dejando colgado para un futuro próximo un cuarto disco con Airless que seguro que también nos traerá una alegría para nuestros oídos.

Ha sido un gustazo llegar a casa y ponerme en repetidas ocasiones, sin cansarme de apreciar la técnica y el feeling de Robert, un trabajo que se ha retrasado más de la cuenta y que esperábamos desde hace meses. La espera ha merecido la pena y nos hace valorar más si cabe esta obra que continúa la línea de personalidad de su anterior “Half Finger On The Moon”, pero sumando detalles y ofreciendo distinciones dentro del sonido que identifica a este guitarrista único.

Uno de los aspectos que más llaman la atención es que se percibe una mayor dureza en los temas. Hay riffs muy potentes en este trabajo que pueden llegar a sorprender en un músico que unimos a sonidos más melódicos. En concreto hay un tema como “Murderers Of Souls” que se podría tornar en un tema de thrash metal con una producción algo más sucia. Y aún con este sonido que saca brillo a todo lo que Robert expone resulta demoledor. Pero también apreciamos esa dureza en temas como “They Call It Stage Renting”, en cuyo título de chiste deja entrever una mala baba que también se percibe en el sonido, con riffs potentes entrelazados por los fenomenales solos donde hay una exposición de recursos formidable, siempre con alguna pincelada que se te clava y que transmite. Por ello nunca resulta fría la escucha de un disco instrumental del guitarrista vizcaíno. Además, las guitarras de “The Kingdom Of Darkness” siguen denotando que estos han sido temas de sangre caliente. Un tema que lleva implícita esa oscuridad a la que hace referencia su título.

Siguiendo con los temas más potentes, “An Eye For An Eye” me parece el más completo del disco. Es un tanto más progresivo. Pese a contar nuevamente con riffs mortíferos de nuevo tiene detalles especiales, como el inicio de acústicas que da paso a un tema en el que apreciamos una labor más técnica en el bajo de su compañero en Airless Miguel Manjon, en algún tramo solapado a la guitarra de Robert. También cañero resulta “Double Dawn”, en este caso con unos arreglos de teclados que se conjugan a ritmos vertiginosos con la guitarra, dejando un resultado espectacular.

La obra tiene otros temas en los que el nivel de rabia se rebaja un tanto. Lo que se mantiene es el nivel expuesto. Sin ir más lejos tenemos el que ha sido single de adelanto “In A Dream”, con un video memorable que ha rulado por Internet desde hace semanas. Un tema elaborado con distintos pasajes, pero muy al estilo de su anterior obra. Eso sí, ofrece el aliciente de unos sugerentes teclados de inicio y termina de una sorprendente manera ralentizando el ritmo y aumentando la potencia. “Carved In Rock” más melódico, con una guitarra que se adorna dibujando siluetas en el aire. Si además de en fuerza el guitarrista gana para esta obra más elaboración en las composiciones, un ejemplo de esto último es “Kilimanjaro”, con muchos contrastes en su recorrido. Entre lo más melódico tenemos dedicatorias sentidas como “Remembering Julen”, con un aire nostálgico perfectamente plasmado y un pasaje hablado que es la única voz que escucharemos en todo el disco, y “A Song For Michael (R.I.P.)”. Sentimiento que de otra manera se deja notar en cada una de las composiciones y que va haciendo variado el disco. Por ejemplo “My Unusual Woman” lleva un tinte country. El disco se cierra con un curiosa outro que recuerda a lo que fue la intro de “Half Finger On The Moon”, simplemente unos acordes de despedida con la guitarra al desnudo.

Un trabajo formidable en conjunto de guitarra, como podíamos esperar de uno de los mejores hachas que podría estar codeándose con los grandes a nivel internacional. Repito que su forma de tocar es única, aunque tal vez eso se comprenda mejor en directo. Sin púa, solo con sus dedos, sin pedalera de efectos, solo él con su guitarra interpretando piezas con “Ira”, como las aquí recogidas. No es casual “Wrath” para título de la obra escuchando la contundencia sonora que ofrece, pero también hay que añadir un trabajo compositivo que en algunos temas llega  a las más altas cuotas de la carrera de Robert.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)

INFORMACIÓN ADICIONAL:
Sello: Grooveyard Records (www.grooveyardrecords.com)

www.robertrodrigo.es
/ www.myspace.com/robertrodrigorodrigo